Ya son 20 los pilotos de la División VANT de la Policía de Mendoza que controlan los siete drones con que cuenta la Fuerza en Mendoza. A mediados de mes se incorporaron ocho efectivos certificados, con los que se alcanzaron las dos decenas. Los sofisticados aparatos se usan desde 2021 en diversos operativos, como allanamientos, eventos masivos y búsquedas de personas.
Los efectivos, muchos de los cuales cumplen otras funciones hasta que son solicitados para brindar servicios en la División VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado), ahora son 15 en el Gran Mendoza y cinco en la zona Sur de la provincia. Sólo dos mujeres pilotean los drones, que son los ojos de sus compañeros desde el cielo.
“Los ocho nuevos pilotos hicieron el curso correspondiente con la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), cumplieron con las horas de vuelo que exigen y rindieron bien el examen”, detalló a Los Andes el subsecretario de Tecnología Aplicada a la Seguridad, Leandro Biskupovich. “Para volar un drone de estas características tiene que ser un piloto certificado, si no, ni siquiera te te cubre el seguro en caso de tener algún accidente”, sumó.
“El día 18 de marzo ocho policías viajaron a Córdoba y realizaron la capacitación y el día 20 del mismo mes rindieron en la ANAC, el órgano que regula toda la actividad aérea de Argentina, quedando habilitados como pilotos para sumarse así al área”, señalaron las autoridades de la División VANT.
El uso de un drone implica el trabajo coordinado de un piloto y de un observador, cuya tarea es cuidar el vuelo del artefacto. “El observador es necesario porque, mientras el piloto está con su control, él debe advertirle si el drone va a pasar por un lugar donde pueda haber un cable, una torre, cualquier obstáculo, o si está volando más alto de lo que la ley permite”, explicó Biskupovich.
El funcionario apuntó que los equipos con que cuenta la Policía mendocina pueden alcanzar un vuelo de 6.500 metros sobre el nivel del mar. “Pero como medida de seguridad no se permite volar a más de 500 metros de altura, entonces el observador va garantizando todo eso y, además, va transmitiendo toda la información”, añadió.
Estos drones también pueden ser operados a 8.000 metros de distancia, pero los estándares de seguridad recomiendan nunca perderlo de vista, por lo que se pilotea a menor distancia. Además, en caso de que la batería se esté por agotar, es necesario poder hacerlo regresar sin que caiga en el camino.
El observador de vuelo también se cerciora de que la pista esté en condiciones y despejada para que el piloto accione tranquilamente la aeronave.
Quien está a cargo de la División VANT es el subcomisario Enrique Picon. En la unidad operativa creada el 7 de octubre de 2021 cuentan con drones marca DJI Mavic dos enterprise, equipados con cámara térmica para la noche y cámara dual para el día, que permite trabajar a larga distancia. Son cuadricóptero de alas rotativas y tienen una batería con una duración de 25 minutos.
“La cámara térmica permite que en las noches, cuando se requiere un rastrillaje principalmente en una búsqueda de personas, se pueda dar rápidamente con el objetivo mediante el detector de calor. La otra cámara es multiespectral 4K, que también almacena en esa definición”, explicó el funcionario.
Ojos desde el cielo
Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia explicaron que vienen fortaleciendo los operativos con la incorporación del patrullaje aéreo a las maniobras policiales, ya sean preventivas, investigativas o de inteligencia criminal.
El uso de los drones es variado y, según explicó Leandro Biskupovich, los aparatos están a disposición de las distintas divisiones de la Fuerza que los requieran. “El 12 de marzo pasado se utilizaron en el megaoperativo en el Campo Papa para hacer tareas previas de investigación e inteligencia. Al contar con muy buena calidad de imagen, se puede preparar al recurso humano que va a estar en el territorio, sabiendo con qué se va a encontrar. Y, en el momento del operativo, sobrevolándolo también se le puede aportar indicaciones sobre lo que se puede llegar a encontrar”, detalló el funcionario.
El monitoreo en tiempo real les permitió al piloto y al observador ir irradiando por frecuencia desde el aire si había algún sospechoso en un techo de las barriadas del Oeste de Godoy Cruz, si alguien pretendía escapar, si los uniformados en tierra se iban a encontrar con un perro agresivo o si un sospechoso portando un arma buscaba atacarlos.
“Siempre que hay un operativo esta tecnología se pone a disposición”, apuntó Biskupovich. “Con el tema del cobre se ha utilizado y se ha llegado a resultados muy buenos porque a veces no hace falta hacer allanamientos en lugares donde se sabe que no vas a encontrar nada por las imágenes obtenidas y viceversa: a veces encontrás cosas desde el aire y empezás a tener por lo menos indicios de que es un lugar que está operando en este delito que está a la orden del día”, sumó.
“En eventos masivos, como partidos de fútbol, recitales o la Fiesta de la Cerveza, por poner un ejemplo, se está usando mucho esta tecnología para hacer control situacional. Son eventos donde se congrega mucha gente y es difícil tener personal caminando entre la muchedumbre”, detalló el subsecretario de Tecnología Aplicada a la Seguridad respecto de otros usos de los drones.
La División VANT también monitorea los límites interprovinciales. “Si bien hay 10 límites formales de Mendoza con distintas provincias, sabemos que hay pasos informales y han salido operativos muy buenos sobrevolando drones sobre estos puntos. Teniendo el drone se puede cubrir una cantidad de metros mucho más grande que con el personal en tierra”, destacó Biskupovich.
Analizan sumar drones
En el Ministerio de Seguridad y Justicia analizan incorporar más drones a la flota de la División VANT, aunque con otras características, para complementar a los que ya sobrevuelan la provincia. “Con la cantidad de drones que tenemos está bien, aunque se piensa incorporar nuevos. Han salido algunos modelos nuevos y estamos evaluando técnicamente si sería bueno incorporar otro tipo de tecnología, drones un poco más robustos”, adelantó Biskupovich.
Y concluyó: “Los que tenemos son muy buenos porque son livianos, chiquitos y los podemos usar para cualquier cosa, pero hay veces en que requerimos que sean un poco más robustos para usar, por ejemplo, cuando hay viento Zonda o en operativos de búsqueda y rescate de personas en Alta Montaña, donde las condiciones climáticas no son las mejores”.