El Gobierno se ha quedado sin dólares y busca por todos los medios que la cantidad de ahorristas y consumidores que adquieren divisas caiga al mínimo posible, e incluso podría haber más novedades atadas un nuevo ajuste del cepo cambiario.
Como ocurrió en el tramo de restricciones que se conocieron el martes, el Gobierno niega que vaya a dar un nuevo paso. Pero fuentes oficiales reconocieron a La Voz que analizan evitar que haya empresas que operan en el país y facturan en dólares.
Esto significa que podrían obligar a las empresas a cobrar sus servicios en pesos. Esto beneficiaría a los consumidores dado que la percepción del 35% a cuenta del impuesto a las Ganancias se pagará sólo cuando la factura de la compra con la tarjeta llega en dólares. Si la factura le llega al cliente en dólares, este está obligado a pagar la retención del 35% y también el Impuesto País, del 30%, por lo que el tipo de cambio real pasa de los 79,59 pesos actuales sin impuestos a 131,31 pesos. Si en cambio la empresa factura en pesos, no se paga ni el impuesto ni la retención.
En el análisis de esta medida hay un debate interno en el Gobierno. Están los que estiman que generará una nueva ola de críticas porque “espanta” a las empresas y porque estas trasladarán igual los costos a los usuarios. Y están los que avisan que no hay alternativas porque la escasez de divisas es muy grave.
Un objetivo central
Por lo pronto, las restricciones ya establecidas en diferentes comunicaciones del Banco Central sacaron de la cancha a más de 11 millones de eventuales compradores de divisas. Como en 2011, se busca que pueda comprar quien efectivamente tiene “capacidad económica” para hacerlo.
Mauro Mazza, analista de mercados de Bull Market Brokers, está trabajando en un estudio que publicará próximamente. Pero sus estimaciones preliminares indican que de los 5 millones de individuos que compraron dólar para ahorro en agosto, entre 3.600.000 y 3.910.000 de personas físicas quedarían al margen del mercado de cambios a partir de las nuevas restricciones.
“Es gente a la que le quedarán únicamente dos opciones: ir al mercado paralelo para comprar dólar blue o hacer una ‘cobertura’ con instrumentos en pesos, por ejemplo CEDEARs hasta que finalice la restricción”, dijo Mazza a Los Andes.
Cepo total: los casos
Ayer se conoció que los 8,7 millones de personas que en los últimos meses cobraron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y las 1,5 millones que tienen ya en su poder la Tarjeta Alimentaria no podrán acceder al mercado de cambios. Si bien en su mayoría son personas humildes, el Central detectó que muchas compraban dólares para terceros, es decir, solo prestaban la identidad. Los definen como “coleros virtuales”.
Los bancos tampoco podrán abrir nuevas cuentas en dólares a personas que antes no demuestren ingresos suficientes como para acceder al mercado cambiario para comprar moneda extranjera.
Previo a la apertura de una caja de ahorros en moneda extranjera –excepto que se solicite para acreditar transferencias que provengan del exterior– las entidades financieras deberán “obtener evidencia” de la que surja que el cliente posee ingresos o “activos consistentes”.
En ese sentido, no es admisible que el cliente sea beneficiario de algún plan o programa caracterizado como de ayuda social –incluyendo los subsidios de carácter alimentario–, sin perjuicio de que podrán percibir prestaciones de la seguridad social derivadas de la relación laboral –como las asignaciones familiares–.
Las entidades financieras consultarán en la página web de la Anses. Allí tendrán que certificar si la persona tiene ingresos propios por ser empleada, estar jubilada o ser trabajadora autónoma, monotributista o de casas particulares.
En los tres últimos casos el cliente deberá manifestar mediante declaración jurada que no percibió subsidios de carácter alimentario. Si el interesado accedió a un crédito a tasa subsidiada por el Estado, el permiso le será denegado. Hay 550.000 monotributistas y autónomos en esta situación.
Tampoco podrán acceder al dólar ahorro aquellos que hayan optado por refinanciar el saldo de su tarjeta a través del plan de cuotas dispuesto por el Banco Central en el marco de la pandemia de Covid-19. Tampoco podrán operar en la Bolsa con el “dólar MEP” o “contado con liqui”.
Un estudio del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) indica que “cerca de 2,5 millones hogares entraron en ese esquema” de refinanciación de las deudas de las tarjetas con tres meses de gracia y nueve cuotas iguales y consecutivas.
Del mismo modo, quedaron excluidos del mercado de cambios -al menos hasta nuevo aviso- quienes obtuvieron un crédito hipotecario en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) y tienen las cuotas congeladas o ya refinanciaron el crédito.
Según registros del Banco Central, en la actualidad existe un total de 105 mil deudores hipotecarios UVA, de los cuales 95 mil corresponden a préstamos de hasta 120 mil UVAS y para vivienda única, por lo que tienen congeladas sus cuotas. Ese congelamiento se termina el 30 de este mes. Pero fuentes oficiales indicaron a La Voz que se está trabajado con los bancos en una extensión al menos hasta el 31 de diciembre próximo.
Asimismo, la autoridad monetaria estableció que, en cada mes calendario, las cajas de ahorro en moneda extranjera que posean más de un titular solo puedan tener acreditaciones por compras de moneda extranjera para portafolio –formación de activos externos– por parte de uno de ellos. Es decir, no se pueden depositar más de 200 dólares por mes.
También está denegado el acceso para quienes realicen compras en el exterior y usen todo el cupo mensual. Datos de las empresas emisoras de las tarjetas de crédito indican que en el país hay 8,5 millones de plásticos, pero sólo 350.000 al año hacen una compra fuera de Argentina.