(Enviado especial a Glasgow) El presidente Alberto Fernández reclamó que los países desarrollados inyecten recursos en naciones de ingresos medios o bajos para financiar la reconversión industrial y energética y este martes expresará su último discurso en la gira que lo llevó por Italia y Escocia, y en la que recibió la confirmación del desembarco en el país de dos proyectos de largo plazo en energías limpias por 10.650 millones de dólares.
Fernández hablará en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático Cop26 que se está desarrollando en Glasgow cerca de las 7.30 de la Argentina. Allí, el presidente dirá que el país ha presentado su Contribución Determinada a Nivel Nacional (CND) en diciembre de 2020 con un mayor nivel de ambición respecto a lo presentado en 2016: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 será de un 25,7 % mayor.
En la Cumbre de Líderes convocada por el presidente estadounidense Joseph Biden en abril 2021, se había anunciado un nuevo incremento del 27,7% -respecto de lo acordado en País en 2016- para la meta de reducción de emisiones de carbono. En este punto, el mayor desafío lo tienen los países desarrollados, por su amplio despliegue industrial.
Las expectativas para el cierre de esta cumbre que se dará el 12 de noviembre están puestas en torno a la construcción de un “mercado de carbono”. Esto es: un país podrá comprar a otro una porción de la reducción de gases que ha logrado en un tiempo determinado. Esto es una oportunidad de divisas para países emergentes y pobres. Y también es una chance para que los desarrollados sigan haciendo oídos sordos al reclamo de mitigar el calentamiento global.
Según numerosas fuentes consultadas por este medio en la Cop26, quien tiene más por ganar allí es Brasil, dado que cuenta con el Amazonas, considerado “el pulmón del mundo”. Pero el Gobierno argentino pone el foco en otro lado: el financiamiento internacional directo para los países que más contribuyan a reducir la contaminación y Argentina está en ese listado.
“Sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible”, afirmó ayer el Presidente en Glasgow. Fernández participó del evento de Alto Nivel titulado “Acción y Solidaridad: La Década Crítica”. Allí dijo que los organismos multilaterales de cooperación deben comprometer al menos el 50% de su cartera de préstamos a acciones ambientales.
Esta actividad fue liderada por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y por el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Draghi. Ante ellos, el Jefe de Estado solicitó “identificar a las tecnologías limpias como bienes públicos globales, y establecer acuerdos de transferencia tecnológica”.
Asimismo, propuso la conformación de “un Comité político y técnico sobre financiamiento climático, con representación equitativa de países desarrollados y países en desarrollo, que reconozca el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que tenga en cuenta las limitaciones estructurales y el bienestar social de todos nuestros pueblos”.
Otro punto saliente del planteo de Fernández es el de promover “el canje de deuda por acción climática”. Argentina es el país más endeudado del mundo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que está integrado por 189 países, de los cuales 120 tienen representación gubernamental en la COP26.
En otra forma de pedir que el FMI pueda condonar parte de la deuda de la Argentina o al menos alivianar el peso de los compromisos, el Presidente pidió “diseñar mecanismos de pagos por servicios eco sistémicos e instalar el concepto de deuda ambiental”. “La triple crisis climática, social y sanitaria nos atraviesa a todos. Sin embargo, son los países de ingresos medios y bajos quienes más sufrimos su impacto y donde se visualizan con mayor crudeza sus consecuencias”, dijo.
En ese sentido, Fernández informó que la Argentina “ha formalizado un incremento del 2% en la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC), lo que resulta en un compromiso 27,7% mayor al asumido en la primera NDC en 2016″.
En ese contexto, el CEO de la corporación australiana Fortescue, Andrew Forrest, anunciaron que invertirán 8.400 millones de dólares en un plazo de diez años para producir hidrógeno verde (haciéndole un tratamiento de desalinización al agua del mar) en la provincia de Río Negro, de los cuales se desembolsarán 3.000 millones en dos años.
Fortescue ya ha iniciado trabajos de prospección en la provincia patagónica con vistas a la producción de hidrógeno verde a escala industrial. Ambas partes consideran que esta iniciativa podría generar al cabo de una década 15.000 puestos directos de trabajo y entre 40.000 y 50.000 indirectos.
Así, según se anunció, Río Negro se convertirá en un polo mundial exportador de hidrógeno verde en 2030, con una capacidad de producción de 2.2 millones de toneladas anuales, lo que cubriría una producción energética equivalente a, por ejemplo, casi un 10% de la energía eléctrica consumida por Alemania en un año.
La etapa piloto, para confirmar las capacidades previstas, con una inversión estimada en 1.200 millones de dólares, que producirá unas 35 mil toneladas de hidrógeno verde, energía equivalente para satisfacer a 250 mil hogares, la cual se iniciará en 2022 y finalizará en 2024.
La primera etapa productiva, con una inversión estimada en 7.200 millones de dólares, producirá unas 215 mil toneladas de hidrógeno verde, capacidad energética equivalente para cubrir el consumo eléctrico de 1 millón 600 mil hogares, y se extenderá hasta el año 2028.
Este anuncio se suma al que hizo el sábado en Roma el canciller argentino, Santiago Cafiero, después de que el Gobierno alemán le confirmara que financiará por 2.250 millones de dólares la construcción del Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I, en Neuquén, en el que trabajarán la empresa alemana Voith Hydro y la mendocina Impsa.