Se conocerán el resultado de las pericias psicológicas que los especialistas han realizado a la mujer de 39 años que denunció a los rugbiers franceses, un elemento que podría acercar a los deportista galos a un eventual sobreseimiento que les permitiría volver a su país.
Mañana desde las 18 los psicólogos y psiquiatras del y del Cuerpo Médico Forense y de Equipo de Abordaje de Abusos Sexuales (E.De.A.A.S) del Ministerio Público Fiscal se reunirán con los peritos presentados por la defensa y la querella y decidirán si firman en conjunto los estudios realizados a la denunciante de los deportistas franceses para luego presentarlos ante la Fiscalíaide Delitos contra la Integridad Sexual.
Puede ocurrir en ese momento que alguna o ambas partes decidan presentar su propio informe por separado.
Por otra parte, el lunes pasado, todos los especialistas firmaron de común acuerdo la pericia psicológica de los rugbiers extranjeros. En la misma se estableció que tanto Hugo Auradou como Oscar Jegou entienden la criminalidad del hecho que se les imputa y saben que es un ataque sexual.
Hay un párrafo en la pericia donde los especialistas sostienen que no se vislumbran ningún tipo de patologías relaciones con alguna desviación sexual o comportamiento sexual no habitual.
Así las cosas, no existe en la pericia psicológica ningún tipo de marcador que pueda ser desfavorable para los acusados.
Con este panorama nadie descarta que, luego de la pericia de la denunciante se agregue al expediente, la el fiscal Darío Nora de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual opte por ordenar le sobreseimiento de los acusados.
En esta instancia, los abogados querellantes podrían oponerse a esta medida y, entonces la jueza de Garantías Eleonora Arenas, deberá decidir si se inclina por el sobreseimiento o bien ordena al fiscal continuar con la investigación.
En libertad
El lunes 12 de agosto pasado, el fiscal adjunto penal Gonzalo Nazar ordenó la libertad de Auradou y Jegou, pero dejó vigentes el resto de las medidas de coerción dictadas al momento de fijarse la prisión domiciliaria: retención de pasaportes, prohibición de salir de país y prohibición de contacto con la denunciante por cualquier medio.
Los rugbiers siguen imputados por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”, delito que tiene penas que van de los 8 a 20 años de cárcel, y por lo tanto permanecen sujetos a proceso.
Pero el hecho de que la fiscalía ordenara la libertad, desechando la prisión preventiva hace pensar que, de no mediar nuevas pruebas de peso, la causa se encamina a extinguirse con un sobreseimiento.
Nazar sostuvo que, si bien en principio existieron elementos para detener a los extranjeros -frente a la gravedad de la denuncia y los riesgos procesales- y con todas las pruebas reunidas, “no se logra satisfacer el estándar convictivo necesario para solicitar la prisión preventiva de los encartados”.
“La primera versión de la denunciante se ha visto debilitada con diversos elementos probatorios, que han puesto en puesto de manifiesto una serie de contradicciones en cuanto a la mecánica del hecho y a la existencia de consentimiento que resultan de relevancia”, apuntó el fiscal Nazar.
Luego señaló las “notorias contradicciones, inconsistencias, zonas grises y hasta explicaciones insuficientes” en relación a circunstancias tales como el motivo por el cual fue al hotel, la situación que se generó previo a ingresar a la habitación, la secuencia de los presuntos abusos y la forma en que salió del hotel.
También se refirió al “tono jocoso que caracteriza el comienzo de una conversación con una amiga”, que es una de las claves de la caída de la causa: unos audios presentados por una amiga que comienzan así: “Conocí a un rugbier francés, altísimo el chabón, re lindo (risas) re lindo… Llegué a mi casa a las 9… Tremendo el pendejito”.
Además, estableció una relación entre los moretones y marcas registradas en el cuerpo de la víctima por los especialistas de Cuerpo Médico Forense y una enfermedad que padece la denunciante, que explicaría la presencia de hematomas. Para Nazar, las pruebas aportadas por los abogados de la denunciante “no resultarían determinantes en el sentido incriminatorio”, en tanto que los de la defensa “no podrían descartarse sin más”.
También señala que, en todo momento, los fiscales adhirieron a los protocolos vigentes para casos de violencia de género, utilizando esa perspectiva para analizar la prueba.