Argentina se abstuvo en la votación, impulsada por Estados Unidos, para abrir un debate en Naciones Unidas sobre las violaciones de derechos humanos cometidas presuntamente por China contra la minoría musulmana de los uigures.
Así lo definió el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, quien salió “indemne” tras pasar por una encrucijada política: Estados Unidos apoyó al gobierno de Alberto Fernández en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que China no dudó en consolidar un swap por 18.500 millones de dólares cuando el Presidente se lo pidió a Xi Jinping.
El proyecto de Estados Unidos se basa en un informe del Alto Comisionado de la ONU que revela la persecución sufrida por la minoría uigur a manos del régimen comunista liderado por Xi Jinping. El dossier fue redactado bajo supervisión de la chilena Michelle Bachelet, quien fuera alta comisionada.
En la sesión del comité de DDHH de la ONU, el proyecto de Estados Unidos fue rechazado por un bloque de 19 votos, que lideró China junto a Cuba, Venezuela, Sudán, Bolivia y Mauritania, entre otros países. Mientras que se abstuvieron 11 naciones, entre ellas, Argentina, Brasil y México. Solamente se lograron 17 avales a Washington por parte de Alemania, Reino Unido, Francia y Japón, entre otros.
En el caso particular de Latinoamérica, solamente Honduras y Paraguay apoyaron a Estados Unidos.
Entre las acusaciones contra el régimen chino figuran “denuncias de patrones de tortura o malos tratos, incluidos los tratamientos médicos forzados”, “denuncias de incidentes individuales de violencia sexual y de género” y “graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de la aplicación por parte del Gobierno de estrategias de lucha contra el terrorismo y el extremismo”.