Alfredo Cornejo encabezará la principal lista de precandidatos a senadores nacionales de Cambia Mendoza. A una semana de la presentación de una postulación cantada, el presidente del radicalismo revela las claves de la campaña del oficialismo provincial, sugiere que en 2023 tiene interés en gravitar a nivel nacional y ataca con dureza al kirchnerismo.
También habla sobre aspectos de la gestión provincial y de la relación con Omar de Marchi y Rodolfo Suárez, quien integrará la lista como senador suplente. Con el gobernador actual siente que se encuentra en línea, pero de todos modos se sincera sobre una diferencia con él respecto de la capitalización de Impsa. También blanquea sus temores respecto de un proyecto clave para su heredero: Portezuelo del Viento.
-Eran candidatos obvios usted y Cobos, pero apareció Suárez ¿Con esto ustedes apuntan a tener un resultado más contundente?
-No creo que cambie sustancialmente el resultado, es un suplente de lujo, pero no deja de ser suplente. Para nosotros es importante plebiscitar el trabajo del Gobierno provincial, como lo hicimos en el 2017, en las legislativas, y también era un plebiscito ¿Hacía falta llevarlo a él para plebiscitar? No, si me lo preguntan.
-¿Él quiso estar en la lista o usted o Cobos se lo ofrecieron?
-Es un poco irrelevante... creemos que es importante y él también lo quiso así.
-¿Introduce una polémica esta candidatura?
-En ese sentido, se han llevado la marca las colectoras del PJ. Nos vamos a encontrar con 28 listas más las 18 oficiales porque el Frente de Todos y La Cámpora tienen problemas internos. Es obvio que es un liderazgo con fórceps, el de La Cámpora conduciendo al peronismo. Entonces ahora tienen un montón de listas en los departamentos y adhieren a la candidatura a senadora nacional, que se va a repetir en 28 listas. Por lo menos es lo que ha trascendido. Quiero que se imaginen los mendocinos que se van a encontrar con muchas listas repetidas y de la nuestra, con Rodolfo de suplente, pero una sola. Lo de las colectoras lo venden como mayor participación y no, son más boletas, no más participación.
-Quizás hubo un problema interno en el PJ y esto es para ordenar…
-Claro, es para ordenar. Muchos de esos grupos, según la información que circula en los ámbitos de la política, se iban a ir a armar las listas con (Carlos) Iannizzotto (NdR: pre candidato por el Partido Federal) y los traían diciendo: “No, venga compañero”. Ellos decían: “Yo con boleta corta no voy”, y les dijeron que no iban a ir con boleta corta. Han hecho eso y están mirando el suplente de Cambia Mendoza. Por ejemplo, José Genoud fue electo senador por la Legislatura, en forma indirecta, siendo vicegobernador. Y de hecho quedó como vicegobernador el Presidente Provisional del Senado, que en ese momento era Pedro Llorente. Lo eligió la Asamblea Legislativa y era el vicegobernador. La cláusula del Gobernador (NdR: no permite que se postule como senador al final de su mandato) era porque influía sobre la Legislatura, pero no hay alguien que influya más sobre la Legislatura que el vicegobernador.
-Todo esto lo explicó el propio Suárez en el anuncio de la candidatura y se sabe qué la Constitución está vieja.
- No está vieja en cosas muy concretas, como los dos tercios necesarios para tomar deuda y los derechos sociales que en su momento no estaban en la Constitución nacional. Pero por ejemplo, la autonomía municipal no está en la Constitución y de alguna forma se cumple. Hay cosas que no están en la Constitución, pero son parte constitutiva de Mendoza. Por ejemplo, los intendentes se hicieron superpoderosos y eso no está en la Constitución. Por eso la cláusula del artículo 198 (NdR: la enmienda que prohibió que tengan más de una reelección los intendentes) es útil.
-Ese cambio surgió en medio de un tumulto con el PJ pero fue importante.
-Objetivamente no les gustaba a muchos. Pero creo que es sano para la institucionalidad de Mendoza. Es importante que no haya reelecciones indefinidas. Las trabas originales hacen que una reforma integral sea difícil sin un alto consenso.
-Usted también quiso hacer una reforma integral de la Constitución…
-Pero no lo envié. Todos los gobernadores han querido, pero yo no envié el proyecto.
