El reconocido cantante de cumbia de San Luis pelea por su vida tras ser brutalmente atacado a golpes en una estación de servicio del centro provincial.
Daniel Salinas, ex corista del grupo “Kabala”, permanece en coma farmacológico y solo queda esperar para ver cuál es su estado neurológico.
Salinas fue golpeado el viernes en la mañana en una en una estación de servicio en calle Junín e Hipólito Irigoyen, según publica el Diario de la República.
El cantante quedó tendido e inconsciente en el piso y fue trasladado al hospital Cerro de la Cruz, pero cuando recuperó la lucidez se negó a ser atendido y decidió irse con sus amigos.
Sin embargo, ese mismo día, pero horas más tarde, alrededor de las 15, Salinas volvió a ser encontrado tirado en el piso. Su hermana lo halló en en Juan Pecol en la zona de la primera rotonda y lo llevó a su casa, donde lo higienizaron: tenía la ropa ensangrentado y estaba en aparente estado de ebriedad, detalla ese medio.
Pero el estado del cantante nunca mejoró. Luego de ser atendido por su hermana, unos amigos lo llevaron hasta su domicilio donde se acostó, pero nunca más reaccionó. Fue nuevamente llevado al hospital donde le hicieron una tomografía.
El sábado por la mañana, finalmente el músico pudo ser internado en le hospital Carrillo, de esa capital, tras dos retiros voluntarios en las consultas anteriores. Fue inducido al coma para que pudieran drenarle el líquido de la cabeza y poder controlarlo.
“El paciente presenta traumatismo de cráneo grave, en asistencia respiratoria mecánica, hemodinámicamente inestable con necesidad de drogas vasoactivas”, dice el parte médico difundido ayer por el hospital.
Según las primeras informaciones Salinas discutió con otro músico, también reconocido en la provincia, y la riña terminó con el ex cantante de Kábala tendido inconsciente. Con las cámaras de seguridad determinaron si recibió una fuerte patada que le causó el derrame cerebral o si se golpeó con el piso.
“Ya hicimos todo como corresponde, solo hay que esperar que la justicia actúe . Ojalá sea rápido y que esa rata pague por lo que hizo. Sea el problema que sea nadie tiene el derecho de pegarle a nadie menos de esa forma’', pidió Agustí Álvarez, sobrino de la víctima, en diálogo con El Chorrillero.
