Un grupo de delincuentes cavó un túnel de aproximadamente cuatro metros de profundidad con el objetivo de robar un banco en San Isidro, localidad de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, un pequeño detalle llevó a que el plan fuera descubierto y frustrado recientemente.
El túnel se iniciaba en un antiguo taller de chapa y pintura, situado a poco más de 100 metros del banco, en la calle Chacabuco al 567.
La preocupación vecinal comenzó con la aparición de una varilla de hierro, que causó problemas a un repartidor y a un camión de caudales que intentaron estacionar en el área.
Este hallazgo, junto con las alertas de una vecina y un peluquero, llevó a la intervención del personal municipal.
Según el intendente Lanús, los operarios comenzaron a trabajar en el sitio y, después de unas horas de excavación, encontraron una luz que indicaba la presencia del túnel. Finalmente, alrededor de la 1:00 de la madrugada, lograron llegar al túnel.
El intendente destacó que el taller, desde donde se había excavado el túnel, había estado inactivo durante el último año, lo que permitió a los delincuentes utilizar el lugar sin levantar sospechas.
La policía bonaerense informó que el túnel había estado en construcción durante un periodo de entre seis y nueve meses.
El fiscal general Jhon Broyard y el fiscal adjunto Patricio Ferrari están a cargo del caso, que hasta el momento no ha llevado a ninguna detención. Por su parte, el intendente aseguró que “están realizando un gran esfuerzo para obtener resultados”.