Este lunes arranca en Mendoza el primer juicio por jurado por un caso de presunto gatillo fácil, que tuvo como víctima a un joven de 29 años de La Favorita. Un efectivo policial frente a una posible condena de prisión perpetua.
Alexis José Méndez (29), auxiliar de la comisaría 59 cuando ocurrió el hecho, se sentará en el banquillo de los acusados por el homicidio de Ricardo Bazán (29), baleado el 1 de mayo del 2019.
La tragedia comenzó en la noche de aquel Día del Trabajador, cuando la víctima salió de su casa y fue hasta un negocio a comprar. Un vecino lo acompañó y fueron al comercio en una camioneta, pero al regresar un grupo de policías los detuvo en un control; les pidieron el documento por averiguación de antecedentes, aunque en un descuido Bazán escapó corriendo.
Méndez salió detrás del muchacho y empezó a dispararle. Seis balas salieron de su pistola reglamentaria calibre 9 milímetros y uno de los proyectiles rebotó en el cemento y se fue directo hacia la cintura de la víctima. El plomo hizo un recorrido ascendente hasta el corazón.
A Ricardo lo encontró un vecino herido y lo llevaron hasta el centro de salud, donde los médicos confirmaron su deceso. Fueron los compañeros del acusado los que declararon que él salió en persecución del joven, por lo que desde el comienzo fue el único sospechoso. El peritaje de las vainas encontradas con su arma, confirmaría su autoría.
Al uniformado lo imputaron por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de miembro de las fuerzas de seguridad, delito con pena única de perpetua. Desde que ocurrió el episodio está detenido y hoy quedará frente a un jurado popular.
Por el Ministerio Público Fiscal estarán los fiscales Fernando Guzzo y Andrea Lazo, por la querella los abogados Lucas Lecour y Juan Dantiaq en representación de la madre de la víctima, y los defensores serán Nélida Basso y Octavio Albarracín. El debate arranca con el sorteo y selección del jurado, para luego pasar a los alegatos de apertura. El juicio se extendería durante toda la semana y el juez técnico será Mateo Bermejo.
Las hipótesis
La investigación de la fiscalía se basó en las pericias balísticas que arrojaron que el auxiliar no disparó para amedrentar a Bazán y que se detenga. Si hubiera tenido ese objetivo debió hacerlo apuntando hacia el piso-donde se hubiera destruido el proyectil-o en un ángulo de 45 grados; saberes que un policía adquiere por su formación, entienden los pesquisas. Contrario al accionar correcto, disparó colocando el brazo en forma horizontal.
Hay otros detalles que complican al imputado: corrió a la víctima 200 metros y disparando en una calle totalmente a oscuras, debiendo prever que podía herir a alguien en estas condiciones.
Siempre siguiendo la tesis de los acusadores, el efectivo no pidió auxilio cuando baleó al muchacho y se fugó de la escena. También creen que “plantó” una tumbera-arma de fabricación casera-al lado del joven, para simular que éste estaba armado. Los otros policías que estuvieron en el control detallaron que Bazán no llevaba armas.
Por el lado de la defensa, durante la instrucción apuntaron a un hecho accidental y a la posibilidad de una calificación de homicidio culposo; esto le daría una pena de 1 a 5 años.
Bronca previa
Según declaró en su momento la familia de Bazán, él y Méndez ya se conocían del barrio y el fallecido estaba cansado de que lo llevara aprehendido por averiguación de antecedentes. Es por eso que al verlo en aquella anoche, quiso escapar.