Tras cuatro días de debate, este jueves un jurado popular absolvió a Héctor Días Tejera por la muerte de Gisela Gutiérrez, la joven desaparecida hace siete años en La Favorita por no llegar a una decisión unánime sobre su culpabilidad en la causa. “El Negrucho”, como lo apodan, recuperará la libertad tras haber pasado dos años en el penal. El caso quedó impune.
A pesar de las evidencias presentadas por la Fiscalía de Homicidios, los miembros del jurado sostuvieron que fueron insuficientes y por ello no llegaron a una decisión unánime. Tras un cuarto intermedio, el jefe de los fiscales de Homicidios, Fernando Guzzo, aseguró que desde la fiscalía iban a respetar esa decisión y fue entonces que el juez técnico Aníbal Crivelli decidió absolver a Días Tejera.
A principio de semana había comenzado el juicio por jurados por el caso de Gisela, quien fue vista por última vez el 19 de julio de 2015 luego de haber ido a cenar a la casa de su medio hermana. Con las esperanzas puestas en saber la verdad, la familia de Gutiérrez llegó al Polo Judicial el lunes, cuando comenzaron los alegatos de apertura, buscando encontrar justicia.
Fue allí que el fiscal de Homicidios Carlos Torres, quien encabezó todos estos años la investigación, fue el primero en alegar, con Días Tejera sentado en el banquillo de los acusados. “¿Qué le sucedió a Gisela Gutiérrez?”, preguntó el fiscal previo a presentar las primeras pruebas.
“El Negrucho” había sido detenido el 18 de noviembre de 2020 y un mes después le dictaron la prisión preventiva por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Con él cayeron otros dos hombres, a quienes el fiscal imputó por encubrimiento agravado: los hermanos Marcos y Daniel Quiroga.
Para la fiscalía, Días Tejera y los hermanos Quiroga descartaron el cuerpo de Gisela en las inmediaciones del dique Frías. Los restos nunca fueron hallados, a pesar de los numerosos rastrillajes y excavaciones que realizaron con la ayuda de la Justicia Federal, Gendarmería y peritos antropólogos.
En la noche del 19, la mujer de 25 años, quien era madre de dos criaturas y estaba embarazada de su tercer hijo, saludó a sus familiares excusándose de que se iba porque debía volver a su casa. Cruzó la puerta principal de la casa de su medio hermana y partió rumbo a su hogar. Pero unos metros antes de llegar, vio a su madre en la puerta y le hizo señas, indicándole que en un rato volvería. Fue la última vez que supieron de ella.
“Mi libertad, por favor”
Debieron pasar años para que finalmente la Justicia elevara la causa a juicio. Fueron cuatro días de debate y pruebas constantes. Sin embargo, para los 12 miembros del jurado popular las evidencias que fueron expuestas durante la semana no fueron suficientes para culpabilizar del homicidio agravado a Días Tejera.
“Estábamos convencidos de que el señor Días era el que asesinó a Gisela Gutiérrez y hoy lo estamos más que nunca”, le aseguró al jurado el fiscal Torres antes de repasar sus evidencias en los alegatos de clausura.
Entre esas pruebas estuvieron los recorridos de Gisela, que con la geolocalización satelital de su celular demostraban que se había ido a la casa de “El Negrucho”. Además, había otra pericia tecnológica que demostraba que entre ambos hubo una llamada telefónica alrededor de las 23 del día en que la joven desapareció.
Luego la fiscalía expuso ante el jurado popular conversaciones un tanto pavorosas, en las que diferentes personas contaban que Días Tejera le había disparado en la cabeza a Gisela porque se había negado a tener relaciones sexuales con él, y que después habría llevado su cuerpo en un Renault 12 hasta dicho dique, donde tenía un criadero de chanchos. Uno de los hablantes hasta se atrevió a asegurar que los restos de la joven pudieron haber sido arrojados en esos corrales.
Después de que la fiscalía de Homicidios, la querella y la defensa expusieran los alegatos de clausura, Días Tejera tomó la palabra y le dijo al jurado que era “inocente”.
En un breve discurso, el acusado de 34 años agregó: “Por muchas cosas que yo he pasado dentro del penal, que gracias a Dios estoy con vida, y por las diferencias en los relatos, es que yo pido mi libertad”.
“Yo no me niego a que se me siga investigando, pero yo tengo tres familias, estoy separado de dos, jamás tuve denuncias por violencia de género ¡Estoy dispuesto a todo, pero quiero mi libertad, por favor!”, puntualizó con la voz entrecortada mientras contenía el llanto buscando convencer al jurado.