Por el asesinato de una preceptora que agonizó durante 17 días en Guaymallén fue condenado uno de los sospechosos del caso a 3 años de prisión en suspenso por lo que quedó en libertad, luego de que un tribunal popular decidiera que el imputado sólo había participado en el robo frustrado y no en el homicidio de la víctima.
Esta mañana, el juez técnico del juicio por jurados, Eduardo Martearena, fijó la pena para Tomás Agustín Rojos Baro (25) en tres años de prisión en suspenso por el delito de “participación secundaria de robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa” por loque quedó en libertad ya que hace dos años que está preso.
De esta forma el asesinato de Hilda Elvira Vedia (49), una preceptora del barrio Covimet de Rodeo de la Cruz que agonizó durante 17 días en el hospital Central, tras recibir un balazo en el pecho, ha quedado impune.
Ayer, durante los alegatos, el jefe de la Fiscalía de Homicidios, Fernando Guzzo y la fiscal Claudia Ríos habían solicitado a los 12 integrantes del tribunal que se inclinaran por la figura de homicidio criminis causa, que ellos defendieron durante el debate y que tiene como única pena la prisión perpetua.
La misma figura había sostenido durante su alegato Jimena Villanueva, querellante oficial, en representación de la familia de la víctima.
Por su parte, Martín De Olano, defensor de Rojos, sostuvo la inocencia de su cliente, asegurando que si bien había estado en la escena del crimen no fue quien disparó contra Vedia.
Robo, disparo y una larga agonía
El 13 de julio de 2021 Vedia se encontraba dentro de su casa, ubicada en la manzana “L” del barrio Covimet, cuando alrededor de las 23.30 sintió que alguien golpeaba su portón.
La víctima y su hijo advirtieron que estaban ante la presencia de delincuentes y no los dejaron pasar. Vedia se comunicó con el 911: en la grabación del Centro Estratégico de Operaciones quedó registrado el relato que hacía la mujer. Desesperada, gritaba e indicaba que se trataba de un robo, hasta que se escuchó un disparo. Tras la detonación fue su hijo quien tomó el teléfono e informó el lugar donde debía acudir la Policía. Elvira ya estaba desplomada en el suelo luego de que el ladrón que estaba trepando le disparara desde arriba.
La mujer quedó internada en grave estado, ya que la bala le afectó el páncreas y el hígado, por lo que debió ser internada en terapia intensiva del hospital Central, donde, finalmente, murió el viernes 30 de julio de 2021, minutos antes de las 22, por un shock séptico.
Cuando llegaron los móviles policiales, los delincuentes ya no estaban, pero los efectivos tomaron conocimiento de que se habían fugado a bordo de un auto sin lograr robar nada.