Con un valor de entre 15.000 y 20.000 pesos por gramo, la “tusi” o “cocaína rosa”, llamada así por su composición polvorienta y su coloración generada en laboratorio, no se ha decomisado hasta ahora en Mendoza. El costoso precio de esta droga de diseño hace que no sea negocio rentable para los narcos locales, aunque especialistas advierten que también es difícil detectarla. Sólo se han reportado dos casos de jóvenes que llegaron a guardias con las alteraciones propias de esta sustancia sintética pero no se hallaron dosis.
La 2CB se sintetizó por primera vez en un laboratorio en 1974 en Estados Unidos. Pero recién en los últimos años se puso de moda y comenzó a consumirse en exclusivos círculos vinculados al ambiente nocturno y a las fiestas electrónicas. Su uso volvió a saltar a la luz tras el reciente fallecimiento de una modelo brasileña de 26 años en Buenos Aires. Emmily Rodrigues Santos murió hace 15 días al caer de un sexto piso en Retiro. Había participado de una reunión con un hombre y otras dos chicas que admitieron haber consumido tusi, cocaína y marihuana.
“Son sustancias sintéticas o de diseño. Se llaman así porque se sintetizan en laboratorio, no son originarias de una planta, como pasa con la cocaína, la marihuana o la cafeína. También se conocen como drogas de diseño porque se diseñan en el laboratorio. Se manipula la estructura química y, de acuerdo a como se va manipulando, buscan potenciar más o menos efectos”, explica a Los Andes Sergio Saracco, médico magíster en Toxicología y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina.
“Dentro de estas drogas de diseño, entre las más conocidas está el ácido lisérgico (LSD), las metanfetaminas, el MDMA, que es el éxtasis. Y dentro de esta familia de drogas han aparecido en los últimos tiempos, desde 2009 o un poco antes, las que son reconocidas por la Agencia Internacional de Drogas de las Naciones Unidas como NPS. Son las nuevas drogas de diseño psicoactivas. Dentro de estas es donde está la tusi o la 2CB, que es el nombre de esta sustancia química. Su castellanización es tusi o tusibi, el nombre de la estructura química. Por el aspecto que tiene, que es un polvo de color rosado, se la llama ‘cocaína rosada’ pero no tiene absolutamente nada que ver con la cocaína”, detalla el especialista.
La 2CB pertenece a la familia de la feniletilamina. En Europa un gramo de esta droga cuesta 100 euros, casi 25.000 pesos argentinos al valor oficial de esa moneda. En el país, más precisamente en Mar del Plata, se han incautado dosis que se vendían desde los 15.000 pesos a inicios de este año. Pero el precio varía de acuerdo a la calidad, la pureza y la concentración de cada dosis. “La presentación, conforme a lo que se ve en Chile, donde sí hay secuestros, es en pequeñas bolsitas de nylon transparentes, no en nuditos ni ravioles”, apunta Marcelo Rivera, jefe de la Policía Contra el Narcotráfico de Mendoza. Saracco aporta que en otros países se pueden conseguir en pastillas o en troqueles, como ocurre con el LSD.
Sin “nicho” no hay negocio
Como explica Rivera, todo es cuestión de mercado. Y en Mendoza quienes venden estas sustancias no han hallado un “nicho”, como se dice en el Marketing, donde posicionar este producto. “En Mendoza no se ha detectado. Suele ocurrir que vas a un allanamiento, controlás a alguien en la noche y aparece éxtasis o ácido lisérgico pero de tusi no han aparecido dosis ni para consumo personal. No se encuentran en un ‘quiosco’ o un búnker porque lo consumen sectores de alto poder adquisitivo, más allá de que las drogas no respeten clases sociales. No cualquiera podría adquirirla por lo que vale. Un LSD o un éxtasis sale entre 1.000 y 1.500 pesos la dosis, dependiendo del marketing, del lugar o el entorno de donde se la compre. Si te la vende el delivery en la puerta del boliche va a salir más cara. El marketing hace que se ponga de moda un determinado logo, como cuando hablan de la Superman, que es la pastilla de éxtasis con el logo de la S del superhéroe. Pero el logo no es un indicador de calidad, identifica muchas veces al fabricante, al que la sintetizó”, aporta el comisario general consultado.
