El jefe de Gabinete del gobierno nacional, Agustín Rossi, aseguró que no contempla la participación de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la próxima contienda presidencial y aclaró que él no se sumará a la lista de candidatos del Frente de Todos (FDT).
Además, el funcionario reconoció que el gobierno nacional debe “redoblar los esfuerzos” para revertir la carrera inflacionaria y dijo que existe “margen y voluntad” política para rediscutir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Hoy me imagino un escenario sin Cristina candidata porque es lo que ha dicho ella. No me imagino un escenario sin Cristina haciendo política. Cristina va a seguir ejerciendo ese rol, tiene un liderazgo muy fuerte dentro de nuestro espacio político”, opinó Rossi en una extensa entrevista con este medio.
-¿Cuáles son las prioridades de acción ante la inflación y los salarios?
-Nosotros estamos claramente convencidos de que hay que hacer todo el esfuerzo necesario para que la inflación tenga un sendero descendente. Ese fue el objetivo del ministro (Sergio) Massa, uno de los objetivos apenas asumió. Tuvimos un final de año bueno en ese sentido: octubre, noviembre y diciembre fueron meses en los que el índice iba descendente. Pero no fue así en enero y febrero. Eso lo único que hace es interpelarnos para redoblar los esfuerzos, para lograr ese camino. Sabemos que es el camino más directo para la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, de los ingresos de los argentinos. Ahora, simplemente a los efectos descriptivos y no para que suene como excusa, hay que explicar por qué tenemos una inflación que viaja a una velocidad mucho más acelerada de la que deseamos. No es que pasamos de cero a cien, nosotros empezamos con una inflación del 54% que nos dejó el ex presidente Macri, y a eso hay que sumarle la inflación que se generó en la pandemia y a eso hay que sumarle el inconveniente que nos generó la guerra con la pérdida de reservas. La guerra nos generó alrededor de 5.000 millones de dólares de déficit la guerra en las reservas, y claramente eso nos genera aumento en las expectativas devaluatorias, que es uno de los indicadores de inflación, y al mismo tiempo nos retrasa el crecimiento económico porque no tenemos la cantidad de divisas necesaria para solventarlo. Y ahora tenemos el efecto de la sequía. Todo eso te llevó de la inflación del 54% hasta la que tenemos ahora.
-¿Qué posición tiene frente a los reclamos de sectores del kirchnerismo, como La Cámpora, para renegociar el acuerdo con el FMI?
-El acuerdo con el FMI es dinámico porque desde el momento en el que lo firmamos todavía existía la posibilidad de una segunda o tercera ola de Covid mucho más fuerte y eso podría tener impacto en la economía. A partir de esa situación es que el ministro Massa fue y explicó los efectos que generaba la sequía en la argentina y logró modificar las metas de reservas para este primer trimestre. También explicamos lo que significó esta pérdida de reservas por el costo adicional que tuvimos que pagar ante el aumento de los precios internacionales de la energía. Es un acuerdo que en función de determinadas circunstancias y bajo determinadas características claramente se visualiza, se analiza y se tiene en cuenta.
-¿Entonces el gobierno cree que hay margen y tiene voluntad para renegociar?
-Claramente. Yo escuchaba a algunos que decían que se modificó la meta de reservas, pero no la meta de déficit fiscal. Bueno, la meta de reservas es trimestral y la de déficit fiscal es anual. Es un tema que nosotros permanentemente tenemos y ponemos sobre la mesa.
-Juntos por el Cambio dice que el gobierno deja ‘una bomba de tiempo’. ¿Qué opina?
