Procesaron a tres sanjuaninos por trata: una de las mujeres obligadas a hacer “streamings eróticos” es mendocina

El Juzgado Federal de la vecina provincia dictó prisión preventiva para una organización liderada por un abogado, acusados de explotar sexualmente a 21 mujeres en estudios webcam donde producían pornografía digital y cuyos clientes pagaban en dólares.

Procesaron a tres sanjuaninos por trata: una de las mujeres obligadas a hacer “streamings eróticos” es mendocina
Uno de los allanamientos realizados por Gendarmería Nacional por el caso de trata en San Juan. | Foto: Gentileza Diario Huarpe.

El Juzgado Federal de San Juan procesó con prisión preventiva a tres hombres, uno de ellos abogado, acusados de haber engañado con falsas ofertas laborales a 21 mujeres en situación de vulnerabilidad, para luego explotarlas sexualmente en estudios webcam a través de una empresa denominada “Belle Argentina”.

Una de las mujeres que había sido captada por la presunta organización delictiva es mendocina, según informó una fuente judicial que trabaja en el caso que tuvo repercusión nacional cuando se dio a conocer tras las detenciones.

Además, el juez Leopoldo Rago Gallo ordenó embargos para el abogado Gustavo De la Fuente y otro de los acusados, considerados como coautores, por $10 millones y para el tercero por $3 millones por ser considerado partícipe necesario del delito de “trata de personas con fines de explotación sexual”, según información de Ministerio Público Fiscal.

La medida judicial, que deja tras las rejas a los acusados hasta un futuro juicio, había sido solicitada por el fiscal general Francisco Maldonado, el fiscal federal Fernando Alcaraz y la fiscal cotitular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Alejandra Mángano, quienes participan de la investigación.

Un avisto con contra de la trata realizada por la empresa Belle Argentina, investigada por trata de personas en San Juan.
Un avisto con contra de la trata realizada por la empresa Belle Argentina, investigada por trata de personas en San Juan.

Para la fiscalía, los dos coautores son dueños de la empresa y de las viviendas ubicadas en la ciudad de San Juan, donde habrían entrevistado, acogido y explotado sexualmente a las víctimas. Mientras que el tercer imputado está acusado de oficiar de “monitor” de las mujeres durante los “streamings eróticos”.

Según los investigadores, el dinero producido por las víctimas sería superior a los $140 millones durante dos años, lo que equivale a un promedio de $6 millones de ingresos mensuales.

Ante la sofisticación del caso, el juez autorizó la participación de un “agente revelador”, en este caso un gendarme que se infiltró en las actividades delictivas de la banda y que logró identificarlas y recolectó material probatorio de importancia para la causa.

Este trabajo permitió que el 3 de julio pasado se allanaran cinco viviendas, donde se secuestraron monitores, webcams, celulares, preservativos, cocaína y pendrives, entre otros documentos.

La denuncia inicial

La pesquisa inició el 29 de marzo de 2022, luego de una denuncia anónima formulada en la División de la Unidad Operativa Federal San Juan de la Policía Federal sobre la existencia de una página publicitaria en Facebook de la empresa “Belle Argentina – Estudio de Modelaje Webcam”, que se promocionaba como una franquicia única en la provincia. La publicidad ofrecía trabajo en la industria del modelaje mediante cámaras web “de forma segura, legal y profesional” para mujeres de 18 a 45 años.

El abogado Gustavo De la Fuente, procesado. / Gentileza Diario Huarpe
El abogado Gustavo De la Fuente, procesado. / Gentileza Diario Huarpe

La denunciante detalló que se había enterado de su existencia por una mujer de su entorno que se dedicaba al “sexo virtual”, con el uso de juguetes controlados a la distancia por los clientes de distintos países, y por el cual le pagaban en dólares.

Además, señaló que “la puerta de ingreso al lugar se encontraba con candado, el cual es abierto por uno de los dueños” y que sólo podía ingresar o salir de allí personal que estuviera autorizado por aquellos. Detalló que el horario de trabajo era de 16 a 22, de lunes a sábados, y que “el sexo virtual era ofrecido en distintas plataformas virtuales, las cuales se encuentran bloqueadas para acceso en Argentina y sólo se puede si se utiliza un VPN” (una red privada virtual).

Modus operandi

La investigación del Ministerio Público Fiscal determinó que las mujeres eran captadas a través de ofertas laborales engañosas que se publicaban en redes sociales, apuntando a la búsqueda de “talentos” que quisieran dar “un giro en su vida”.

Luego las postulantes eran entrevistadas por los organizadores, donde se les informaba que el trabajo era realizar streamings eróticos para usuarios de diferentes países y que, a cambio, iban a recibir 50% del dinero producido -en dólares- en esas transmisiones.

De aceptar el trabajo, las víctimas recibían un “kit de iniciación” que constaba de diferentes tipos de objetos sexuales, como vibradores, lubricantes y dildos de diferentes tamaños para su utilización durante los actos sexuales.

Una de las habitaciones donde se realizaban streamings eróticos.
Una de las habitaciones donde se realizaban streamings eróticos.

La recepción se producía en los estudios de grabación de la empresa “Belle Argentina”, ubicados en la calle Güemes 4 Sur, y en dos departamentos en los que algunas de las víctimas residían de manera permanente, por no tener otras posibilidades a partir de sus vulnerabilidades socioeconómicas. Allí debían “pagar” su estadía mediante actos sexuales y no con dinero.

El pago se realizaba por semana o quincena, dependiendo de la elección de la víctima. Los dos principales imputados usaban una serie de excusas para incumplir con la promesa de pago del 50% y les entregaban el 20%.

Los denominados “clientes” abonaban a través de “tokens” y/o criptoactivos mediante diferentes billeteras virtuales. Las plataformas para la interacción tenían como común denominador la exigencia de un tiempo mínimo de ocho minutos, por los que se abonaban unos 200 tokens, lo cual equivalía a la misma cantidad en dólares.

La explotación sexual tuvo lugar a través del empleo de un sistema de amenazas, manipulaciones y descuentos, pues los imputados exigían un “estándar” de ganancias a cambio de continuar en la tarea e imponían descuentos por los “kit de iniciación” y también por supuestos consumos y gastos realizados en el comercio de uno de los imputados.

Además, se hallaron registros de descuentos por horas incumplidas, multas y faltas contabilizadas, por encontrarse con su período, o por licencia médica, cansancio y llegadas tarde.

Según el acta de procesamiento, las mujeres “eran cosificadas y ultrajadas” en forma constante y que las acciones podían resultar más agresivas cuando un cliente pagaba por una “sala privada”, que abonaba en dólares y por minuto.

Consideró también que los términos “sexo virtual” o “streaming erótico” son eufemismos para la “oferta de servicios sexuales ajenos, cuyo único propósito era la obtención de ganancias económicas producto del material producido por las víctimas”.

Los informes de los organismos de asistencia a las víctimas revelaron “una situación de vulnerabilidad psicosocial, emocional y económica marcada por las escasas o nulas redes de contención, falta de oportunidades laborales y de recursos económicos que les facilitara un ingreso estable y les permitiera progresar en la vida de una forma integral”.

Algunas víctimas declararon y dijeron que “a pesar de que las páginas facturaban en moneda extranjera -dólares o euros-, a las mujeres les pagaban en pesos” y que “los jefes tomaban el tipo cambio de los días viernes para hacer la conversión, pero era una situación que prestaba a confusiones y diferencias en la liquidación”.

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