-Volviendo a la actualidad ¿Qué pasa si de aquí a 2023 por alguna razón usted no pudiera seguir la banca? Porque su suplente es el Gobernador y está en funciones.
-El Gobernador tiene que cumplir el mandato hasta el final de sus días. Eso no me cabe la menor duda. Se están haciendo demasiadas conjeturas sobre un cargo suplente. Entiendo yo que, en la especulación de la crónica, nos estamos perdiendo los ejes de la campaña, que son muchísimo más importantes para el ciudadano común.
-¿Cuáles son esos ejes?
-Uno es cómo encaró el Gobierno provincial la pandemia y cómo presionó a muchas provincias el Gobierno nacional. Son dos modelos distintos y nosotros estamos orgullosos de cómo se encaró en Mendoza. Acá hubo libertad, quizás los jóvenes la disfrutaron mucho más que otras generaciones. Hubo libertad de comercio y tuvimos un clima muy distinto. Resulta que la progresión de contagios, entre AMBA cerrada del 2020, entre el tercer trimestre y el cuarto trimestre, es la misma que la de Mendoza. Quiere decir que cerrar totalmente no era la solución. Se equivocó el Gobierno nacional y el Gobierno de Rodolfo Suárez acertó en su estrategia, y creo que ese es un eje para evaluar. El otro eje es la economía, aumentó la pobreza, no frenaron la inflación. Todas las proyecciones dan 50 puntos, en eje interanual. Otra estadística es que Mendoza según los primeros números de la DEIE, decreció el 7% en 2020, y el país un 9,9%. El 7% de Mendoza se parece a lo que decreció Chile, Brasil, Uruguay, que estuvieron semiabiertos.
-Dice usted que las aperturas de la economía amortiguaron el golpe.
-Amortiguaron el golpe. A pesar de que los gobiernos provinciales tienen escasísimos instrumentos. El Gobierno de Suárez los usó bien. No hay nada para festejar, pero cayó menos que la Nación. En materia de empleo, en AMBA no se recuperó el empleo en el tercer y cuarto trimestres. En Mendoza sí se recuperó y quedó en 8% la desocupación, que es un número alto. No estamos celebrando, pero es menor al 11 o 12% del Gran Buenos Aires y de CABA. La estrategia nacional fue muy errada y es el eje que le conviene a la ciudadanía a la hora de usar las elecciones para su vida cotidiana. El Producto Bruto Geográfico de Mendoza en 2010 es el mismo que en 2019. O sea que llevamos 10 años generando la misma riqueza, con un millón de habitantes más para repartir. Y eso en 2020 cayó un 10%. Se recuperó este año, pero seguimos en caída.
-¿Además de un plebiscito de la gestión provincial, habrá en esta elección alguna señal a futuro en cuanto a modelo de país?
-Creo que el orgullo mendocino tiene que ponerse de manifiesto en esta elección porque hemos hecho las cosas mucho mejor que en otras provincias. En AMBA fue una tragedia cerrar las escuelas. Al kirchnerismo hay que evaluarlo por los hechos, porque ellos dicen que son de izquierda, pero ganan las elecciones cuando aumenta el consumo, que es un valor de la derecha. Dicen que son de izquierda y progresistas pero cierran las escuelas, que es el mayor perjuicio para las personas más pobres, porque si hay un igualador de oportunidades es la educación. Cerrar las escuelas es una tragedia y fue lamentable para las personas más vulnerables. Me parece que en esas cosas, en Mendoza se hizo el esfuerzo de abrirlas y es un diferencial con respecto a otras provincias.
-¿Usted cree que debería nacionalizarse este modelo mendocino?
-No sé si tenemos tanta influencia en Mendoza para nacionalizar las cosas. Pero los mendocinos deberíamos sentirnos orgullosos por la forma de encarar esto. No me gustaría que se nos comparara con un cantón suizo porque no lo somos y tenemos problemas de pobreza graves, de empleo, de morfología productiva graves. Pero nuestra economía es mucho más diversa que la de San Juan y San Luis, que son prácticamente monocultivos. Por eso tiene sectores medios más exigentes, empobrecidos, pero más exigentes. Es más pertinente compararse con otras provincias argentinas en donde se restringieron libertades, como el caso de Formosa. Y también con el Gran Buenos Aires, el conurbano, en donde tuvieron miedo al colapso sanitario por la deficiencia en la infraestructura sanitaria. Pero ni Córdoba, ni Santa Fe, ni Mendoza, ni CABA, que lo dejo afuera porque la salud privada es muy fuerte, tienen esas deficiencias.
