Luego de que la sala IV de la Cámara de Apelaciones haya determinado este domingo que en CABA se rehabiliten las clases presenciales, hasta tanto la Corte Suprema de Justicia se expida sobre el tema, el presidente Alberto Fernández le contestó a la justicia y aseguró que “lo que hicieron es un estrago jurídico”.
“Están tomando medidas que son del exclusivo resorte de la Justicia federal. No estamos dictando medidas de política educativa. Son medidas de política sanitaria en una pandemia, por eso la ciudad fue directo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, agregó en declaraciones a Roberto Navarro, que confirmaron fuentes de Presidencia.
Por su parte Martín Soria, ministro de Justicia, también se pronunció en contra de la decisión de la justicia y catalogó de “mamarracho jurídico” al fallo de la Cámara de Apelaciones porteña que obliga a abrir las escuelas. Además sentenció que esta medida “solo tiene una explicación y es política”.
A través de Twitter, Soria cuestionó que una medida sanitaria del gobierno nacional “pretenda ser suspendida por la Justicia porteña, un fuero local, manifiestamente incompetente para resolver sobre cuestiones federales”.
Otra de las voces oficiales que puso el grito en el cielo surgió desde el Ministerio de Salud, desde donde surgieron una batería de publicaciones en las redes sociales demostrando la incidencia en la pandemia que tiene la presencialidad en los colegios.
“La presencialidad en escuelas puede implicar un bajo riesgo individual pero alto riesgo colectivo, según el análisis epidemiológico”, indicó la cartera que conduce Carla Vizzotti.
El fallo de la Justicia porteña avaló que este lunes continúen las clases en la Ciudad de Buenos Aires de manera presencial -formalmente, no llegaron a interrumpirse-, a pesar de las restricciones establecidas por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por Alberto Fernández la semana pasado.
El Gobierno había resuelto suspender las clases presenciales en el AMBA por 14 días -desde este lunes y hasta el viernes 30- como medida para morigerar el impacto de la segunda ola de la pandemia.