El presidente Alberto Fernández visitó Mendoza este miércoles y lejos de sumar puntos en su campaña por la reelección, se encontró con un contexto desolador. No lo recibió el gobernador Rodolfo Suárez ni tampoco los principales dirigentes del Partido Justicialista. Fue ignorado por propios y ajenos.
Suárez ya había avisado que, tras el laudo en contra de Portezuelo del Viento, no estaba de “ánimo” para acompañarlo en sus dos actividades programadas: inaugurar los trabajos finalizados en la cárcel federal de Cacheuta y también la ampliación de una planta depuradora en Lavalle. Pero más allá de la actitud cuestionable y poco institucional del mandatario provincial, el Jefe de Estado tampoco contó con el respaldo de la cúpula de La Cámpora, que hoy conduce el PJ local.
Por diferentes motivos no estuvieron la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti; la presidenta del partido, Flor Destéfanis; ni el Jefe del bloque de Senadores del Frente de Todos, Lucas Ilardo. Como si el mensaje de distanciamiento no fuera suficiente, de ambas cámaras de la Legislatura solo asistieron dos integrantes: el diputado José Luis Ramón y el senador lavallino Gerardo Vaquer. A ellos se sumaron los diputados nacionales Eber Pérez Plaza y Liliana Paponet. Para la mayoría, el período de vacaciones fue la mejor excusa para ausentarse.
El presidente se tuvo que conformar, entonces, con la compañía de cinco de los seis intendentes peronistas. El anfitrión del acto, Roberto Righi (Lavalle); Matías Stevenato (Maipú); Martín Aveiro (Tunuyán), Emir Félix (San Rafael) y Fernando Ubieta (La Paz). También formó parte el precandidato a gobernador y presidente del Instituto Nacional Vitivinícola (INV), Martín Hinojosa, pero no se lo vio cerca de Fernández.
El mandatario nacional llegó por la mañana a la provincia junto a los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Justicia, Martín Soria. Fueron recibidos en la IV Brigada Aérea por el ministro de Infraestructura y Planificación, Mario Isgró (el enviado de Suárez); el secretario de Malvinas, Guillermo Carmona; y el mencionado Ramón. La imagen denotó la soledad del presidente.
Ellos seis viajaron en el helicóptero hacia Cacheuta para recorrer las obras finalizadas del Complejo Penitenciario Federal VI y al mediodía, pasadas las 13, se trasladaron por la misma vía hasta la planta depuradora de líquidos cloacales El Paramillo, dónde se iba a realizar el acto.
Allí Fernández se empeñó en tratar de desmontar las acusaciones de “discriminación” que generalmente realiza el Ejecutivo provincial contra la Nación y dijo que vino a “traer soluciones para los problemas de los mendocinos y las mendocinas”. Resaltó la inversión en obras y evitó hablar de Portezuelo, señalando que Suárez se habría ausentado por motivos electorales.
Al comienzo de su alocución, agradeció al ministro Isgró por acompañarlo y lanzó el primer dardo contra el gobernador: “También mi gratitud para el gobernador que nos permitió el transporte necesario que necesitábamos para acercarnos hasta aquí. Creo que hubiera sido muy bueno que estuviera con nosotros participando en este encuentro. Tal vez alguien lo haya confundido”.
En ese sentido, dijo: “Yo no vengo a hacer campaña electoral acá, yo recorro el país intentando escuchar a los vecinos de mi patria e intentando llevar soluciones a nuestras necesidades”.
“Mendoza es parte del país, gobierne quien gobierne. Esta obra es una solución para 350 mil mendocinos y mendocinas. Es para recuperar agua que hace falta y para que 4 mil hectáreas se vuelvan productivas con riego”, señaló.
Y se preguntó: “¿Cómo vamos a dejar de atender estas necesidades? Y cómo puede pensar alguien que estamos haciendo esto, que empezamos hace 3 años, con un fin electoralista. El que lo piensa, se equivoca”.
“La verdad es que hemos trabajado con el gobierno de Mendoza en todo este tiempo, porque no es la primera obra que hacemos en esta provincia. Solo para que lo tengan en cuenta, desde que llegamos, solo hemos invertido en Mendoza casi 100 mil millones de pesos en obra pública. 96 mil millones para ser más exactos”, aseguró Fernández.
Y aprovechó para vincular a la Corte Suprema, en medio del pedido de juicio político que envió al Congreso: “Por eso yo me quejo tanto cuando un fallo de la Corte dice paguenle más a la Ciudad de Buenos Aires, porque eso es en detrimento del interior del país. No es plata que le sacan al Estado nacional para gastarla él mismo, es para ustedes, para los habitantes de la ciudad del país y también de CABA”.
Sobre el final de su discurso dijo que “la política no tiene ningún sentido si la vamos a usar para gritarnos, para maltratarnos. Ya la verdad nos hemos maltratado demasiado, ya pusimos todos los titulares en los diarios que había que poner. Paremos un poco. Empecemos un diálogo que sea fructífero porque así va a poder crecer la Argentina”.
“Hoy me voy feliz por esta obra, para que los mendocinos se sientan reconfortados. Esta es una de las cinco plantas de tratamiento de aguas servidas más grandes de la Argentina. Si lo viera un porteño diría, ‘pero en ese lugar inhóspito lo están haciendo’. Sí, señores, esto es la Argentina y esto beneficia a 350 mil argentinos”, mencionó de forma sorpresiva.
Y enfatizó: “De acá hasta que llegue el 10 de diciembre me van a ver trabajando por ustedes, que es lo único que me preocupa. Porque ustedes me han puesto en este lugar y mi deber es responderles. Y respondo así, no besando un asfalto que nunca termina, sino poniendo en marcha obras concluidas”.
“Lamento que Rody no esté entre nosotros, creo que se equivocó. Le mando un abrazo y espero que sigamos trabajando juntos, sin gritos y sin altanería, por todos los argentinos”, sentenció, con mensaje directo al gran ausente.
La obra de la planta depuradora
La obra de ampliación de la Planta Depuradora El Paramillo fue ejecutada a través del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), y contó con una inversión de $3.202 millones. Consistió en la construcción de un nuevo sistema de tratamiento con capacidad para procesar 1.000 litros por segundo (86.400 m³ por día), que permite que la Planta alcance su capacidad total.
Se trata de un sistema integrado por una unidad de pretratamiento con rejas de limpieza automática, estación de bombeo y cámaras partidoras, que distribuyen de manera equitativa el caudal hacia las lagunas primarias aireadas, y lagunas secundarias facultativas que completan la depuración biológica.
Asimismo, comprende una cámara de contacto para la eliminación de los agentes patógenos remanentes, playas de secado, y disposición final del efluente tratado para riego en el Área de Cultivos Restringidos Especiales (ACRE), a través de tuberías de 4.600 m de extensión. Por último, se realizó la pavimentación de caminos internos de la Planta, en una extensión de 4 km.
Con la obra de ampliación de la Planta se mejora el servicio y la cobertura actual de 250.000 personas, y quedará una capacidad instalada para abastecer la demanda de 340.000 personas, que es la población proyectada a 10 años. Además, disminuye el impacto ambiental sobre los recursos hídricos y amplía el volumen de aguas residuales tratadas para riego en áreas de cultivo especiales.