Con apenas 36 años, Anabel Fernández Sagasti llegó al sillón presidencial del peronismo mendocino y asegura que no quiere que la suya “sea una conducción más”. Como en su asunción, repetirá varias veces a lo largo de la charla que “la política tiene una deuda con la sociedad” y se ilusiona con que sea el PJ quien la salde.
Su trabajo como senadora nacional por estas horas se concentra en una fecha clave, el 29, cuando se votará el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). “Estamos trabajando para que salga”, dijo sin querer aventurar un pronóstico.
-¿Cuál va ser su impronta al frente del Partido Justicialista?
-Me gustaría más hablar de “nuestra impronta”, porque la realidad es que yo concibo al peronismo como algo colectivo, con una conducción que tiene a cuatro de los seis intendentes. Tenemos muchos sueños, muchas ilusiones y sinceramente pensamos que la política tiene una deuda con Mendoza. Y mi sueño, nuestro sueño, es que el PJ sea quien la salde, y para eso hay que trabajar mucho. Con Matías (Stevanato) y Martín (Aveiro) no queremos ser una conducción más, queremos revincular al partido con la sociedad, que tenga empatía, que esté cerca de la producción y el trabajo, alzando la voz cuando no estemos de acuerdo y aportando ideas.
-¿Ese cambio generacional se va a notar en posturas del partido?
-Creo que nosotros tenemos que debatir todo puertas adentro. Tenemos que trabajar los consensos hacia adentro y también los consensos con la sociedad. Si hay algo que aprendí personalmente con el debate por la ley 7722 es que lo primero que debemos ver son los consensos con la sociedad y que si no hay, los proyectos no pueden salir. Ese aprendizaje lo queremos incluir porque va a ser una posición institucional del PJ como partido opositor en la provincia, así como consensuar con la sociedad lo que proponga el partido.
-Los líderes tienen que ver más allá que el resto. ¿No puede pasar que por priorizar el consenso social se coarte un proyecto que sea beneficioso para la provincia?
-Dos cosas. Primero dije que hay que trabajar los consensos, puede que haya temores por mala información o porque haya intereses que hagan que la ciudadanía se oponga a determinados cambios. Pero tampoco nosotros, los funcionarios públicos, nos podemos creer que tenemos más sabiduría que la población, eso no es así. Cuando la sociedad plantea algo, hay que escuchar y trabajar los consensos, si no está ese consenso, los cambios no se pueden llevar a cabo.
-¿Le pesa ser la primera presidenta del PJ? ¿Siente que debe demostrar más?
-Siempre la mujer tiene que demostrar más, en todos los ámbitos de la vida. Siempre tenemos que rendir doble examen. Sí siento que hay una mayor responsabilidad, pero no por tener que demostrar mi capacidad, mi compromiso, sino porque estoy representando a muchas de mis compañeras que por una cuestión de género no pudieron acceder a estos lugares. Esa es mi responsabilidad.
-¿Qué debilidades tuvo el partido en estos últimos años?
-Nosotros venimos desde 2015 con un proceso largo de discusión que incluso abrimos a la sociedad, que no fue tras bambalinas. Y eso me parece que fue positivo. Creo que el PJ tiene que trabajar en renovar su relación con la sociedad y esa relación tiene que partir de la principal preocupación que tienen los mendocinas y las mendocinas hoy, que es la producción y el trabajo. Nuestra agenda tiene que ser la de la mayoría de los mendocinos y las mendocinas. Va a ser un gran trabajo y estamos muy entusiasmados.
-El partido carga con varias derrotas consecutivas desde 2013, ¿cómo se hace para cortar esa racha?
-Trabajando en nuestra fuerza y poniéndola de cara a la sociedad. No nos eligieron porque no habremos sido la mejor alternativa o por algo que hicimos mal, pero vamos a trabajar para que la ciudadanía nos prefiera. Vamos a internar recomponer esa relación.
-Habla de los intendentes y hay uno que siempre se muestra díscolo, que es Emir Félix. ¿Acompaña plenamente?
-Sí, por supuesto. Con Emir, Omar y con todos los intendentes y nuestra intendenta Flor Destéfanis hablo varias veces al día y venimos trabajando la relación con ellos y con los legisladores hace bastante tiempo. Todo lo discutimos, todo el tiempo, entre todos. Después cada uno tendrá sus aspiraciones y es normal, y deseo que muchos peronistas y muchas peronistas tengan altas aspiraciones. Eso para mi va a ser un logro.
-¿Ve a alguno de los intendentes como candidato en 2021?
-Ojalá que a todos (risas). Si quieren ser, si tienen ganas, cualquier compañero o compañera, es porque tienen la esperanza de llegar a buen puerto y eso significa que habremos hecho las cosas bien adentro del partido. Y además, tener varios compañeros caminando el territorio para mí sería fantástico.
-¿Y usted va a ser candidata en 2021?
-Yo creo que las elecciones no son un tema de la sociedad, para nada. Si queremos tener un partido con empatía con la sociedad, tenemos que hablar de lo que le interesa a la sociedad y sus preocupaciones. Después, cuando se tengan que cerrar las listas, discutiremos quiénes son los mejores y las mejores, y la estrategia.
-A un año de Suárez en el Gobierno, ¿cómo es su relación con él?
