Un testigo complicó a Nicolás Pachelo: “Si tuve los huevos de matar a mi padre, matarte a vos no significa nada”

Mariano Maggi es un comerciante de autos en Pilar y declaró en el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce.

Un testigo complicó a Nicolás Pachelo: “Si tuve los huevos de matar a mi padre, matarte a vos no significa nada”
Gentileza El Patagónico

Un nuevo testimonio complicó a Nicolás Pachelo en el principal imputado en el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce. Se trata de un comerciante de autos de Pilar que declaró este martes.

Mariano Maggi fue el testigo principal de esta sexta jornada del debate que se realiza ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro.

El comerciante aseguró que Pachelo lo estafó con la compra de una camioneta y lo amenazó diciéndole que si ya había asesinado a su padre, matarlo a él y a su madre “no significa nada”.

El testigo explicó que conoció a Pachelo de adolescente por la relación que había entre su padre y el del acusado, Roberto Pachelo, que se dedicaba al automovilismo.

María Marta García Belsunce, la víctima.
María Marta García Belsunce, la víctima.

Maggi afirmó que en 2000 Pachelo le compró una camioneta Jeep Grand Cherokee que tenía en consignación valuada en 25.000 dólares y que el problema se dio cuando advirtió que lo había estafado porque le pagó con cuatro cheques que vinieron rebotados porque al menos uno de ellos estaba denunciado como robado, lo que motivó que realizara la denuncia ante la justicia.

“A Nicolás lo inhiben y es ahí cuando empiezo a sufrir amenazas. Me rompe los vidrios de la agencia dos veces”, recordó Maggi.

El comerciante explicó que una de esas amenazas fue en forma telefónica, cuando él venía manejando por la ruta 8 desde San Antonio de Areco, de donde es oriundo.

Según su relato, recibió en su celular una llamada de Pachelo con una frase que, según declaró hoy, nunca pudo olvidar. “Si yo tuve los huevos de matar a mi padre, imaginate que matarte a vos o a tu vieja para mí no significa nada”, le dijo.

La causa por la muerte de Roberto Pachelo, de un tiro en la sien en su tosquera de Pilar en 1996, fue archivada por la Justicia de San Isidro como un suicidio, pero siempre hubo dudas en torno a si el ahora acusado del homicidio de García Belsunce tuvo alguna relación con el episodio, algo que hoy los fiscales dejaron expuesto con la declaración de Maggi.

Interrogado por el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, el comerciante se refirió a otro hecho intimidante que vivió con posterioridad a que Pachelo dañara a piedrazos los vidrios del local e incluso un costoso BMW que tenía a la venta.

“Una vez viene Nicolás, se sienta en el escritorio y me dice: ´Yo te rompí los vidrios y no te prendí fuego la agencia porque te considero un buen tipo´. Y su pedido era que esto no trascienda”, afirmó Maggi.

“En ese momento es cuando me amenaza, sentado en el escritorio. Veía al diablo en sus ojos”, dijo Maggi.

El primer fiscal de la causa, Diego Molina Pico, denunciado ayer por “encubrimiento agravado” por el abogado Gustavo Hechem, que representa como particulares damnificados al viudo Carlos Carrascosa y a la hermana de la víctima, María Laura García Belsunce, también fue mencionado hoy en dos ocasiones.

La primera, cuando el fiscal Ferrari exhibió que aquella denuncia penal que Maggi había hecho por amenazas y daños en su local también había sido investigada por Molina Pico cuando estaba en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de San Isidro y terminó archivada sin ninguna consecuencia para Pachelo, informó Télam.

El Country Carmel de Pilar
El Country Carmel de Pilar

Otro testimonió que complicó a Pachelo

La primera testigo en declarar frente a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin fue Cristina Barrientos, quien explicó que en aquel año 2002 trabajaba como empleada en la casa de la familia Pfister  y que a María Marta la conocía porque la socióloga tenía una relación “de amistad” con su empleadora.

El punto central de su declaración estuvo vinculado al secuestro extorsivo que ese año sufrió María Marta con su mascota, un perro labrador llamado “Tom”.

Interrogada por el fiscal Federico González, Barrientos explicó que una de las noches en las que tras sus labores solía salir a caminar por Carmel con otras empleadas de casas de familia del barrio, la mujer que trabajaba en lo de Pachelo -cuyo nombre dijo no recordar-, le confesó que el acusado había secuestrado al perro de la socióloga.

“Comentó que este señor tenía secuestrado el perro de María Marta y quería rescate”, afirmó la testigo, mientras el propio Pachelo, desde su silla, le clavaba la mirada. El secuestro del perro “Tom” fue uno de los puntos que mencionó el fiscal Ferrari, en su exposición inicial de los lineamientos de la acusación.

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