A ocho días de su detención y luego de estar tres semanas prófugo, el señalado ladrón de San Rafael que tenía pedido de captura nacional ahora tuvo su segundo revés. La Justicia le dictó la prisión preventiva y seguirá en la cárcel.
preventiva y seguirá en la cárcel.
Leandro Jesús Anfuso (25), oriundo de Buenos Aires y radicado en el Sur desde hace un tiempo, fue atrapado el martes 14 en Las Heras. Lo buscaban intensamente desde el 21 de agosto pasado por el asalto a un comerciante en Pueblo Diamante, en donde la víctima se defendió y terminó baleando a dos supuestos malvivientes.
Esta causa ya tiene a los dos sospechosos detenidos y en la jornada de este miércoles este joven recibió la confirmación de que permanecerá en el penal. El fiscal Javier Giaroli pidió preventiva para él por el delito de robo agravado por el uso de arma de fuego y el juez Sergio González Benavides acompañó la solicitud considerando que hay pruebas suficientes. La defensa sólo planteó el traslado del imputado desde la penitenciaría de Almafuerte, en Cacheuta, a la de San Rafael, y el magistrado lo aceptó.
De esta manera los dos acusados por el hecho están con sus arrestos firmes, ya que al primero en caer, Ángel Cáceres (22), también le habían dictado la medida de coerción hace algunas semanas.
Un magro botín, tiroteo, dos heridos y la búsqueda
Según la acusación fiscal, estos presuntos delincuentes irrumpieron en la noche de aquel sábado en la despensa ubicada en la esquina de Maza y Pichincha. Allí estaban el dueño del local, su esposa y el hijo de ambos, de 21 años.
Anfuso habría entrado al negocio simulando una compra y pidiendo chicles. Segundos después ingresó un sujeto encapuchado -sería Cáceres-, quien le apuntó con un arma de fuego al hijo del matrimonio.
Frente a eso su padre no dudó, tomó una pistola calibre 9 milímetros y les disparó a los dos malhechores. Mientras estos escapaban también lanzaron tiros, produciéndose un intercambio de balas en la vía pública.
Cáceres fue arrestado minutos después en su casa, luego de que llegara sangrando y se escondiera debajo de una cama. Ante el comportamiento extraño, su madre llamó al 911 y lo delató. El hombre estaba herido en el tórax y en un brazo, fue atendido y desde entonces quedó a disposición de la Justicia.
La captura de Anfuso fue mucho más compleja. Para los pesquisas él manejaba un Peugeot 206 que fue utilizado en el asalto y que apareció abandonado en Tacuarí y Maza. En este vehículo se detectaron manchas de sangre y se encontraron tres paquetes de chicle, con lo cual el robo fue consumado.
Más allá de que estaba identificado, la Policía no lograba dar con Anfuso. Se hicieron alrededor de 20 medidas-entre allanamientos y registros domiciliarios-, e incluso se solicitó la difusión de su rostro en los medios de comunicación para que la población colaborara. A es altura, el joven tenía pedido de captura nacional.
Finalmente lo atraparon en Las Heras, en el barrio Hualilan de El Challao. Allí se había refugiado en la vivienda de unos amigos y los efectivos lo detuvieron mientras caminaba por calle Ochoa. Luego, la fiscalía comprobó que recibió tres balazos en el atraco y que se había atendido con alguien de forma ilegal para que le realizaran las curaciones; los impactos los tenía en una pierna, en la ingle y en un glúteo.
A su corta edad, el sospechoso ya cuenta con varios antecedentes y penas cumplidas. En su prontuario aparecen condenas por portación de arma civil, resistencia a la autoridad, desobediencia, dos robos agravados por escalamiento y dos más por amenazas.
En el caso de Cáceres, al momento del asalto se encontraba con libertad condicional por una sentencia de 5 años por un robo agravado.