-Juntos por el Cambio es una derecha extraña. En general en el mundo, todos los partidos de derecha cuando hacen una propuesta económica suelen ser bien recibida por los mercados. Acá es la única derecha en el mundo que cuando hace una propuesta económica, el mercado la rechaza. Es extraño que hablen aquellos que reperfilaron. En realidad, defaultearon una deuda en pesos, inédito también en la historia económica de nuestro país y en el mundo porque nadie defaultea una deuda en su propia moneda. Edulcoradamente le llaman ‘reperfilamiento’. Lo que hizo el ministro Massa es ofrecer un canje, alejó los vencimientos. Una parte de esa deuda es intra sector público, otra la tiene el sector financiero, lo que es absolutamente manejable. Lo que vamos haciendo es tomar decisiones que den certeza y previsibilidad a la economía argentina. Estamos en marzo. En enero y febrero largaron un comunicado para hablar de una bomba de tiempo. Ya no parece que describen una situación, sino que desean un escenario. El voluntarismo de ellos es que la economía argentina estalle sin importar lo que le pueda pasar a los argentinos. Ahora, tanto el comunicado de enero como el de febrero, fueron rechazados por el propio mercado que le dio la espalda. Vuelvo a decir: es una derecha extraña.
-¿Qué mirada tiene sobre la interna en el Frente de Todos?
-El sistema político argentino ha mutado en estos cuarenta años de democracia. Pasamos de un bipartidismo a un bicoalicionismo. Las coaliciones se realizan no entre los que piensan igual, sino entre los que piensan parecido y a veces con hasta con los que piensan no tan parecido. Si usted mira desde afuera lo que pasa con el sistema político argentino, va a las dos principales coaliciones con debates internos, no sólo los tiene el oficialismo. La oposición también tiene debates y tensiones internas y en algunos distritos no logran conciliar posiciones. En el sistema de coaliciones las miradas distintas son preexistentes a la coalición en sí misma. En un año electoral esto se acentúa. Usted me pregunta ‘¿cómo jefe de gabinete esas tensiones del Frente de Todos lo dificultan para la administración de la gestión? No, para nada. La realidad es que trabajo de la misma manera y siento la misma colaboración con todos los funcionarios del gobierno independientemente del sector político al cual pertenezcan. Probablemente vayamos a unas elecciones como no hemos tenido en los últimos años. Va a haber PASO. En las elecciones del 2019, la PASO se convirtió en la primera vuelta y casi predeterminó el resultado final de la elección.
-Ve la oportunidad de una interna…
-No sé si la oportunidad, lo que digo es que los procesos políticos son dinámicos y hay que aceptarlos. Si ese dinamismo encuentra un candidato o una candidata o una fórmula que sintetice o englobe la mayor cantidad de expectativas, hacia el interior de un frente como el nuestro, bueno, será ese candidato de síntesis o esa fórmula de síntesis. Si eso no sucede, hay que dejar que haya Paso. Para mí sería claramente un error tratar de sintetizar en alguien que no sintetiza. Pareciera que en Juntos por el Cambio ya está preestablecido que van a tener PASO y nosotros tenemos algunos meses como para definir esa situación.
-¿Se imagina un escenario de internas sin Cristina Kirchner?
-Hoy me imagino un escenario sin Cristina candidata porque es lo que ha dicho ella. No me imagino un escenario sin Cristina haciendo política. Cristina va a seguir ejerciendo ese rol, tiene un liderazgo muy fuerte dentro de nuestro espacio político. Seguramente ese rol lo va a seguir cumpliendo. Hasta ahora Cristina ha dicho que no va a ser candidata a nada, y habrá que ver cómo evoluciona. Sí creo que independiente de que sea o no candidata Cristina, tiene un rol de relevancia dentro de la política argentina, en muchos momentos muy decisorio.
-¿Y qué debería ofrecer el Frente de Todos más allá del 2023?
-Nosotros asumimos el gobierno para resolver una cantidad de problemas que se generaron durante los cuatro años del macrismo. Algunos están claramente resueltos y otros nos faltan. Tenemos que decirles a los argentinos: ‘Estos problemas que dijimos que íbamos a resolver en estos cuatro años, los resolvimos una parte, tenemos que resolver el resto’. Para eso necesitamos un voto de confianza para seguir gobernando la Argentina otros cuatro años para resolver los problemas que faltan. Sería una involución que la Argentina opte por aquellos que generaron los problemas. Cuando escucho, por ejemplo, a algunos de los candidatos de Juntos por el Cambio decir ‘nosotros vamos a bajar la inflación’, con esta determinación y certeza, me dan ganas de meterme en la tele y decirle ‘¿por qué no la bajaste cuando fuiste gobierno y dejaste una inflación con el 54 por ciento?’. Si la hubiesen bajado ahí, probablemente tendríamos un escenario de inflación más bajo. Los que generaron los problemas no están en condiciones de resolver esos problemas. Nosotros resolvimos algunos, nos faltan otros, es cierto. Por eso creo que podemos pedir un voto de confianza a los argentinos para poder resolver el resto de los problemas.
