Roberto Aucachi Cisneros (24) fue condenado a 6 años de cárcel e inhabilitado para conducir durante 10 años por atropellar y matar a Gabriela Riquelme (21) y Aimara Tejada (3) en enero de 2019 en Guaymallén. El joven manejaba alcoholizado, sin luces y escapó tras el hecho.
Los extremos de lo pedido por la fiscalía -a lo que había adherido la querella- y la defensa se ubicaron entre los 16 y los tres años de cárcel. Finalmente, la jueza María Laura Guajardo, del Tribunal Penal Colegiado 1, optó cerca del mediodía de ayer por una pena intermedia y condenó a Roberto Aucachi a 6 años de prisión por homicidio culposo agravado por conducir bajo el efecto de bebidas alcohólicas.
Además, el joven recibió la inhabilitación especial para conducir vehículos automotrices por 10 años, el máximo previsto por la ley.
Así, el fallo se ubicó mucho más cerca de la defensa, poniéndole punto final -de no existir una apelación de las partes- al siniestro vial ocurrido el 14 de enero del año pasado, cuando el ahora condenado a bordo de una camioneta Nissan y alcoholizado, embistió desde atrás a un grupo de mujeres. Así dio muerte a la pequeña Aimara Tejada y a Gabriela Riquelme.
A pesar del pedido de la fiscalía y del padre de una de las víctimas, la condena fue menor a lo esperado, por lo que la querella anticipó que apelará ante la Corte. Pero primero deben esperar cinco días hábiles para conocer los fundamentos de la sentencia.
El juicio realizado en forma virtual tuvo tres audiencias; dos de ellas para escuchar a los testigos y la restante donde las partes alegaron, el viernes pasado.
Aucachi llegó a debate imputado por homicidio simple con dolo eventual -en dos hechos- en concurso ideal con lesiones leves con dolo eventual en tres hechos. Los argumentos de la fiscalía y los de la defensa se ubicaron en los extremos del pedido de pena: 16 años de prisión más inhabilitación de 10 años para conducir y la absolución como base.
La querellante oficial Jimena Villanueva se adhirió al pedido de la fiscalía, mientras que el abogado Diego Rozzi reclamó directamente el sobreseimiento de su defendido con el argumento de que las víctimas transitaban por la calle.
Además la defensa propuso en forma subsidiaria que el acusado fuera condenado a tres años de prisión por homicidio culposo.
En dos audiencias previas -el lunes 5 y el jueves 8 de octubre- se escuchó lo que recordaban los testigos del que fuera uno de los accidentes más graves con que arrancó el año pasado.
Tragedia en el Acceso Este
El lunes 14 de enero de 2019, cerca de las 21.30, en la lateral Norte del Acceso Este en Rodeo de la Cruz, Roberto Aucachi Cisneros conducía una camioneta Nissan Frontier 4x4 con dirección al Oeste.
Iba sin luces y con una graduación de alcohol de 1.81 gramos cuando embistió desde atrás a un grupo de mujeres del humilde barrio Kilómetro 11, de Rodeo de Cruz, que se dirigían a jugar al fútbol, actividad que habían empezado seis meses antes para escapar de la rutina y practicar ejercicio. Pretendían llegar a las canchas “Futeka”, ubicadas a pocos metros del lugar del siniestro.
Sin reducir la velocidad, según testigos, el joven boliviano atropelló a Gabriela Riquelme, a Rocío Arias (14), quien llevaba a la pequeña Aimara Tejada en un cochecito de bebé, a Nicole Riquelme y a Lourdes Tejada. Todas caminaban por el espacio terroso de la lateral.
La nena, hija de una de una de las jugadoras de fútbol amateur, murió al instante. La joven integrante del equipo dejó de existir camino al hospital Central.
Tras embestir a las víctimas, Aucachi intentó escapar pero fue detenido varias cuadras más adelante por ocasionales automovilistas que habían presenciado el siniestro. Como consecuencia del impacto, Rocío, Lourdes y Nicole sufrieron lesiones de distinta consideración.
“La camioneta primero me pegó a mí y quedé tirada. Cuando logré girarme vi a mi hija muerta y a mi mejor amiga agonizando”, relató poco después de la tragedia Lourdes Tejada. Y, antes de romper en llanto, completó: “Íbamos en fila india, nunca vimos la camioneta. Sentí un tremendo golpe que me tiró hacia el costado de la calle. Todo pasó en un segundo”.