Un octubre diferente, colmado de días en los que abunda el viento Zonda o las lluvias, se cobró la vida de Lucía Masman, la estudiante de 20 años que batalló por su vida durante dos días después de volcar junto a 15 alumnos de la Universidad Nacional de Cuyo, en El Challao. Los estudiantes regresaban todos juntos en la misma camioneta de una actividad grupal en el cerro Arco, que se canceló a último momento por el mal clima. Ayer, la conductora María del Cielo Vergara (19) fue imputada por homicidio culposo.
Cada año, en el último trimestre del ciclo lectivo, las universidades aprovechan los días cálidos para instar a los alumnos a realizar actividades al aire libre. Esto ocurrió el lunes, cuando la única casa de estudios pública organizó una caminata a la Quebrada del Durazno, que lleva al lugar popularmente conocido como Piedra de Isidris. A pesar de que estaba anunciado el mal clima, la caminata, parte del programa Actividad Física Saludable, no fue cancelada.
Los alumnos que se habían anotado de manera voluntaria llegaron a la entrada del cerro Arco a las 14, que era el horario pactado para la concentración. “Transcurridos 20 minutos de caminata empezó a lloviznar, por lo cual los profesores a cargo decidieron retornar a la base del cerro para dar por concluida la actividad”, explicaron autoridades de la universidad a la prensa.
Cuando las nubes comenzaron a descargar una lluvia torrencial Vergara, la dueña de una Chevrolet S-10, decidió entonces bajar a la ciudad y junto a ella lo hicieron otros 14 estudiantes de diferentes edades y carreras. La conductora de 19 años se apiadó de llevarlos sin pensar en las consecuencias.
Minutos más tarde, un llamado con una voz desesperada entró al 911. Eran las 15.35. Otros llamados le seguían y todos anunciaban lo mismo: una camioneta se había dado vuelta en la avenida Champagnat a 500 metros del ingreso al cerro Arco. De los 15 tripulantes que fueron despedidos del habitáculo, la mayoría viajaba en la caja.
Cuando el Cuerpo Aeronáutico Policial, personal del bomberos y dos ambulancias del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) llegaron al accidente se encontraron con varios jóvenes desparramados, la conductora en estado de shock y cuatro estudiantes que necesitaban ser trasladados al hospital, siendo dos chicas las más graves con múltiples fracturas y hemorragias internas.
Una de ellas era Lucía Masman. La joven de 20 años llegó a la guardia ya intubada, hemodinámicamente inestable y con politraumatismos graves. Pasó de urgencia al quirófano para “reparación de laceración hepática y colocación de avenamiento pleural por hemoneumotórax bilateral con fracturas en las costillas”, según se informó en el parte médico oficial. Además, presentaba hemorragia cerebral.
En declaraciones a los medios su familia pidió una cadena de oración ya que la vida de la estudiante de Economía estaba en manos de Dios. Los médicos habían hecho todo lo posible y había quedado en coma, hasta el miércoles en la madrugada, cuando informaron su deceso. En cuanto a María Di Silvestro (32), otra de las jóvenes accidentadas, sigue en coma inducido, con fractura de cráneo.
De los otros dos alumnos internados, ambos se encuentran con varios politraumatismos, pero están en sala común a la espera de una favorable evolución en sala común. Mientras que Vergara debió recibir asistencia profesional de especialistas en salud mental, debido a que sigue muy afectada psicológicamente por todo lo ocurrido.
“Culpa compartida”
El caso quedó en manos de la Fiscalía de Tránsito y, a pesar de que en un primer momento se barajó la hipótesis de que la estudiante había perdido el dominio al reventar una cubierta, la misma fue descartada y reemplazada por la idea de que hizo una mala maniobra y mordió la banquina.
Con la desafortunada muerte de Masman, el fiscal Fernando Giunta dio un giro en la carátula e imputó a Vergara por homicidio culposo en concurso ideal con lesiones graves agravadas por ser más de una víctima. Se trata de delitos que podrían enfrentar penas que van a 6 años de prisión y 5 a 10 años de inhabilitación para conducir.
Sin embargo, aunque la Ley de Tránsito no admite que 15 personas viajen en un vehículo, este caso podría tratarse de “culpa compartida”, es decir, que la conductora no debería haber llevado a sus compañeros de esa forma, pero a la vez los estudiantes que subieron a la camioneta son mayores de edad y asumieron el riesgo al subir de manera voluntaria.