La Justicia dejó en libertad a un preso que, desde la cárcel, lideraría una banda dedicada a hacer extorsiones virtuales: una jueza le dio el beneficio de la libertad asistida, sin saber que un fiscal lo investigaba –bajo secreto de sumario- por varios delitos; cuando fueron a buscarlo a la cárcel para imputarlo, el hombre ya había recuperado la libertad y en esa situación se mantiene hasta hoy en calidad de prófugo.
El viernes pasado personal de la Dirección de Investigaciones realizó una serie de allanamientos en Godoy Cruz y en Las Heras ordenados por el fiscal Oscar Malla de la Fiscalía de Delitos No Especializados. Entre las medidas dispuestas se logró decomisar varios teléfonos, computadoras, tarjetas SIM y notebooks que resultaron de gran utilidad ya que el fiscal estaba investigando a una banda que se dedicaría a realizar extorsiones por WhatsApp.
El líder de la presunta organización sería José Eduardo Sosa Vega (36), alias Pupi, quien desde la cárcel a través de un teléfono y junto a algunos familiares que estaban en libertad, habría cometido una serie de delitos.
Estafas y extorsiones
Según información policial, la investigación tuvo sus inicios el 20 de abril pasado, cuando a un policía de la Subcomisaria de Coquimbito, Maipú, le llegó un mensajes por Whatsapp proveniente de un número desconocido donde una persona decía ser personal del Ministerio Público Fiscal. Una vez entablada la comunicación, ésta persona le dio a conocer que registraba una causa abierta por denuncia de índole sexual, exigiéndole unos $ 200.000 para evitar que fuera detenido y se realizara un allanamiento en su casa.
El policía, víctima del intento de estafa, continuó la conversación, pactando un punto de encuentro para la entrega del dinero, situación que permitió la detención de la mujer estafadora, así como el secuestro de un utilitario Citroën en la que se desplazaba, $ 40.000 e incluso oficios apócrifos.
Luego, personal de la Unidad Investigativa Maipú, tras un trabajo en conjunto con otras áreas específicas sobre los delitos de cibercrimen y flagelos, logró obtener información de comunicaciones telefónicas, mensajería e incluso redes sociales de los allegados a la estafadora, trabajo que permitió identificar a varias personas que integraban la banda que continuaban realizando todo tipo de estafas virtuales como así también extorsión por delitos inexistentes -basándose en presuntos delitos contra la Integridad Sexual-, compra-venta de elementos de dudosa procedencia y venta de estupefacientes.
También se logró establecer que era Pupi, el presunto líder de la organización, quien planificaba, seleccionaba a las víctimas y luego coordinaba con sus allegados para concretar las operaciones.
Hasta aquí la investigación que llevaba adelante el Ministerio Público Fiscal representado por el fiscal Oscar Molla de Fiscalía de Delitos no Especializados.
El entuerto
Por otra parte, el abogado defensor de Pupi Sosa, había solicitado para su cliente la libertad asistida. El hoy prófugo está cumpliendo una pena de 3 años y 2 meses de cárcel por un robo agravado desde 2019 y estaba en condiciones de acceder a este beneficio de libertad, bajo la condición de presentarse periódicamente y cumplir con algunas reglas de conducta, entre ellas no delinquir.
Lo cierto es que mientras se consolidaba la causa por extorsión, el lunes pasado la jueza Patricia Alonso, del Juzgado Penal Colegiado Nº1 le otorgó el beneficio de la libertad asistida. Pupi Sosa quedó en libertad. Cuando desde la fiscalía fueron a imputarlo, el hombre ya se había ido a su casa. Cuando personal de Investigaciones fue a buscarlo, ya no estaba. Hoy su paradero es desconocido.
“Es un caso fortuito. No había forma de que la jueza supiera que estaba bajo investigación porque era una causa secreta, no estaba en el sistema. En cuanto a la libertad, el fiscal de Robos y Hurtos no se opone a la medida de la jueza porque él tampoco conocía la investigación”, explicaron desde el Poder Judicial.