Uno de los crímenes más resonantes de los últimos años en Maipú, terminará de esclarecerse mediante un juicio por jurado que ya tiene fecha. A partir del próximo 7 de febrero se sentará en el banquillo el segundo y último acusado por el asesinato de un comerciante, acribillado en su casa durante un asalto.
El hecho en el que murió Héctor Osvaldo Quiroga (59) en la madrugada del 18 de septiembre de 2019 en su vivienda de Russell, fue impactante por varios motivos: por la resistencia y el intento de la víctima de proteger a su familia, por la gran cantidad de disparos que intercambió con los ladrones y por que uno de estos apareció herido y oculto debajo de unas ramas cerca de la escena.
El fallecido hacía poco había montado un quiosco en su propiedad, ubicada en calle Videla Castillo al 1552. Aquella noche, cerca de las 4 y mientras dormía, fue sorprendido por al menos dos malvivientes que entraron saltando la medianera, se dirigieron a la habitación y dispararon con una escopeta.
Estos sujetos estaban encapuchados y exigían dinero. La situación se ponía cada vez más violenta porque Quiroga los enfrentaba, ante lo cual su esposa les entregó a los delincuentes una caja fuerte con 50.000 pesos.
Tras esto los agresores planearon ir al domicilio de al lado para seguir robando, donde se encontraban la nuera y el nieto de Héctor. El hombre se desesperó al ver esto y comenzó a dispararles con una pistola calibre 40. La respuesta no tardó en llegar, ya que los malhechores desenfundaron una 9 milímetros.
El quiosquero recibió dos impactos-uno en el abdomen y el otro en la ingle- que le produjeron una muerte inmediata, mientras los encapuchados emprendían la fuga. El tiroteo fue de tal magnitud, que luego la Policía Científica rescató más de 30 vainas.
Herido, confesión y pena máxima
Cristian Reina Flores (33) fue atrapado minutos después de lo sucedido, escondido debajo de unas hojas de olivo en una finca a no más de 100 metros de donde ocurrió el crimen. Tenía en su poder una arma de fuego, la caja fuerte que le quitaron a la víctima, un celular y un pasamontañas con una característica especial: le había pegado un auricular para simular ser un policía.
Precisamente la nuera del occiso explicó al declarar que un individuo con pasamontañas y con un auricular le decía que lo dejara entrar a la casa, porque era uniformado.
La situación de Reina en la investigación siempre fue complicada, al punto que en julio del año pasado admitió su responsabilidad en un juicio abreviado y lo condenaron a prisión perpetua por homicidio criminis causa.
Una frase reveladora y a debate popular
Distinta es la postura del otro sospechoso, Héctor “Laucha” González (31), detenido en octubre del 2019. Imputado por el mismo delito, este muchacho en más de una oportunidad intentó desvincularse de la investigación y no lo logró.
Ya le confirmaron que va a juicio y en los últimos días se realizó la audiencia de sorteo del jurado, con el fiscal en jefe Fernando Guzzo por la Fiscalía de Homicidios. Además, se estableció que el debate arranca el 7 de febrero del 2022 y se extenderá al menos por tres días.
Con riesgo de perpetua, 12 ciudadanos definirán su futuro. La principal prueba que lo compromete es la versión de un testigo, un vecino de villa Estación Espejo, que sostuvo que cerca de las 21.30 del 17 de septiembre vio a los acusados hablando y, cuando se acercó, “Laucha” dijo que “tenía ganas de meter caño en un comercio”, mostrando un arma. Entonces Reina le contestó: “Tengamos cuidado que no tengo ganas de ir en cana de nuevo”. Este último ya había estado preso, e incluso estaba con libertad condicional desde 2017.
Con esta versión como elemento clave y otros indicios, la fiscalía irá por un veredicto de culpabilidad, en tanto que la defensa cuestionará al testigo para lograr la absolución de González.