-¿Usted tiene previsto ser candidato presidencial o pelear por la gobernación de Santa Fe?
-No pienso ser candidato.
-¿Se ve teniendo algún protagonismo en la contienda electoral?
-Yo soy jefe de Gabinete y la verdad que llego acá a las 8 de la mañana y me voy a las 9 ó 10 de la noche todos los días. No tengo demasiado tiempo para pensar en otra cosa. Aportaré al diseño si soy convocado, soy llamado. De hecho, participé en la última reunión de la mesa del Frente de Todos, pero creo que mi mejor aporte a la performance electoral del FDT es ser un buen jefe de gabinete y que mis compañeros, nuestros dirigentes, nuestros militantes se sientan representados por la gestión que llevó adelante. Sé que es una cuestión corta, pero trato y trataré de hacer todo lo que esté a mi alcance para aportar a generar las condiciones de que las perspectivas electorales de nuestro espacio político sean lo más competitivas posibles. Repito, mi energía está puesta en ser un buen jefe de gabinete y que los compañeros se sientan representados.
-¿Piensan promover la discusión para modificar el sistema de coparticipación para hacerlo más equitativo?
-Nosotros tenemos una Ley de Coparticipación Federal que es una ley que no solamente tiene que ser aprobada por el Congreso de la Nación (y promulgada obviamente por el Poder Ejecutivo) sino que además, como es una ley convenio, tiene que tener el acuerdo de cada una de las provincias. Si hay una provincia que está en desacuerdo, no tenemos Ley de Coparticipación o no hay posibilidades de modificarla. O sea que es bastante difícil imaginar en el tiempo, si no hay un gran acuerdo político, que se modifique la ley. La disputa con la Ciudad de Buenos Aires es porque discrecionalmente el gobierno del presidente Macri aumentó los porcentajes de transferencias directas que iban del Poder Ejecutivo Nacional a CABA. La Ley de Coparticipación Federal es previa a que la Capital Federal adquiera el estatus de ciudad autónoma después de la reforma constitucional del ‘94. En esa reforma y en las leyes subsiguientes, lo que se dejó perfectamente establecido es que la Nación, en función de la autonomía de CABA, cada vez que le transfiere servicios, esa transferencia tiene que ir acompañada por los recursos suficientes como para que CABA lo lleve adelante. Eso fue lo que se hizo hasta que Macri, apenas asumió, dijo ‘esto que es de la Nación (y que se destina en jubilaciones, en pensiones, en obras a lo largo y ancho de todas las provincias) se destina exclusivamente a la Ciudad de Buenos Aires, sin que medie una transferencia de servicios que justifique el sustento presupuestario o económico’. Esto fue lo que pasó, por eso nosotros decimos que si esos recursos vuelven a la Nación, la Nación tiene mayor disponibilidad presupuestaria para volcarla a las provincias en distintas acciones que lleva adelante el Gobierno nacional. Cuando uno paga jubilaciones y pensiones de ANSES no se las paga a extraterrestres, se las paga a cordobeses, santafesinos, mendocinos. Lo mismo con la Asignación Universal por Hijo o las obras públicas que se realizan.
-¿Tienen previsto acelerar la implementación del sistema acusatorio del Código Procesal Penal tanto en Mendoza como en Santa Fe?
-El sistema acusatorio se está implementando en dos provincias, Salta y Jujuy. Los próximos dos lugares donde se tiene que empezar a implementar son Mendoza y Rosario. Exige una adecuación del sistema judicial en cada una de esas provincias y un mayor aporte de recursos. El sistema le deja al juez el lugar de dictaminar, y toda la instrucción del proceso está en manos de los fiscales, entonces se necesitan más jueces, más fiscales y mayores recursos logísticos. Claramente hay que ir en ese camino.