Un nuevo y espectacular accidente de tránsito tuvo lugar esta mañana en la ruta 7, a la altura del departamento de San Martín y en el mismo lugar donde el miércoles pasado volcó un colectivo con hinchas de Boca que habían llegado a Mendoza, episodio en el que falleció una mujer de 32 años. De hecho, entre el lugar exacto donde tuvo lugar la fatalidad en que falleció Paola Emilse Fleitas el 28 de septiembre y el vuelco de esta mañana apenas hay una distancia de 400 metros.
En esta ocasión, según reportaron fuentes policiales y amplió el medio Radio Regional, el vehículo involucrado fue un Ford Fiesta blanco y que iba conducido por un hombre. A la altura del autódromo Ángel Pena, el vehículo -que circulaba de este a oeste, con dirección a la Ciudad de Mendoza-, el hombre se descompensó, perdió el dominio del vehículo y se cruzó de carril, quedando en la vía opuesta (la de sentido oeste - este y que es la usada para ir de la Ciudad a San Martín).
Hasta el momento se desconoce la causa exacta por la que el vehículo comenzó a dar varios tumbos sobre la calzada de la ruta, hasta finalmente quedar apoyado sobre el pavimento, del lado del asiento del acompañante (en la parte delantera).
El conductor fue identificado como Hugo Edgardo Baldo (59), y fueron los familiares quienes confirmaron que el hombre sufrió una descompensación mientras manejaba. “Estábamos aguardando para ingresar con los camiones a la empresa Brandi y escuchamos una explosión. En forma inmediata vimos como el auto no paraba de hacer tumbos y despidió al conductor. Nos acercamos para asistirlo y atravesamos un camión para cortar la ruta hasta que llegó la policía y la ambulancia, y pudieron trasladarlo. Fue terrible el momento”, describió un testigo ocasional del accidente al medio Radio Regional.
Una ruta “maldita”
El accidente se produjo a 400 metros del punto exacto donde el 28 de septiembre volcó un colectivo con entre 28 y 32 hinchas de Boca que habían viajado de Buenos Aires para ver el partido de su equipo contra Quilmes en el estadio Malvinas Argentinas (Mendoza), por Copa Argentina. En ese episodio murió una mujer de 32 años.
El detalle es que el vuelco del auto de esta mañana se registró en el lugar exacto donde se construyó un cenotafio (un monumento en memoria) que recuerda a las víctimas de una de las mayores tragedias viales de la historia de Mendoza: el accidente del 7 de febrero de 2014, en el que un camionero brasileño en avanzado estado de ebriedad y que llevaba varios kilómetros conduciendo su vehículo en contramano impactó de frente contra otro colectivo, lo que derivó en la muerte de 16 personas.
Aquel choque de 2014, el vuelvo del colectivo de la semana pasada y el vuelco del auto de esta mañana se produjeron en el mismo tramo de la ruta 7, que comprende menos de un kilómetro y donde, según vecinos y automovilistas, la ruta se encuentra en un estado verdaderamente deplorable.
Según Vialidad Nacional, el hundimiento de la calzada no es peligroso
Luego del vuelco en el que murió una mujer de 32 años la semana pasada y de que se alzaran las voces críticas sobre el estado de la ruta en ese tramo, el delegado de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) en Mendoza, Guillermo Amstutz dijo a Los Andes que “Es de muy baja probabilidad que el accidente sea consecuencia de la ruta, aunque hay que esperar las pericias”. Amstutz aclaró que no negaba que la ruta tenga algunas deformaciones, “pero hay una técnica para definir cuál es el grado de peligrosidad, y en el caso del lugar donde volcó el micro no era alta”.
Por día, 13.000 vehículos transitan por la zona donde tuvo lugar el accidente el miércoles pasado. De ellos, según los registros de la DNV, no menos de 4.000 son micros y camiones y van por la huella que se ha ido formando por el mismo peso. Sin embargo, el funcionario nacional diferenció un ahuellamiento de una deformación. “El ahuellamiento no produce nunca reventones de neumáticos, puede producir un movimiento en la dirección, pero ese mismo movimiento vuelve a reencausar el vehículo”, graficó.
El sistema y la tecnología SIG VIAL es la que se utiliza en todo el país para medir el estado de las rutas, la peligrosidad y la urgencia para intervenir en ellas y arreglarlas. La última medición de la DNV se hizo en 2019, mientras que luego no pudo repetirse por la pandemia.
“Esta metodología técnica está perfectamente definida y evalúa cada 2 años las rutas con mecanismos de visión óptica. De esta manera se define cuál es el grado de peligrosidad para el tránsito, y en función a eso, los grados de urgencia de intervención: mediana o baja, para reparaciones. Con esos grados, Vialidad planifica los trabajos anuales de recuperación de rutas nacionales. El este tramo de la ruta 7, se nota un ahuellamiento (pero no ondulaciones) en el carril de tránsito pesado, motivado por las características del transporte que por allí transita. El último informe del ahuellamiento fue de 2019 y en esa parte se identificó que no había riesgo de accidentes. La categoría mínima de requerimiento de intervención es cuando el ahuellamiento es superior a los 6 centímetros”, detalló Amstutz. Y aclaró que se trata de una técnica avalada y específica.
Según detalló el delegado de Vialidad Nacional en Mendoza, la semana pasada se hizo una medición extraordinaria en el lugar del accidente y se detectó que en algunos puntos -desde 2019- el ahuellamiento se había incrementado a 7 centímetros. “Esto no modifica las características técnicas del mismo. Además se observa que se han hecho trabajos de fresado en los lugares donde la cresta supera los 6 o 7 centímetros. No es que se ha emparejado o pavimentado, sino que se ha llevado al mínimo de riesgo”, aclaró la semana pasada.