La flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, reiteró ayer que su intención es promover cambios en las metas del programa que su antecesor Martín Guzmán definió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para poder reestructurar la deuda de u$s45.000 millones y que marcó un punto de inflexión en la aguda crisis entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“A ninguno nos gustaría tener que tener este diálogo con el FMI pero está, hay un acuerdo. Tenemos que cumplirlo y en cada revisión de las metas seguramente habrá algunas modificaciones porque el mundo cambia continuamente”, dijo en una entrevista con radio El Destape, en la que volvió a plantear las prioridades de su gestión.
El mismo lunes, poco después de jurar en el cargo, Batakis adelantó que uno de sus objetivos era rediscutir algunos términos con el Fondo Monetario, sobre todo, por los nuevos desafíos y el fenómeno inflacionario que instaló en la economía global la guerra en Ucrania.
“El segundo trimestre se cumplió y el segundo semestre es muy complejo para la economía argentina. Las tensiones van a existir, pero tenemos que trabajar en forma conjunta”, reiteró.
El del FMI es un tema extremadamente sensible no sólo para el rumbo económico sino para la crisis interna que atraviesa el gobierno nacional y que forzó la renuncia de Guzmán. En ese sentido, la gran novedad fue que el lunes a la noche Alberto Fernández recibió a Cristina Kirchner en la Quinta de Olivos, pero los detalles de la reunión se mantuvieron bajo un total e inaudito hermetismo.
Y la falta de información oficial motivó un sinfín de especulaciones: los trascendidos periodísticos indicaron que la discusión se centró en los conflictos ya conocidos dentro del oficialismo, como el referido al FMI, y también hubo múltiples conjeturas respecto al clima. Sin embargo, ante la consulta de este medio, cerca de Cristina Kirchner se limitaron a señalar que fue una reunión con “tono positivo”.
En la entrevista que concedió el martes, Batakis repasó las urgencias y deslizó cuál será su posición para afrontarlas, que en líneas generales es similar a la que mantuvo Guzmán y que lo convirtió en blanco de críticas de Cristina Kirchner y sus laderos. A saber, la nueva ministra prometió avanzar hacia el equilibrio fiscal, con la acumulación de reservas en el Banco Central y con la eliminación de los subsidios a la energía, y dijo que será determinante potenciar las exportaciones.
“Creo que la sociedad está preparada para la baja de subsidios. Los pesos y dólares tienen que ser asignados a que mejore la actividad económica, a que se generen más puestos de trabajo, a que nuestra moneda tenga mucho más valor, para hacer todo eso necesitamos asignar esos recursos en distintas posiciones y elementos de la economía argentina y el presupuesto. Necesitamos avanzar rápidamente con la reducción de los subsidios y con un programa que tenga una protección para quienes más lo necesitan, tenemos que ir a los lugares donde se pueden pagar”, reiteró sobre la segmentación de tarifas que se transformó en uno de los grandes dolores de cabeza para Guzmán por la resistencia de los funcionarios cristinistas a cargo del área.
Ante las crecientes dudas sobre el futuro de la economía, que el martes volvió a castigar a los activos financieros de la Argentina, Batakis tomó distancia de las falsas promesas y reconoció que no será inmediata la baja de la inflación así como tampoco la recuperación total del poder adquisitivo.
“No vamos a reducir la inflación a un dígito en el corto plazo. Es un tema de larga tradición en la Argentina. Necesitamos que crezca la estructura productiva”, aclaró, al tiempo que apuntó que tampoco se podrá “recuperar lo que perdieron los salarios en los últimos años en unos poquitos meses”.
En la víspera se esperaba el primer contacto entre Batakis y los representantes del FMI, pero hasta el cierre de esta edición ninguna de las partes confirmó gestiones. Tampoco hubo definiciones respecto a quiénes integrarán el equipo de la flamante ministra de Economía.
“Batakis está trabajando en el Ministerio de Economía. Cuando esté su equipo completo lo daremos a conocer”, acotaron los voceros oficiales.
Mientras, en el mercado los bonos continuaron con sus fuertes caídas generalizadas de hasta el 9% (aunque muchos moderaron el desplome hacia el cierre) y la tendencia hizo que el Riesgo País salte 200 puntos básicos para posicionarse nuevamente en torno a las 2.574 unidades, su máximo desde la reestructuración de la deuda en 2020.
Claro está que el temor de los inversores va más allá del nombre de Batakis. Tal como lo indicó la calificadora de riesgo Moody’s, “la nueva ministra deberá hacer frente a graves problemas macroeconómicos y crediticios en un contexto político cada vez más complicado en el país”.
“Los altos niveles de inflación, la caída de las reservas internacionales, el aumento de la deuda en pesos y la necesidad de reducir el déficit fiscal para cumplir con los objetivos acordados con el FMI representan grandes desafíos que la nueva ministra deberá enfrentar”, completó la agencia.
En el mercado cambiario, los dólares “libres” perdieron algo de terreno tras las compras que motivó el pánico en la primera sesión de la semana. El CCL quedó a $274,16; el MEP, a $263 y el informal Blue retrocedió $8 para quedar a 252 pesos.
El dólar minorista subió 25 centavos en el Banco Nación y terminó así en un nuevo máximo. En rigor, los ahorristas terminaron pagando $218,69 por el recargo del Impuesto Pais y Ganancias. Y en la plaza mayorista el Banco Central tuvo que recurrir a otra importante compra de divisas, porque se desprendió de u$s180 millones. Según los operadores, las importaciones de energía demandaron u$s150 millones.