La situación procesal de Marcos Herrero –el cuestionado adiestrador de perros y “perito” especializado en búsqueda de personas- se ha complicado ya que la Fiscalía de Homicidios la sumado una nueva imputación contra el rionegrino que se encuentra detenido en Mendoza desde la semana pasada.
Esta mañana el fiscal Gustavo Pirrello imputó a Herrero por estafa, un delito que tiene penas que van de 1 a 6 años de prisión. El fiscal ya lo había imputado el 7 de diciembre pasado los delitos de falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y usurpación de títulos y honores.
La nueva imputación está relacionada directamente con el caso Viviana Luna –la mujer desaparecida en Potrerillos hace 5 años- ya que el fiscal llamó a Julián Luna, hijo de la desaparecida para que ampliara su declaración y de la mis surgió que Herrero le cobró a la familia 150 mil pesos por un trabajo –la búsqueda- que habría resultado, según el Ministerio Público Fiscal, fraudulento.
Pruebas Plantadas
El 29 de setiembre pasado Herrero y sus perros llegaron a Mendoza contratados por los hijo de Vivian Luna. Tras una búsqueda de media hora en un hotel abandonado ubicado en la calle Los Cóndores, encontró parte de un cráneo quemado. Además apareció parte de un monedero y unos papeles donde se señalaba a personas reconocidas en distintos ámbitos de la provincia y se hablaba de un presunto caso de trata de personas.
Herrero llamó al 911 denunciando el hallazgo y minutos más tarde –al denunciar restos humanos- el caso fue tomado por el fiscal Pirrello que ni bien vio el escenario comenzó a dudar del adiestrador. Es que ese mismo lugar ya había sido “peinado” por persona policial y por perros adiestrados y no se había encontrado nada.
Además, la nota encontrada hace referencia a personas, situaciones y hechos que no tienen relación cronológica con la desaparición de la mujer.
Es por eso que la Fiscalía de Homicidios decidió investigar a Herrero y para ello solicitaron a Río Gallegos una muestra de unos restos óseos “encontrados” por el hombre cuando fue contratado para buscar a Marcela López, una mujer desaparecida en esa ciudad.
Después, todo fue un trabajo científico: el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza comprobó que los huesos hallados en Potrerillos –restos pertenecientes a un hombre- son iguales a los que el rastreador encontró en San Cruz. Es decir que Herrero habría “plantado” esos restos óseos cuando vino a Mendoza y el fiscal sostiene que lo habría hecho con el fin de estafar a la familia Luna.