La justicia aprobó el pedido de prisión preventiva para Claudia Pérez, la mujer policía imputada por el asesinato de su colega, la uniformada Nidia Angulo (30), ocurrido en subcomisaria de El Sauce, en febrero pasado.
Esta mañana, la jueza Mariana Gardey, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, le dictó la preventiva solicitada por el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello y por la tanto la mujer -acusada de homicidio agravado por ser el uso de arma y por alevosía- deberá seguir detenida hasta que el expediente llegue a juicio.
El fiscal adjuntó al pedido algunas pruebas que complican la situación de Pérez, quien era la ex pareja del novio de Angulo. Fue la misma acusada quien le señaló a sus familiares el lugar donde había ocultado el arma homicida.
Además, en el expediente figura el resultado de una prueba de barrido electrónico positivo que confirma que Pérez disparó un arma en las últimas horas previas al homicidio.
Otra prueba de gran importancia es la amenaza que la mujer le hizo a su ex pareja: “”La vas a tener que velar en un cajón”, le dijo al enviarle un mensaje por WhatsApp, 10 o 12 horas antes del disparo fatal.
La sorprendió cuando dormía
El 18 de febrero pasado, a las 7.30 la auxiliar Nidia Angulo fue encontrada sin vida en la subcomisaría de El Sauce, donde prestaba servicios.
Lo que originalmente se pensó como un suicidio cambió minutos después a homicidio al descubrirse que le habían dado un tiro en la cabeza.
Por esa razón quedaron demorados en primera instancia tres personas del círculo íntimo: el novio de la víctima y su ex pareja, ambos oficiales de la Policía de Mendoza, y también el padre de los hijos de la mujer asesinada, de quien estaba separado, según informaron fuentes policiales y judiciales.
Sin embargo, el mismo viernes la tarde, el fiscal de Homicidios de Mendoza, Gustavo Pirrello, ordenó liberar a los dos hombres y sólo quedó bajo custodia policial Claudia Pérez, una oficial que es la ex novia de quien era pareja de Nidia Angulo.
La víctima fue encontrada por dos compañeros que regresaron de un procedimiento, la encontraron recostada y pensaron que estaba descansando, pero luego se dieron cuenta que tenía una herida en la cabeza, por lo que la trasladaron hasta el hospital de la zona. Allí, los médicos que la revisaron constataron la muerte.
Los investigadores indicaron que Angulo se hallaba en una de las oficinas de la seccional, que funciona como lugar de descanso y que tiene cuchetas, recostada sobre una de ellas con un disparo en la cabeza. Una vez informadas las autoridades y que se le diera intervención a la Justicia, el fiscal de Homicidios de Mendoza, Gustavo Pirrello, llegó hasta la seccional y preservó el lugar, ya que si bien en un principio se pensó en un posible suicidio, en la habitación no fue hallado su arma reglamentaria ni su teléfono celular.