-¿Esto fue por las buenas administraciones en estas provincias, sugiere?
-Fue por las administraciones, que han invertido. En cambio, el kirchnerismo, que gobierna hace 20 años el conurbano, cerró todo el país por el temor de colapso en su zona de influencia electoral.
-Si se confirma la tendencia nacional, un tercio del padrón que va a votar tiene menos de 40 años, que son los que se quieren ir del país ¿Es una ventaja o una desventaja la gestión de Suárez pensando en ese electorado?
-Creo que los más jóvenes, son los que han disfrutado, entre comillas, de la libertad mayor en Mendoza con respecto a otros. No sé si lo saben o lo valoran. Yo replantearía la hipótesis, no sé si la mayoría de los jóvenes se quieren ir. Creo que hay gente talentosa que ve que no hay un sistema de mérito para progresar en Argentina y dentro de eso, hay gente que tiene en la cabeza irse y nuestro deber es retenerlos. Para eso tenemos que cambiar las condiciones macro económicas de Argentina, la relación internacional, todos los instrumentos nacionales que han estado siendo mal usados o no han dado los resultados esperados. Nos hemos acostumbrado a vivir con inflación y esto no es normal porque distorsiona la moneda. Hay que generar esperanza de que se puede ser un país serio. Algunos lo estamos planteando con mucha valentía, porque la cultura cívica populista manda a explicar en forma sencilla cosas que son complejas.
-¿En 2023 se ve como un protagonista de ese cambio?
- Las de 2021 son para nosotros elecciones de equilibrio de poder, porque si el kirchnerismo no pierde las elecciones se va a persistir en esta política económica errada. El 2023 es de alternancia. Me veo influyendo, por eso pido el acompañamiento para influir sobre la política económica nacional. El poder político lo tiene Cristina, la orientación del Gobierno es la que le da Cristina, eso lo vemos. La política económica no es (Martín) Guzmán, es la orientación de Cristina. Son los mismos instrumentos de (Axel) Kiciloff y Cristina de 2012, 2013, 2014 y 2015, que son cepo cambiario y aumento de impuestos. Cristina es el poder y hay que restarle poder a Cristina. Yo me veo influyendo en eso, porque si no influimos en la política económica nacional, a Mendoza le va a ir mal, como a muchas provincias productivas.
-¿Eso significa, en lo personal, competir por el poder a nivel nacional en 2023 en lugar de ir por la gobernación?
-Tenemos un objetivo, hablo en plural, como equipo, que es influir en la política económica nacional. Después, cómo se traduce en lugares de poder, lo veremos en el 2023. No tengo conjeturas para hacer.
-Me interesa la conjetura porque su discurso es nacional.
-¿Por qué están tan apurados? Hay que indagar en el concepto para no hacer una crónica mala. Usted lo busca por el lado de la ambición y todos los políticos la tienen. Si es personal, la mía es el respeto de la gente. Voy a tomar un café o un restaurante, y no me putean. Esa es mi ambición. Puedo ser número dos o tres en un equipo. Lo he cumplido al pie de la letra y me acomodo.
-Pero hay dos caminos, el nacional o el provincial...
-Yo creo que usted sospecha que todos somos políticos con ambiciones y sin convicciones. Yo no descarto las ambiciones. Ahora, de cada 10 políticos, 9 tienen ambiciones y el otro no tiene puta idea de qué hacer. Si nosotros no influimos sobre las condiciones macro económicas, estamos medio cluecos en materia provincial. En lo provincial se puede influir sobre las funciones básicas del Estado provincial. Ahí venimos haciendo un trabajo y hay que seguir gestionando que las cosas funcionen. Me entretiene y me gusta seguir con ese programa, pero los instrumentos de política económica son acotados. Para tener un salto de calidad en Mendoza tenemos que reactivar el petróleo y la minería. Hay cosas para hacer que hacen una diferencia en Mendoza, pero en otro contexto macroeconómico. Si no influimos sobre lo nacional, se puede hacer lo mismo o menos.
-De las cosas que hizo Suárez, ¿en cuáles está a favor? ¿Tiene alguna crítica?
