El ministerio de Seguridad ofrece una recompensa de 700 mil pesos para la persona que aporte datos sobre el asesinato del comerciante Juan Carlos Córdoba (72), quien recibió un disparo en la cabeza durante un robo frustrado y falleció el 3 de agosto pasado en el hospital Central.
Córdoba estuvo internado más de tres meses en el hospital Central, luego de recibir un disparo en la cabeza el 26 de abril de 2021, en su taller de venta y recarga de matafuegos. El proyectil le ingresó por la nuca y quedó alojado en el cráneo, por lo que los médicos prefirieron no extraerlo.
A lo largo de todo este tiempo el paciente fue presentando algunos avances en su estado. Sin embargo, un virus intrahospitalario le generó una neumonía. Como consecuencia de esto, su salud se volvió a complicar y 3 de agosto murió.
Con la muerte de Córdoba, la fiscal de Homicidios Claudia Ríos modificó la calificación y el expediente se transformó en un homicidio criminis causa, en concurso real con tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego. Los interrogantes en relación a este cambio surgían porque, según los médicos, el comerciante no murió por el balazo en la cabeza sino por neumonía, enfermedad que no está directamente vinculada con el atraco.
El ataque
Dos fueron los sujetos que en la mañana del 26 de abril de año pasado golpearon la puerta del taller ubicado en calle Doctor Moreno al 1.100 y se hicieron pasar por clientes.
Llevaban un matafuego para una supuesta recarga, aunque segundos después sacaron una pistola y amenazaron a Córdoba con intenciones de robo. El hombre se resistió, le pegaron un par de cachazos con la culata del arma y le efectuaron el disparo. Ante esto los delincuentes escaparon sin nada y se subieron a un Renault Sandero blanco estacionado a un par de cuadras.
Estos detalles del vehículo fueron aportados por vecinos que salieron tras la detonación y corroborados por una cámara de seguridad de la zona.
Los testigos también describieron el color de las prendas de vestir que tenían los delincuentes, pero poco pudieron decir sobre sus rostros porque ambos llevaban barbijos.
En la escena, luego de que Córdoba ya había sido trasladado al nosocomio, los policías levantaron el matafuego que los agresores llevaban y que tiraron antes de escapar. Este elemento fue peritado, aunque los especialistas no lograron rescatar huellas dactilares.