En la madrugada del 13 de octubre de 2021, un médico santiagueño asesinó de un escopetazo a un joven de 19 años que había ingresado a su casa presuntamente para robar. Nueve días después, Daniel Roberto Carabajal (56) fue detenido y desde entonces está preso bajo la acusación de “homicidio calificado por el uso de armas de fuego y tenencia ilegal de uso de armas de guerra”.
El hecho ocurrió en una casa de las calles Sexto Pasaje y 102, en el barrio Huaico Hondo. Sin embargo, la familia tuvo que mudarse de la vivienda tras el crimen porque vivían permanentemente amenazados y porque se la prendieron fuego.
Según diario Clarín, Carabajal dio detalles de lo ocurrido la noche del incidente: “Escucho voces afuera, me asomo (por unos agujeros en la pared) y veo dos individuos. Uno de estos logré ver que tenía un reflejo metálico en la mano”.
En su declaración, contó que como sus hijos rechazaban que tuviera armas en su casa, tenía una escondida. “A la escopeta la tenía debajo del colchón y como es habitual en el barrio el uso de tumberas me fui a la cama, la saqué debajo del colchón, vuelvo al baño y en el mueble que había allí estaban los cartuchos”.
Luego señaló: “Manoteo tres, cargué (la escopeta), remonté el arma, mientras miro que los dos individuos estaban a la izquierda, yo disparo a la derecha”.
La visión era “limitada porque la luz del tendido eléctrico no permite ver más allá de la calle”. Aseguró también que después del disparo, su hijo mayor le quitó el arma y lo golpeó en el pecho.
Preocupado por su hija menor, fueron a constatar que ella estuviera bien (tiene un bebé de pocos meses). “La encontramos llorando, asustada, le dijimos que cierre la puerta, que no salga, que íbamos a salir a revisar qué pasaba”, expresó.
Carabajal, junto a sus dos hijos, revisaron los costados de la casa y no encontraron a nadie. Entonces bajaron a la calle y miraron hacia ambos lados. Luego volvieron al lugar donde él había hecho los disparos. Tampoco encontraron nada. Eso duró alrededor de 20 minutos.
“Yo tenía miedo por mi hija, porque atiendo gente marginal y delictiva y escucho que ellos amenazan a los hijos apuntándoles y someten a la madre y lo cuentan orgullosos. Con anterioridad fui víctima de múltiples hechos delictivos, los cuales denuncié oportunamente, pero al ver que continuaban, dejé de denunciar, es algo habitual en la zona”, remarcó.
Uno de los disparos que hizo dio en el abdomen de Agustín Pacheco, de 19 años, que habría entrado a la propiedad para robar. Pacheco murió a los tres días en el Hospital Regional.
La abogada Fabiola Arce le dijo a Clarín que su representado “es un hombre bueno y trabajador, que nunca había tenido conflictos con nadie”.
Este lunes se realizará la reconstrucción, para lo cual los hijos viajarán desde Salta. La fiscal pidió refuerzos policiales y que se extremen las medidas de seguridad.