En tres meses se complicó notoriamente la situación de Aldana Ojeda y sus presuntos cómplices, investigados bajo la sospecha de integrar una banda de asaltantes que actuaba en la zona del Gran Mendoza. Cuatro acusados fueron sumando causas y ahora les dictaron la prisión preventiva, aunque dos sospechosos más quedaron en libertad.
Desde los primeros días de junio esta joven y tres hombres quedaron detenidos, luego de que los pesquisas recolectaron pruebas en su contra. Según consta en seis expedientes, la mujer lideraba al grupo y obtenía la confianza de sus víctimas-clientes a través de negociaciones por redes sociales, para que sus “soldaditos” fueran a cometer los robos.
El modus operandi consistía en muy buenas oportunidades de compra o venta de dólares a través de Facebook y Marketplace para captar interesados. Aldana encabezaba las transacciones y se mostraba sin problemas en sus redes, hasta que llegaban a un acuerdo y quedaban en reunirse en algún sitio para concretar el cambio de moneda. Sin embargo, al llegar al lugar pactado las personas no se encontraban con ella, sino con sujetos que los asaltaban; en todos los casos, segundos antes Ojeda se comunicaba con los damnificados para decirles que había tenido un imprevisto y que no podía asistir.
Así se fueron sumando denuncias similares, hasta que se dio el hecho más grave. El 7 de mayo pasado en una casa de calle Pedro Vargas de Dorrego, Guaymallén, delincuentes irrumpieron con el objetivo de robar dinero, pero su propósito se vio frustrado por Carlos Almazán (51), policía retirado.
Este hombre forcejeó con dos ladrones armados-serían Garro y Valdivia- que le terminaron disparando. El ex efectivo estuvo muy grave durante los primeros días de internación y luego se fue recuperando.
Los malvivientes habrían llegado al domicilio con el dato de que el padre de Almazán tenía dólares que pondría en garantía para salvar su vivienda. El plan delictivo no se concretó porque tanto este señor como su hijo se resistieron-ambos resultaron heridos-y los autores debieron escapar sin el botín.
Por este episodio se identificó a Ojeda, a su novio Nahuel Paniagua, a Pablo Valdivia y a Víctor Garro como responsables, quienes fueron detenidos e imputados por homicidio criminis causa en tentativa; es decir, intentaron matar para ocultar el asalto, delito con penas de 10 a 15 años.
Para entonces la Fiscalía de Robos y Hurtos ya había aportado algunas pruebas en su contra en otras causas y todas quedaron a cargo del fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello.
Luego de estos meses el investigador fue analizando los hechos e indicios con respecto a los cuatro detenidos y optó por solicitar únicamente la prisión preventiva para Ojeda y Valdivia, otorgada este lunes por el juez Juan Manuel Pina González tras varias audiencias con los abogados defensores. El magistrado consideró que hay elementos suficientes de sospecha hasta esta altura para mantener en la cárcel a los sindicados.
El que zafó de la medida de coerción fue Nahuel Paniagua, quien a través de diversas pruebas que presentó convenció a la fiscalía de que no participó en los asaltos y obtuvo la libertad en los últimos días. La misma suerte corrió un tiempo antes Garro, también liberado gracias a su declaración y a una coartada convincente.
Con preventiva también quedaron Edwin Coria y Antonella Ponce, señalados también como miembros de la banda de Aldana. Esta joven-por Ponce- cayó a principios de agosto luego de ser buscada por un asalto en el local de ropa Kevingston, ubicado en calle Espejo de Ciudad. El 22 de marzo de este año malvivientes irrumpieron en el negocio y se llevaron $650.000, 5.000 dólares, mercadería, chequeras y una notebook.