-La línea en general de Rodolfo es la de un programa de gobierno que venimos ejecutando con distintos estilo, porque no somos lo mismo. Pero la línea la ha ratificado ¿Qué no haría? Yo no me hubiese comprometido en la estatización, o capitalización, de Impsa. Hubiese dejado que fuera el gobierno nacional el que se comprometiese con eso. Ahora, yo hablé con él y no le pude traer una solución. No tenía un plan B para traerle y si hubiese estado en su lugar, quizás hubiera hecho lo mismo.
-¿Qué opina usted de Portezuelo del Viento?
- Es un buen proyecto, y así fue pergeñado de años inmemoriales. Mejor que el proyecto incluso fue la negociación. Son U$S 1.023 millones los que se consiguieron, con cláusulas geniales, por las que no puede dejar de pagar la Nación. Por eso lo paga el kirchnerismo. Pero creo que hay que despejar lo del laudo presidencial y Alberto Fernández tiene que laudar a favor de Mendoza para que tengan certidumbre la obra y el proceso.
-En Mendoza costó la unidad de Cambia Mendoza, ¿se transpiró más de lo esperado?
-Sí. Vuelvo al concepto de la mesa nacional de Juntos por el Cambio: “Todo adentro del frente, nada afuera”. Si en la presentación de frentes el PRO de Omar de Marchi exigía qué lugares debían llevar porque si no se iban del frente, no se estaba cumpliendo con lo que estábamos haciendo nacionalmente. De los 23 distritos donde estamos juntos, en 17 estamos compitiendo. El requisito que tenías para amenazar era “ojo que yo compito”. Amenazame con eso, con competir, no con irte. Esa era la diferencia conceptual. Pero lo resolvimos bien.
La interna en Buenos Aires, las otras provincias y Lilita Carrió
En provincia de Buenos Aires, la interna de Juntos por el Cambio se ha calentado demasiado en el arranque. A tal punto que ya hay avisos de denuncias entre quienes se ubican del lado PRO o radical de la contienda.
En efecto, Elisa Carrió acaba de advertir que denunciará al candidato radical Facundo Manes por haber dicho que la líder de la Coalición Cívica le ofreció ser candidato a vicepresidente en 2015. Esto marca un punto límite, luego de una serie de acusaciones.
En este contexto, Alfredo Cornejo llamó a una reunión de urgencia de la alianza opositora para evitar desbordes mayores de lo que es una pelea electoral de fondo.
En entrevista con Los Andes, Cornejo dijo que tiene entusiasmo por Manes, la apuesta del radicalismo, valoró la instancia de las PASO y minimizó las divisiones a la postura confrontativa de Lilita Carrió.
-Lo veo a usted más inclinado a lo nacional que a lo provincial en el futuro.
-Sí, por supuesto. Estoy muy entusiasmado y tenemos posibilidades, si Facundo Manes le gana a Diego Santilli, de ganar en la provincia de Buenos Aires. A lo mejor Santilli también puede ganar, no digo que no. Pero Manes nos posiciona a los que no somos del PRO.
-¿Y en provincias como Córdoba y Santa Fe?
-Hay cuatro listas en cada provincia. En tres de las cuatro listas de Santa Fe hay radicales de peso. Tenemos expectativas en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Tucumán. Va a haber competencia. Patricia Bullrich y yo concedimos postergar las PASO y las generales a cambio de garantizar tener PASO, ya que el Gobierno nacional las quería eliminar. Nosotros queríamos las PASO para competir. Luego se suma. Esa competencia es virtuosa y yo estoy convencido de que en los lugares en que haya PASO, en las generales vamos a sacar unos puntitos más, no menos. Salvo en donde se tiren munición gruesa.
-¿Pero en Buenos Aires no ha arrancado muy dura la campaña?
