El director del Servicio Penitenciario de Mendoza, Eduardo Orellana, habló sobre el intento de asesinato por parte de un preso e imputado hacia la fiscal Claudia Ríos en el Polo Judicial este miércoles, y reconoció que la responsabilidad “mayor” fue de su organismo. Además agregó que su renuncia “está disponible todos los días desde hace 10 años”.
El funcionario, que está desde hace 10 años al frente de la penitenciaría, admitió a radio Mitre Mendoza que “la responsabilidad mayor recae sobre el servicio penitenciario” y que sin dudas “hubo falla humana” en el operativo, con todas las requisas y también el paso del agresor -Hugo Eduardo Arredondo- por los detectores de metales, en el cual no se activó la alarma del arma blanca con la que intentó apuñalar a la fiscal de Homicidios.
“El diseño del dispositivo final fue malo porque no se controlaron los puntos de requisa. En alguno de esos controles hubo una falla, a pesar de los protocolos, tecnologías y entrenamiento”, mencionó; y añadió que fueron 22 penitenciarios los que participaron del operativo este miércoles.
En este repaso del operativo, detalló sobre los penitenciarios, que en Almafuerte, desde donde fue trasladado el agresor, “intervinieron 5 personas, en el traslado vinieron 7 en las posibilidades, en el polo judicial requisaron 2 personas, a la subida a la audiencia fueron 5 y se agregaron 3 más”.
Hay que tener en cuenta que el titular de la Inspección General de Seguridad, Marcelo Puertas, señaló que por ahora se investiga a 7 penitenciarios, que han sido pasados a disponibilidad (están suspendidos y cobrarán menos del 50% del sueldo mientras estén en este estado), pero agregó que “podrían ser más”.
En tanto, Orellana amplió que “el dispositivo existe, la previsión estaba, la clasificación se tenía, pero el diseño del dispositivo fue malo porque no se controlaron los puntos de requisa para que se hicieran efectivamente”. “En mi criterio hubo una diferencia clara entre la relación de la calidad del personal instruido que subió a la audiencia y la peligrosidad de las personas. Esa responsabilidad es nuestra, somos los que tenemos que garantizar la seguridad, los principales responsables somos nosotros”, reconoció.
Respecto a las responsabilidades y su posible salida del puesto de funcionario, teniendo en cuenta la gravedad del hecho, mencionó que su renuncia “está todos los días desde hace 10 años. Cuando lo consideren oportuno, no tengo problemas”. “El hecho es grave y nosotros somos los responsables”, comentó.
Mensaje a la Justicia
No obstante, y luego de marcar su responsabilidad, lanzó críticas ante la Justicia, al comentar que “podrían haber habido otras alternativas como por ejemplo hacer la audiencia en otro lugar, o virtual”.
Pero además también apuntó contra el juez de la causa, Mauro Perassi, sobre quien dijo que “podría haberse aceptado la sugerencia de los penitenciarios que la persona permaneciera esposada”.
Acto seguido, marcó que “indudablemente nosotros somos los principales responsables. Estamos investigando a ver quién de toda esa cadena de custodia no cumplió cabalmente con la tarea”.
Al margen, comentó que el juicio se podría haber realizado de otra manera, pero a futuro dijo que los operativos no serán los mismos. “Si no aprendemos de nuestros errores, estamos condenados a repetirlos”, lanzó; y agregó que, en reunión con los ministros de la Suprema Corte de Justicia, presentó sugerencias para nuevas actuaciones.
Cómo ingresó la “chuza”
Por otro lado, Orellana habló de la “chuza” o arma blanca con la que Arredondo atacó a la fiscal Ríos, y marcó que “si pasó sin ser notada por los detectores de metales o el ‘paleteo’” podría haberla escondido “en sus cavidades”, como por ejemplo su ano.
“A nosotros no nos está permitido revisar las cavidades de las personas. Si hubiésemos tenido dudas, tendríamos que haber solicitado la presencia de un profesional médico para revisar cavidades”, comentó.
Sobre el detector de metales y por qué no sonó, sostuvo que hay un tipo de regulación del mismo que podría haber fallado: “Si lo ponen sensible, suena por todo; y si lo regula alguna sensibilidad que permita cierto tamaño como un celular, este elemento podría haber pasado porque la mayor parte del elemento podría haber estado en el cuerpo. Pero eso es motivo de la revisión y del análisis que hay que hacer a ver cuál fue la falla. Si fue que el sensor sonó y no le dieron importancia, si fue que el sensor no estaba calibrado bien, todo eso es lo que estamos revisando”, sostuvo.
Además, cree Orellana, en base a sus investigaciones, que sacó el arma blanca luego de haber ido al baño. “Lo que manejamos es que fue ahí, porque en la declaración de uno de los custodios fue que, al orinar, observó que la persona se bajaba los pantalones, entonces creemos que ahí puede haber utilizado ese momento para sacar el elemento. Eso está en investigación”.
El funcionario de los tres gobernadores
Eduardo Orellana es un funcionario con una característica atípica en estos tiempos: se ha mantenido durante gestiones peronistas y radicales en el mismo puesto jerárquico.
Tal como mencionó, lleva 10 años como director de la Penitenciaría de Mendoza. Fue el 28 de mayo del 2013, durante la gestión del peronista Francisco Pérez, cuando asumió en el cargo, tras la renuncia de Sebastián Sarmiento, quien asumió en aquel momento como magistrado.
Allí, Orellana fue nombrado por el entonces ministro de Gobierno, Félix González. Si bien trabaja desde 1994 a trabajar en la penitenciaría, fue en la gestión de Celso Jaque, cuando fue nombrado como funcionario como subdirector general de la cárcel. También se desempeñó en seguridad interna, integró el grupo GEO y fue director de Almafuerte y de Boulogne Sur Mer.
Una vez en la gestión radical, Orellana fue ratificado por Alfredo Cornejo en 2015, cuando el ministro de Seguridad era Gianni Venier, y la dirección de la Penitenciaría pasó de la órbita de Gobierno, a la de Seguridad. Lo mismo pasó en la gestión actual de Rodolfo Suárez, cuando se mantuvo en el cargo ya con Raúl Levrino como jefe de la cartera de Seguridad.