Seguirá detenido el hombre que fue denunciado desde España por su hijastra y que tras llegar a Mendoza fue detenido e imputado por abuso sexual agravado por acceso carnal y por el deber de guarda.
Esta mañana la jueza del Juzgado Penal Colegiado Número 2 Claudia Tula cerró la audiencia de prisión preventiva, ordenando que el imputado –se omite su nombre para preservar la identidad de sus hijos e hijastros- siga detenido, tal como lo solicitó el fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Gustavo Stroppiana.
Por otra parte, la jueza rechazó el pedido realizado por la defensora oficial Mariana Silvestri, quien había solicitado que se le otorgara el beneficio de la prisión domiciliaria.
Además, se otorgó una prórroga a la investigación penal preparatoria ya que faltan algunos medios de prueba, de cara a un futuro debate.
Esta causa de abuso sexual presenta algunas características dramáticas: la chica le contó en España a su madre los presuntos abusos sufridos, lo que hizo que el hombre volviera rápidamente a Mendoza, en tanto que su mujer tomó la drástica decisión de quitarse la vida, dejando a sus hijos solos y varados en Europa.
Un trágico desenlace
A mediados de mayo, un taxista mendocino se presentó ante el fiscal Stroppiana para denunciar que su hija de 17 años que, en ese momento residía en la ciudad española de Zaragoza junto a sus hermanos, la había llamado por teléfono y le había contado que durante al menos dos años –cuando tenía entre 10 y 12 años- su padrastro habría abusado de ella repetidas veces, en distintos lugares de Mendoza.
En febrero pasado la chica junto a su familia –conformada por su madre de 40 años, su padrastro (el acusado) y sus hermanos de 16, 14, 7 y 5 años se fueron de la provincia para radicarse en Zaragoza, España, buscando nuevos horizontes, escapando de la crisis económica que vive Argentina.
Pero a mediados de mes, la joven reunió a su madre y a su padrastro y les dijo que había sido víctima de abusos, narrando en detalles distintas situaciones en las que el hombre aprovechaba que su pareja se iba a trabajar para poder agredir a la niña que, en ese entonces, tenía entre 10 y 12 años.
Esa charla tuvo lugar el domingo 15 de mayo pasado. Luego, la joven denunció a su padrastro en un tribunal de Zaragoza. El martes siguiente el hombre decidió escapar del departamento que habitaban en la ciudad española y sacó un pasaje con destino a Argentina.
Al día siguiente, la mujer tomó una drástica decisión: salió de su casa y se suicidó en una plaza, previo confirmarle a su primer marido, el taxista que reside en Mendoza, todo lo que la joven ya le había contado por teléfono.
El taxista, con esa información y con los audios que le envió su hija y una copia de la denuncia radicada en España, decidió poner una denuncia en la Fiscalía de Delitos Sexuales de Mendoza, lugar donde se habrían producido los ataques sexuales y, por lo tanto, deben ser investigados.
El 27 de mayo pasado el fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Gustavo Stroppiana lo imputó por abuso sexual agravado por acceso carnal y por el deber de guarda, enviándolo a la cárcel.
La joven y sus hermanos -tanto los dos mayores que son hijos del taxista, como los dos menores que son hijos del acusado-, se encuentran desde el 5 de julio en nuestra provincia, tras viajar desde Europa junto al padre de los mayores y a la abuela de todos.