“En el Gran Mendoza no se han encontrado nunca hongos psicodélicos o ‘locos’, como les llaman, y en el Sur sí, por ejemplo en Alvear. La comercialización de la droga va captando si hay consumidores en la zona para una determinada sustancia. Nunca de día encontrás un comprador de ácido o de éxtasis; es una droga que se mueve en la noche. También influye la zona: si vas a las villas, menos vas a encontrar éxtasis y LSD; encontrás mayormente marihuana y cocaína. Venden cosas que tienen más salida. Acá compran un kilo de cocaína y la llevan a tres kilos porque la estiran, entonces es más redituable que buscar una droga que tenga menos salida. Por ahí hay que buscarle la explicación”, analiza Rivera.
“Hemos tenido en Mendoza casos de pacientes que han ingresado a las guardias con cuadros de excitación diciendo que habían consumido tusi. Son casos aislados; hemos tenido dos casos nada más. Es cierto que no ha habido secuestros en la provincia pero es muy difícil también detectarla”, apunta Saracco.
Pero el jefe de la Policía contra el Narcotráfico asegura que se trabaja de manera coordinada con la PDI chilena para evitar su ingreso a la provincia. Aunque el control es dificultoso. “A las NPS, al ir modificándose la estructura, les resulta muy fácil traspasar los controles de frontera. Porque no tienen un olor característico, como la cocaína o la marihuana, es decir que los perros no las detectan y no hay técnicas de laboratorio habituales o test rápido”, advierte el toxicólogo.
Cómo se consume y qué efectos tiene
“Estas drogas son estimulantes, entonces lo que producen inicialmente es aumento de la sudoración, aumento de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca, que producen todo el riesgo propio de arritmias cardiovasculares o hipertensión arterial. A nivel psicológico, producen un cuadro de excitación. El paciente va a estar mucho más excitado, puede estar más agresivo con fenómenos de auto o hetero agresión. Al producir efectos disociativos, esta sensación de que se separan del cuerpo, sumados al gran cuadro de excitación, también puede generar cuadros de paranoia.
Los síntomas son sudoración, taquicardia, hipertensión, efectos psicodélicos. Los pacientes llegan a la guardia con efectos no deseados, con un cuadro de excitación muy marcado porque produce cuadros psicodélicos, labilidad afectiva que es excitación o llanto, toda una distorsión de la percepción. Provoca alteraciones en el tiempo (más lento o más rápido), ilusiones de movimiento y alteración del juicio, que puede terminar con fenómenos de auto o hetero agresión.
¿Cuánto duran los efectos en el organismo? Todo depende de la vía de ingreso y de la concentración del producto, del grado de pureza. Cuanto más concentrado, estos efectos pueden durar más tiempo. Los efectos cardiovasculares duran de 4 a 8 horas pero los cuadros disociativos persisten hasta 12.
“Para alcanzar el efecto buscado más o menos rápido depende de la vía de ingreso. Si es por vía oral es más lento, por vía mucosa se absorbe más rápido. La vía más rápida es cuando se fuma. Pero estas no pueden ser fumadas. La que sigue es por vía mucosa, cuando es esnifada a través de la mucosa nasal o la oral. Y la más lenta es la vía digestiva”, detalla el médico consultado.
“La consumen porque les genera estas ilusiones visuales, genera bienestar, con cuadros de euforia. Se sienten mejor de ánimo, de buen humor, se ríen, están despiertos porque son estimulantes. Tienen pensamientos eróticos, pensamientos sexuales, sensaciones de amor o amistad. Lo negativo es el estado de de confusión, el looping, el cuadro de paranoia y pánico y empieza con estos sentimiento no deseados abrumadores”, detalla Saracco.
Pero advierte: “El riesgo de estas sustancias, por estos efectos disociativos, es por un lado el propio. Puedo terminar haciendo un ACV, una arritmia o una muerta súbita. Y por el efecto de excitación puedo terminar auto agrediéndome, produciendo que me lastime y me provoque una hemorragia o que termine con una situación de riesgo pensando que puedo volar, porque esta alteración lo genera. O bien puedo lesionar a otro porque, dentro de mi paranoia, es el enemigo o un enviado malévolo y lo voy a atacar”.
Todos estos efectos son producidos por el 2CB con muy poca cantidad de consumo. “Hablamos de 50 microgramos, son dosis bajísimas. Como son sintéticas, es el principio concentrado. Pero la 2CB puede venir con cortes de ketamina o cortando al éxtasis MDMA, que suma aún más riesgo. En los últimos congresos mundiales se presentó un número considerable de casos letales, especialmente procedentes de Estados Unidos, Australia y algunos países europeos”, concluye Saracco.