Otra vez el gobierno de Alberto Fernández se abstuvo de votar en la Organización de Estados Americanos (OEA) una resolución para exigir la liberación de los presos políticos por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
El llamado de detención del organismo multilateral se resolvió con el apoyo de 26 votos a favor (de un total de 34). Argentina, como pasó en junio pasado, no formó parte de ese grupo y sumó una de las abstenciones (Bolivia y México) que evitaron pronunciarse a favor del reclamo dirigido al gobierno de Nicaragua.
La OEA resolvió “reiterar su llamado para la liberación inmediata de los candidatos presidenciales y de los presos políticos”. En el texto expresó su “grave preocupación” por el hecho de que Nicaragua haya ignorado los esfuerzos del Consejo Permanente de la OEA para que se comprometa a la celebración de elecciones “libres y justas”.
Por su parte, Estados Unidos y otros países declararon que las elecciones de noviembre en Nicaragua “han perdido toda credibilidad” debido a la exclusión de partidos opositores en el proceso electoral y al encarcelamiento de varios líderes opositores que pretendían disputarle el poder a Ortega.
La postura de Nicaragua sobre la resolución de la OEA
Michael Campbell, un alto funcionario nicaragüense, dijo al inicio de la reunión del miércoles que su país no participaría porque la OEA interfiere de “forma grosera” en los asuntos internos de Nicaragua y agrede directamente “la soberanía nacional de Nicaragua”.
“Nuestro país jamás ha aceptado, no acepta, ni aceptará actos que degraden su libertad, que como Estado independiente ostentamos desde nuestra independencia nacional desde ya más de 200 años”, acusó Campbell.
Para el funcionario, no hay ni un solo candidato detenido ni ningún “inocente procesado”.