-Exceptuando Lilita Carrió, no veo que pase a mayores. El objetivo nuestro tiene que ser equilibrar el poder al kirchnerismo. Equilibrar el Senado y que no tengan mayoría en Diputados. El peronismo si pierde una elección se desune. Se unieron para conquistar el poder y se mantienen unidos para conservarlo. Pero si tienen derrotas en 2021 y 2023, se desunen. Vamos a ir a una Cristina debilitada y creo que esa es la oportunidad de llegar a un acuerdo con el peronismo republicano, que sea más representante del sector productivo, y poder cambiar la matriz económica de Argentina. Necesitamos modernización de leyes laborales y necesitamos incentivos para las provincias y que haya inversiones. Hay que cambiar la matriz impositiva para alentar a la inversión y modificar el gasto público para que no sea bobo. Todas esas modificaciones, si no hay un alto consenso, la gente no las va a apoyar. Argentina no puede combatir la pobreza si no crece económicamente. Pero el acuerdo tiene que ser con un peronismo que represente a las pymes, no como el kirchnerismo, que representa a los planeros.
-¿Usted cree que la elección se va a polarizar o van a incidir las terceras fuerzas?
-Yo no sé si los dirigentes están en condiciones de polarizar, creo que la sociedad está polarizada y los ciudadanos son autónomos. Hay una grieta no transparentada entre la gente que trabaja y quiere progresar y un sector de empresarios prebendarios y amigos del poder.
-¿Qué lectura haces del porcentaje de desencantados?
-En el mundo hay un desencanto con los liderazgos. En el mundo, no hay persona más exitosa que (Ángela) Merkel, una mujer brillante en los resultados que ha tenido Alemania. Y se están yendo del Gobierno, ha perdido elecciones, tiene una calificación relativamente baja y al país le va bien. Hay una crisis de representatividad muy fuerte, cómo no tenerla en Argentina. Y ahí hay otro orgullo mendocino porque según las encuestas, la mayoría de los dirigentes políticos tienen mayor diferencial negativo que positivo. En Mendoza es al revés: hay 8 dirigentes de Cambia Mendoza con diferencial positivo. Cómo resolverlo, hay que tratar de explicar la complejidad del problema y convocarlos a solucionarlo haciendo responsables a los dirigentes, pero no lo que hace el kirchnerismo que es el “yo te cuido”, “vos dependés de mí”, por poco “te vacuno yo”, y estaría vacunando Alberto Fernández. Un camino más concreto es hablar claro.
-Un intendente radical hizo eso en Mendoza (por Daniel Orozco)
-Es cierto (risas). Tenemos que apelar a ciudadanos adultos que deben comprender la complejidad del problema, creo que es lo que hay que hacer. Recuerdo que los tres candidatos a presidente en 2015, decían que esto es tremendo pero yo lo resuelvo. Nunca dijeron cómo, no dijeron cuánto y hoy estamos con los mismos problemas del 2015 y agravados.
-Ahí hubo un error de Mauricio Macri.
-Por supuesto. Yo sintetizaría todo diciendo que hay que hablar claro en lugar de andar con evasivas.
Las autodefiniciones de Alfredo
-Cómo es Cornejo, en pocas palabras.
-Apasionado y con vocación por la administración del Estado
-¿Prefiere a Alberto Fernández o a Cristina Kirchner?
-Es como Frankenstein y Drácula, creo que Cristina le hace mucho más daño al país.
-¿Omar De Marchi o Macri?
-Omar es más próximo en la relación cotidiana.
-¿Para negociar un acuerdo, prefiere a Anabel Fernández Sagasti o con Lucas Ilardo?
-Debería negociar con Cristina, porque ellos hacen lo que quiere Cristina.
-¿Un libro para recomendar?
-Una breve historia de casi todo (Bill Bryson)
-¿Un error en la gestión?
-Felipe Solá dijo una vez que “en Argentina, a los dirigentes políticos que se hacen los boludos les va bien” Creo que debería hacerme el boludo algunas veces y no encarar todas las polémicas.
-Un defecto.
-Tengo la fama de ser frío y calculador, pero muchas veces me dejo llevar por los afectos. Debería ser más profesional.
-¿Maradona o Messi?
-Por el mérito, Messi, Por la pasión, Maradona
-Si fuera jugador de fútbol profesional, ¿en qué lugar de la cancha jugaría?
-En el medio
¿Usted es “doble camiseta” como hincha?
-Prácticamente no veo los partidos de Independiente de Avellaneda, pero los de Godoy Cruz no me los pierdo.
-Un dirigente político con el que no se tomaría ni un café.
-(José Luis) Ramón porque me parece inconducente
-Un radical y un peronista a los que invitaría a tu casa a comer un asado.
-Marcelino (Iglesias) que es muy divertido y (Alejandro) Abraham.