Un hombre de 65 años entró a robar una zapatería, baleó al dueño en una mano y tras un forcejeo murió. En medio de la pelea el asaltante que golpeó contra una de las vidrieras del negocio, informaron fuentes policiales.
El hecho se registró a las 11.50 en la zapatería Muglia, ubicada en la calle Membrillar 25, a metros de la avenida Rivadavia, en pleno centro comercial del barrio porteño de Flores.
Fuentes policiales informaron que todo comenzó cuando un hombre de unos 65 años ingresó al local simulando ser un cliente, pero a los pocos segundos extrajo un arma de fuego y amenazó al dueño, llamado Juan Muglia, a quien le exigió que le entregara el dinero.
Aparentemente, en ese momento, el comerciante le entregó el dinero que tenía y el delincuente pretendió llevarlo a la parte trasera del local, con intenciones de dejarlo maniatado.
En esas circunstancias, el dueño de la zapatería aprovechó un descuido y pretendió resistirse, por lo que se trabó en lucha con el ladrón, quien le disparó un tiro que impactó en la mano izquierda de su víctima.
Pablo Torres, amigo y abogado del comerciante, relató esta tarde a la prensa que Juan tomó "el arma por el lado del cañón, se disparó y le produjo una herida de arma de fuego en la mano".
Según las fuentes, el forcejeo continuó hasta que ambos chocaron contra la vidriera del negocio, tras lo cual el delincuente quedó inconsciente.
"Continúan en lucha hasta que este señor dejó de luchar, Juan salió del local con el arma y pidió ayuda, mientras que el delincuente quedó en el interior del local", explicó el abogado del zapatero.
Personal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) llegó a los pocos minutos y constató que el ladrón, de entre 65 y 70 años, había fallecido.
En principio, los pesquisas establecieron que no sufrió ningún disparo y a simple vista no tenía manchas de sangre ni heridas cortantes.
En tanto, el comerciante herido fue trasladado al hospital Piñero donde fue atendido por “herida de arma de fuego en mano izquierda con orificio de entrada y salida, y lesiones múltiples en el rostro”, aunque se encontraba fuera de peligro.
Efectivos de la Comisaría Vecinal 7C fueron alertados por el hecho y se entrevistaron con el damnificado, que ayer había reabierto su negocio por disposición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tras cuatro meses de aislamiento social por el coronavirus.
Los investigadores procuraban determinar ahora si el asaltante murió como consecuencia del golpe durante el forcejeo o si en la pelea sufrió un infarto, dijeron las fuentes.
Dentro del negocio, la Policía secuestró un revólver calibre 32 largo y un plomo de ese arma, añadieron las fuentes.
La Unidad Criminalística que arribó al lugar adelantó que entre las pertenencias del cadáver no había ninguna documentación y que en un bolsillo de la campera tenía una navaja y una bolsa de tela con cuatro precintos negros.