Pasaron tres meses del crimen de Matías Miralles, el hombre de 33 años asesinado a tiros en su departamento de la Cuarta Sección de Ciudad. Pero una investigación que se mantuvo casi hermética permitió recaudar pruebas suficientes para identificar a uno de los posibles sicarios que esa tranquila siesta de junio ultimó a su víctima disfrazado de repartidor. Hoy se entregó.
Durante la mañana de este miércoles, Lucas Nicolás Segovia Contreras (22) decidió presentarse en la Fiscalía de Instrucción 17 junto a su abogado, para adjudicarse la autoría del homicidio del “arbolito”. Minutos más tarde el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien encabeza la causa y ya había pedido la captura del joven, lo imputó por homicidio simple y ordenó su traslado al penal.
La misma arma, distintos crímenes
Miralles estaba en su vivienda de la calle Montecaseros, un complejo de departamentos frente a la plaza Cobos, cuando de pronto dos sujetos vestidos de repartidores de Pedidos Ya llegaron en una moto de baja cilindrada, se bajaron y caminaron por el pasillo que desembocaba en su casa, lo ultimaron a tiros y huyeron a toda velocidad.
Toda esta secuencia pudo ser reconstruida entre los testimonios de los vecinos y las cámaras de seguridad de la zona. Sin embargo, en la escena del crimen los sicarios dejaron una prueba fundamental para los investigadores: las vainas servidas de la pistola 9 mm que usaron.
Entre las pericias llevadas a cabo por la Policía Científica, se supo que los casquillos encontrados en la escena del crimen coincidían con otro homicidio. Se trata de un homicidio ocurrido el 10 de abril del año pasado en Las Heras, en el que fue víctima Tomás Patón.
El crimen de Patón ocurrió en el barrio 20 de Julio, cuando se enfrentaron a los tiros hinchas de Huracán Las Heras en las inmediaciones del estadio General San Martín. Allí llegaron a bordo de una moto Segovia Contreras y Lucas Rojo. Los jóvenes dispararon e hirieron en un ojo a Patón, quien falleció horas más tarde en el hospital Central.
Con esos antecedentes, el representante del Ministerio Público Fiscal ordenó una serie de allanamientos en la casa de Segovia Contreras en el barrio Amigorena. Allí los sabuesos encontraron la moto de baja cilindrada sin patente que aparecía en las grabaciones de las cámaras de seguridad de la Cuarta Sección. Además, estaba la mochila de Pedidos Ya con la que los pistoleros se habían disfrazado de repartidores.
Aunque al joven no lo pudieron encontrar, Pirrello emitió una orden de arresto y, tras pasar algunas semanas prófugo, terminó entregándose él mismo esta mañana en la fiscalía. Acompañado de su abogado, Segovia Contreras se adjudicó la autoría del asesinato y el fiscal lo imputó por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y fue trasladado al penal provincial.
