Las fotos de Fabiola Yañez mostrando moretones en un brazo y un ojo morado, junto con capturas de pantalla de las conversaciones entre ella y su esposo, Alberto Fernández, llegaron al teléfono de María Cantero, la secretaria presidencial, porque Yañez se las envió directamente.
Estos incidentes, que Fernández no negó en la conversación, ocurrieron durante el embarazo de Yañez, según la cronología publicada en los partes médicos de esa época.
De acuerdo con las imágenes, la captura de la conversación entre la pareja presidencial se realizó en la madrugada del 13 de agosto de 2021. En esta conversación, la exprimera dama envió fotos de sus lesiones y comentó: “Venís golpeándome hace tres días seguidos”.
Unas semanas después, el 23 de septiembre de 2021, un comunicado de Presidencia transmitió que el matrimonio presidencial estaba esperando su primer hijo.
“Se informa que la primera dama, Fabiola Yañez, se encuentra cursando su décima semana de embarazo (único). Su estado de salud es bueno y bajo estricto control médico. Desde la Unidad Médica Presidencial se brindará ante la opinión pública la información sobre la evolución del embarazo con el fin de comunicar con precisión”, decía el documento, firmado por Fernando Saavedra.
Las sospechas acerca del embarazo de la primera dama ocurrieron el 14 de agosto de ese año, cuando Yañez compartió en sus redes sociales una foto en la que estaba sentada con las manos sobre su vientre.
Esta imagen fue tomada un día después de la fecha que ella mencionó en las capturas de pantalla como el momento de la discusión con su esposo. Según la información proporcionada por la Presidencia, el embarazo habría comenzado entre el 12 y el 18 de julio. Para agosto, ya había cierta especulación sobre la posibilidad de un embarazo, a pesar de que aún era poco evidente.
La causa sigue clasificada como “averiguación de delito”. Aún falta que Yañez declare ante el fiscal y que se definan los cargos que se imputarán al expresidente.
El juez Ercolini, en las primeras medidas ordenadas, mencionó que podrían aplicarse cargos de lesiones leves agravadas por el vínculo y por tratarse de violencia de género, aunque podrían añadirse otros delitos en un concurso real.
La pena para estos cargos varía de seis meses a dos años de prisión. Además, el hecho de que la víctima estaba embarazada podría considerarse un factor agravante.