La Justicia determinó que la pareja acusada de asesinar de un disparo a Federico Martín Murúa (34), un hombre que había ido a visitar a unos amigos en Maipú y que nada tenía que ver con los agresores, seguirá detenida a la espera de un juicio por homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Esta mañana la jueza Claudia Tula dictó la prisión preventiva para Rocío Celeste Fernández Lira (22) y Lucas Ochoa Vargas (27), a pedido del fiscal de Homicidios Carlos Torres, durante una audiencia realizada en el Polo Judicial.
En la misma audiencia, la magistrada les negó a los defensores de la pareja el beneficio de la prisión domiciliaria y también la libertad. Estas solicitudes no prosperaron frente a las pruebas sostenidas por el fiscal Torres, quien lleva adelante la investigación.
En el expediente hay un video donde se ve que el auto de Ochoa llega hasta la casa de los amigos de Murúa, se detiene unos segundos y luego se marcha.
También está la declaración de los dos dueños de casa que identificaron el auto y al conductor que previamente se había bajado y había mantenido una discusión.
“Estábamos tomando una cerveza con mi hermano y mi amigo Federico y llegó Ochoa a comprar una fasitos. Empezamos a discutir porque me debía 500 pesos”, declaró el dueño de casa.
Luego explicó que, tras el disparo que mató a su amigo, “salí y observé el mismo auto en el que se había llegado Ochoa con los dos pibes”.
Otra de las pruebas de gran importancia es un barrido electrónico que detectó pólvora en las manos de la acusada, lo que determina científicamente que disparó un arma de fuego.
El disparo fatal
Según consta en el acta de imputación, en la noche del 23 de septiembre de 2023 Lucas Ochoa Vargas y Rocío Celeste Fernández Lira, junto a otra persona que no ha sido identificada hasta ahora, llegaron a una casa ubicada en calle Alejo Irusta al 600 de Maipú a bordo de un Fiat Cronos de color gris, conducido por Ochoa.
En la vivienda se encontraban dos hermanos, los dueños de casa, junto a Murúa, que había ido a visitarlos y que no conocía a los sujetos del auto. Ochoa habló con el dueño de casa y comenzaron a discutir por una deuda de 500 pesos, dinero que le visitante le debía al dueño de casa por una compra de marihuana.
El presunto agresor dijo “chau, me voy y enseguida vuelvo”, se subió al auto y se fue. A los pocos minutos el auto volvió –la secuencia quedó registrada en un video de una cámara de seguridad de la zona- y desde su interior, dispararon contra la casa. Una de las balas ingresó por la ventana e impactó en el cuello de Federico, quien falleció en el lugar. El auto de los presuntos agresores partió rápidamente pero el dueño de casa salió y logró verlo.
Los dueños de casa llamaron al 911 denunciando el hecho y luego aportaron los datos del joven y la mujer, incluso a través de sus perfiles de Facebook. Los investigadores fueron hasta la vivienda de Ochoa, en la manzana “C” del barrio Los Ceibos de Maipú y lograron detener a la pareja.
El fiscal Torres los imputó al día siguiente por el delito de homicidio agravado por arma de fuego en calidad de coautores y quedaron detenidos. El fiscal ordenó que se realizara una prueba de barrido electrónico en las manos de los dos detenidos y el resultado dio positivo para la mujer: el microscopio detectó pólvora en sus manos por lo que se determinó que había disparado en las últimas horas un arma de fuego.
Por otra parte, la acusada, Rocío Fernández Lira, también declaró en la causa, diciendo que iba en el auto con Ochoa y otro sujeto conocido como “Ñoño” que fueron a la casa donde se produjo el homicidio, que luego de una discusión volvieron y Ochoa “dio la vuelta a la manzana y le disparó por la ventanilla derecha por encima de mí, por la ventana”.
También sostuvo que, en cierta ocasión, se encontró con Ochoa en el Polo Judicial y le dijo “que me haga cargo yo porque las pericias me salen a mí. Que él me va a aguantar, que me va a pagar un abogado, que me va a ayudar a salir. Él no quiere hacerse cargo de lo que hizo”. Luego agregó que Ochoa disparó y ella estaba en el asiento de acompañante.