Luego de anunciar el pago de bonos para tratar de amortiguar el impacto de la inflación en los sectores más vulnerables, Alberto Fernández confirmó que buscará avanzar sobre la “renta inesperada” que tuvieron las grandes empresas en los últimos meses.
El Presidente confirmó la gestión en marcha al encabezar un acto en Casa Rosada junto al ministro de Economía, Martín Guzmán. Dijo que el objetivo es lograr que aquellos que “han ganado inesperadamente como consecuencia de la guerra” en Ucrania ahora “colaboren con su aporte” para “ayudar a los que han quedado más postergados”.
Fernández evitó dar mayores precisiones y Guzmán se limitó a señalar que “se plantea una alícuota sobre este componente de la renta que es inesperado” para las empresas con “ganancias netas imponibles superiores a los 1000 millones de pesos en el año”.
“Es una fracción muy pequeña de todo el entramado de empresas de nuestro país. Para darles una idea, en el año 2021 tan solo 3,2% de las empresas de nuestro país tuvieron ganancias superiores a los 1.000 millones de pesos”, remarcó el ministro de Economía.
Guzmán ensayó una defensa frente a las prematuras críticas de la oposición y explicó que la selección de las empresas que deberán contribuir dependerá de otros criterios. “La ganancia neta imponible real tiene que haber aumentado de forma significativa en el año 2022 respecto al 2021. Y además, el resultado ordinario en relación a las ventas, lo que conocemos coloquialmente como el margen de ganancias, tiene que ser anormalmente elevado en el año 2022″, indicó.
Para tratar de calmar los ánimos, el funcionario nacional hasta adelantó que habrá quitas para aquellas compañías que reinviertan parte de esos ingresos extraordinarios. “Si la renta inesperada se canaliza hacia la reinversión productiva. el monto de la contribución será menor”, prometió.
Es que los cuestionamientos contra el nuevo plan de la Casa Rosada arrancaron con los primeros trascendidos, horas antes del anuncio oficial. El primer crítico fue el jefe de Gobierno porteño y aspirante presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, quien advirtió que “la Argentina no soporta un impuesto más” y se plantó: “Ante las intenciones del Gobierno Nacional de crear un nuevo impuesto o subir uno existente que gravaría la ‘renta inesperada’, quiero dejar claro que estamos absolutamente en contra y que cuando llegue al Congreso lo vamos a rechazar.
Alberto Fernández aprovechó el acto para reconocer, una vez más, que su gobierno no consigue garantizar una distribución de la riqueza equitativa, situación que terminó de desatar la crisis en el Frente de Todos. “¿Dónde sentimos que está fallando el proyecto nuestro o el modelo que nosotros nos planteamos? En el punto de la distribución, porque precisamente la inflación se come gran parte de los aumentos salariales que se han dado y de los ingresos que hemos fijado para estos sectores más vulnerables”, analizó.
Pero el Presidente aseguró que se avanzará con otras políticas tendientes a atacar “la génesis de la inflación”, que en marzo registró su salto récord 6,7% (el avance mensual más alto de los últimos 20 años), y reiteró que no implementará un “programa regresivo” a pesar del acuerdo que firmó con el FMI para refinanciar la deuda de alrededor de U$S45.000 millones.
Por lo pronto, el diseño del mecanismo para avanzar sobre la “renta inesperada” parece estar sujeto a las reuniones que el gobierno nacional iniciará la semana próxima con representantes del mundo empresarial, sindical y político.
Bono para jubilados y los trabajadores más vulnerables
En el marco de las acciones para tratar de apuntalar la recuperación del poder adquisitivo, sobre todo ante el grave fenómeno inflacionario, el presidente Fernández anunció este lunes que se les pagará un bono a los jubilados, a los monotributistas de las categorías más bajas y a las trabajadoras de casas particulares.
En tanto, los monotributistas de la escala A y B, y las trabajadoras de casas particulares, entre 18 y 65 años de edad, recibirán un bono de $18.000 que se abonará en dos cuotas, en mayo y junio.
“Estas medidas son muy necesarias por el impacto de la inflación en el primer trimestre. Debemos garantizar que no recaiga en el bolsillo de los argentinos y fundamentalmente de los sectores más vulnerables, que se mueven en el marco de la informalidad”, remarcó Fernández.
Además, anticipó que la semana próxima habrá “más definiciones en muchas paritarias” que se abrieron tras las gestiones que inició el Gobierno nacional para que empresarios y sindicalistas definan compensaciones tendientes a proteger el ingreso de los trabajadores. “Vamos a trabajar para que esas correcciones vengan lo antes posibles”, dijo.
Los primeros cálculos indican que el costo fiscal de las medidas asciende a los $200.000 millones, pero el ministro Guzmán se ocupó de resaltar que estas acciones no frustrarán el camino que se inició en acuerdo con el FMI para estabilizar las cuentas públicas.
“Argentina, en el primer trimestre, ha cumplido con las metas en el plano fiscal, monetario y de acumulación de reservas”, destacó el ministro y agregó que “la política económica que se ha ejecutado está alineada con lo que se había planeado y contribuye a la estabilidad y a garantizar una continuidad de la recuperación económica”.