-Es una relación institucional. El Gobernador sabe que el PJ está a disposición de lo que entendamos que es mejor para Mendoza. Cuando entendamos que no es lo mejor, lo vamos a decir, porque somos la oposición, y vamos a proponer una alternativa. Eso es lo que yo siempre intento, si decís que no, hay que plantear la alternativa y lo hemos hecho. Ya lo he dicho, a mi la versión del Gobernador que no me convence es la posición infantil de que “se hace lo que yo quiero o no se hace nada”.
-A la vez parece haber dos versiones suyas. Una nacional, donde tiene mucho peso y es vocera en temas conflictivos como Vicentin o la reforma judicial. Y otra local, donde se muestra más proclive al consenso, poco usual en el kirchnerismo.
-Tengo una gran responsabilidad y labor que es ser senadora por Mendoza y soy parte del equipo del Gobierno nacional. Ese rol lo cumplo en el Senado de la Nación. Hay proyectos del Ejecutivo que hay que trabajarlos y defenderlos. Pero eso de que acá hablo de consenso y allá no, no es real. De hecho, la ley del etiquetado que impulsamos con Julio (Cobos) la trabajamos con 15 legisladores de distintos bloques porque había 15 proyectos. Es un desafío romper la dinámica nacional de oficialismo y oposición, y trabajo para que eso ocurra.
-Por ejemplo, usted fijó postura en contra de la toma de tierras, cuando en el Gobierno nacional había dudas...
-Es que es nuestra postura y es la del Gobierno nacional.
-Pero nadie del Gobierno nacional lo dijo...
-Es la posición del peronismo. Vos hablás con la mayoría de los compañeros y dicen que hay una política de vivienda que es muy defectuosa, hablando de Mendoza o a nivel nacional. Hay necesidad de tierras y de techo, esa es la realidad. ¿Estamos haciendo algo con eso? No sé. Ahora una cosa no lleva a la otra. El peronismo de Mendoza no va a avalar situaciones que estén fuera de la ley, lo que no significa que no vayamos a trabajar para resolver esa necesidad.
-El Gobierno nacional hizo un acto para mostrar unidad, pero en el discurso Cristina Kirchner cuestionó a los ministros que no se animan a defender los intereses del pueblo. Y al otro día Alberto Fernández salió a defender a sus ministros, ¿hay un choque de planetas?
-No, para nada. Alberto y Cristina son un equipo, son una fórmula. Tenemos que comprender que una Vicepresidenta como Cristina no es lo habitual. Pero es un frente donde creo que hemos superado con éxito todas las expectativas y todas las apuestas que se hicieron y se siguen haciendo para que eso no suceda. Obviamente, cada uno dice y opina lo que piensa, y a mi me parece sano. Pero no significa nada fuera de eso y entiendo que todos, peronistas y no peronistas, creemos que si hay funcionarios que no se animan, se tienen que ir porque están ahí para defender los intereses de las argentinas y los argentinos. No hay una doble interpretación. No veo la función pública de otra manera.
-¿Cree como Cristina que hay funcionarios que no funcionan?
-Hay por supuesto cosas que ajustar, siempre, en el Ejecutivo nacional y en el Senado. En todos lados hay que ajustar y podemos ser mejores. La verdad es que nosotros recibimos un país quebrado, luego la pandemia empeoró las cosas y las aptitudes y las agilidades de todos los funcionarios se pusieron a prueba. Creo que hay que tener a los mejores y las mejores.
-Si le tuviera que poner una nota al gobierno de Alberto Fernández, ¿qué le pondría?
-Te repito. Soy parte de este gobierno, soy parte de este equipo. Las tres situaciones que creo que eran las urgentes, el Gobierno las resolvió bien: la deuda, la infraestructura sanitaria y sostener a los que se habían caído del sistema. Esto no significa que no queden muchos desafíos por delante. Ahora hay que empezar a reconstruir a los que están en el medio, generando consumo, trabajo, reactivando la economía. Es un gran desafío y ahí tiene que estar todo el Gobierno nacional trabajando.
El femicidio de Florencia, un punto de inflexión
Fernández Sagasti tenía todo listo para asumir el sábado 19 y postergó el acto unos días por el impacto que causó el asesinato de Florencia Romano. De hecho, su partido tomó el caso para exigir al Gobierno que el ministro de Seguridad, Raúl Levrino, y el jefe de la Policía, Roberto Munives, fueran a dar explicaciones a la Legislatura.
“El femicidio de Florencia tiene que ser un punto de inflexión, no puede seguir todo igual. Tiene que haber una respuesta política, que la tiene que dar el Gobernador, y una respuesta institucional en donde nosotros estamos trabajando dentro del partido para aportar ideas. No es que falló el 911, sino que se ve un relajamiento de la fuerza policial ahí. El 911 es la puerta de entrada a cualquier emergencia que tenga el ciudadano, si eso no funciona, no funciona todo lo demás. Entonces quienes atiendan esa llamada tienen que integrar un cuerpo especial, capacitado, para que no termine la decisión en manos de personas que no pueden estar más en la calle y las mandan ahí”.
La senadora cree necesaria también “una transformación cultural, social, en donde el Estado tiene que ser el primero en cambiar y tener empatía con esas situaciones. Hoy pedís una audiencia por demanda de alimentos y te la dan para marzo: la mayoría son mujeres jefas de hogar. Y eso pasa en la Justicia. Hay muchas cosas para trabajar y cambiar”.