Anabel Fernández Sagasti asumirá la conducción del justicialismo mendocino poniéndose al frente de una dirigencia partidaria que no tiene otra intención que mostrar unidad, más allá de las lógicas diferencias, que subsisten y subsistirán, entre los que representan a la parte más tradicional del movimiento y a quienes van brotando en el jardín cuidado con esmero por el kirchnerismo/cristinismo.
Además, en este momento nadie puede discutir en el PJ de Mendoza la notable influencia y gravitación de la joven senadora nacional. Es la poseedora de las llaves que permiten acceder a los despachos más gravitantes de la Casa Rosada y del oficialismo en el Congreso. No sólo para los suyos; también para el gobierno radical local.
La intención de la nueva conductora del justicialismo es llevar a su espacio a un escenario electoral 2021 en el que no haya fisuras. No es momento de aventuras individuales que dispersen votos. El peronismo sabe que corre de atrás con respecto a la gestión de Suárez y a la figura siempre influyente de Cornejo.
Todo esto no quiere decir que no existan negociaciones para consensuar las listas más importantes, las que apuntan hacia el Senado nacional y la Cámara de Diputados. En el primero de los casos parece indiscutible el intento de reelección de Fernández Sagasti. Méritos para ello le sobran internamente; lo citábamos recién al hacer notar su influencia en el poder central. En lo que respecta a Diputados, podría surgir, en este caso sí, algún “ruido” si José Luis Ramón termina formando alianza con el PJ para renovar su banca de diputado nacional.
Queda una duda: qué postura adoptará el sector de los intendentes con relación a las bancas en el Congreso (también vence el mandato del diputado Omar Félix) si Ramón, como muchos suponen, se pliega a la lista de candidatos al Congreso. El tema podría disimularse de algún modo porque se impondría el esfuerzo por la unidad a toda costa. Dicen que los Félix sí apuestan a la candidatura a gobernador en 2023 (Emir será el destinatario en ese caso).
Toda voz sensata dentro del PJ destaca en este momento que el incierto panorama económico y social del próximo año lleva a esperar un proceso electoral difícil para el Frente de Todos, en el plano nacional y las provincias que le son más reticentes, como la nuestra. Así llegan a la conclusión de que es totalmente inconveniente desnudar peleas internas.
Por último, la estrategia de unidad de la nueva conducción “anabelista” se torna contemplativa de los pasos que dé en adelante el oficialismo local, y oposición nacional, donde algunas asperezas entre radicales y “macristas” parecieran no llegar aún a consolidar un frente compacto de cara a la renovación legislativa que viene.