Nada queda por decir sobre las pretensiones políticas del intendente radical de Las Heras, Daniel Orozco, en 2023, después de lo que pasó este lunes.
El médico convocó a una cena multitudinaria en El Challao, a la que denominó “cena de los líderes”, un encuentro en el que sostuvo que hay que “provincializar” la gestión municipal (el eufemismo elegido para no mencionar con todas las letras su candidatura a gobernador) y en el que mostró el músculo que puede sostener inicialmente su postulación.
El mensaje que dio Orozco, micrófono en mano, entre las mesas de los invitados, fue bastante breve. Con un gran cartel con su rostro como telón de fondo, proclamó un nuevo modelo de gestionar los municipios, que va del tradicional “ABL” (alumbrado, barrido y limpieza) a su “MTD” (mejorar, transformar, desarrollar), y habló de dos o tres medidas con las que ha marcado ese camino en Las Heras.
Detalló a modo de legado relevante algunas de esas políticas “MTD” de Las Heras que le abren el camino a más, como el desarrollo de parques en un departamento que no los tenía o el programa municipal de viviendas, y trazó algunas semejanzas entre los desafíos políticos en medio de la crisis actual y la siempre presente gesta sanmartiniana.
Pero más allá de este hilado diverso y breve, Orozco habló de sus “socios” políticos y destacó que lo hayan acompañado en forma amplia en la fría noche de este lunes, que en El Challao tuvo luces, comida y música, y que pareció viernes o sábado.
En efecto, la mesa principal del evento estuvo ocupada por dos intendentes radicales colegas: Walther Marcolini, de General Alvear; y Raúl Rufeil, de San Martín.
Con el primero dijo que desarrolla políticas en conjunto hace tiempo y hasta ha habido rumores de “fórmula” conjunta. La presencia del segundo es probablemente un “centro” del vicegobernador Mario Abed para fortalecer la proyección de su amigo Orozco el año que viene.
Pero hubo más. Orozco también sentó a su lado o cerca suyo a un referente del PRO, el diputado Enrique Thomas; y quienes acudieron en masa a la cena fueron los dirigentes políticos y empresarios de “Cambia ya”, aquellos que le hicieron “interna” a la lista oficial de Cambia Mendoza el año pasado.
Los empresarios Rodolfo Vargas Arizu y Beatriz Barbera, el dirigente del partido de los jubilados Edgardo Civit Evans y el radical de Guaymallén Fabián Manzur fueron algunos de los que se sentaron a la mesa. Con ellos, Orozco hizo “número” en la cena política, que era lo que quería.
Aunque no fuera orgánico, le hacía falta ese respaldo al intendente radical porque, como se sabe, el gobernador Rodolfo Suárez ha pedido que nadie lance candidaturas a gobernador y considera que estas proyecciones irritan a la sociedad. En consecuencia, casi ningún seguidor importante de Suárez o de Alfredo Cornejo participó del evento de anoche, salvo un par de funcionarios de segundas líneas.
Tampoco estuvo Julio Cobos, el mayor referente de Orozco en la UCR. Dicen que el diputado nacional no participó para evitar que el intendente en ascenso quedara eclipsado por otra figura.
En Las Heras, a pesar de lo que diga Suárez sobre candidaturas, la ven diferente. Orozco ya se lanzó y no da marcha atrás. Hasta jefe de campaña tiene: el ex legislador con origen capitalino Sergio Bruni.
Los del intendente de Las Heras interpretan que todos los que quieran ser candidatos en el oficialismo pueden mostrar sus aspiraciones hasta que llegue el momento de la definición.
En su entorno anoche estaban envalentonados por la “convocatoria” y decían que todo se dirige a una “finalísima” que disputarán el médico lasherino y el intendente de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, por la candidatura a gobernador. Consideran además que Ulpiano Suárez, de Capital, está fuera de carrera porque intentará quedarse otro periodo en la comuna, ya que le queda una reelección.
La intuición política en el norte del área metropolitana precipita también un dato clave que nadie confirmó aún: que Cornejo no va a competir en Mendoza para volver a ser gobernador el año que viene.
Todo lo demás es espíritu rebelde, basado en algunas nociones históricas. La gente de Orozco piensa que el oficialismo no le va a dar una chance al intendente de Las Heras si no patalea y hace ruido. Que siempre va a preferir a dirigentes de otros departamentos, como Godoy Cruz o Capital.
Y esa especie de “discriminación”, alegan, no es solo patrimonio radical. A pesar de ser uno de los departamentos del Gran Mendoza, hace 20 años que Las Heras no tiene un candidato a gobernador. El último fue peronista: Guillermo Amstutz, en 2003.
Orozco quiere tener la oportunidad, porque, entre otras cosas, recuperó el departamento en 2015 para el radicalismo tras el largo predominio peronista y, más cerca del final que del comienzo del segundo mandato, no hay señales de que pueda perder su control el año que viene. Va a correr hasta donde pueda, y a toda velocidad.