La derrota por 1,3 puntos porcentuales en territorio bonaerense dejó al oficialista Frente de Todos con sabor amargo, pero con la tranquilidad de que todo podría haber sido mucho peor, incluso reinterpretando esa sensación como una forma de victoria por la remontada que hubo respecto de aquella caída por 4,35 puntos en las elecciones primarias.
Como en toda derrota, hay algunos que salieron más airosos que otros. En este caso, los intendentes bonaerenses que se pusieron la campaña al hombro creen que el mérito es propio, aunque admiten que en todo 2021 hubo inyección de recursos para obras de corto plazo y asistencia social tanto del gobierno provincial como de Nación.
Ahora, con los números puestos, los intendentes quieren más protagonismo. Habían comenzado a caminar por esta senda cuando tras las Primarias, el jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, fue a parar como jefe de Gabinete de Axel Kicillof para darle mayor juego a sus pares del populoso Gran Buenos Aires.
Los intendentes tienen buen diálogo con Cristina Fernández y Máximo Kirchner, pero los perturba que La Cámpora esté intentando constantemente recortarles el poder en sus distritos. La idea del diputado e hijo de la vicepresidenta es que su agrupación política crezca y eso genera fuertes fricciones en bastiones históricos del peronismo tradicional.
En territorio bonaerense, el Frente de Todos se alzó con 3.368.310 votos para la categoría de Diputados nacionales, por lo que creció 20% respecto de las elecciones primarias de septiembre (sumó 579.288 votos). Juntos –que ganó la elección- alcanzó los 3.480.298 votos, por lo que desde las primarias creció un 10,48%, sumando así unos 330.309 sufragios.
El grueso de los votos que permitieron al oficialismo acortar la diferencia provino mayoritariamente de los municipios más populosos del Gran Buenos Aires. La denominada Tercera Sección Electoral fue la única de las ocho en las que está dividida políticamente la provincia en la que triunfó el Frente de Todos.
Esa sección electoral comprende 19 partidos: Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lanús, Lobos, Lomas de Zamora, Magdalena, Presidente Perón, Punta Indio, Quilmes y San Vicente. Por fuera de esa sección, aportaron votos a la remontada San Martín, Moreno, Malvinas Argentinas y José C. Paz.
La Matanza, el salvavidas de Cristina
Juntos, la coalición que lideraron Diego Santilli y Facundo Manes, se llevó el triunfo con el 39,81% de los votos. Por eso, en términos gráficos, casi el 95% del mapa bonaerense quedó pintado de amarillo, color característico del PRO. Un paso atrás estuvo la lista que encabezó Victoria Tolosa Paz, secundada por el sanitarista Daniel Gollán, con el 38,53%.
Santilli y Manes no pudieron imponerse en distritos de histórica mayoría peronista. Los datos muestran, por ejemplo, que el aporte de diferencia de votos que el Frente de Todos logró en La Matanza sobre Juntos (141.306) es mayor a la diferencia de votos que al oficialismo aportaron, sumadas, Tucumán, San Juan, Salta, La Rioja y Misiones (138.785).
El peso de este distrito para la salud electoral de la coalición de Gobierno es decisivo, y más aún en épocas de escaso apoyo a nivel nacional, considerando que el Frente de Todos obtuvo solo el 33,52% de los votos en el país, cuando el macrismo (que contempla a la UCR, la Coalición Cívica y el PRO) se llevó el 42,42%.
Pero incluso hacia adentro del Gran Buenos Aires, La Matanza -donde el peronismo gobierna ininterrumpidamente desde 1983- es clave para Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Los cuatro municipios que obtuvieron más porcentaje de votos en todo el conurbano (José C Paz, Florencio Varela, Malvinas y Ezeiza), sumados todos, apenas superaron por 8.399 votos a los que aportó La Matanza en soledad.
Y estos números se dieron en un contexto adverso para el intendente peronista Fernando Espinoza. Si bien la seguridad es responsabilidad de Kicillof, en los días previos hubo dos manifestaciones sociales en protesta por el asesinato de Roberto Sabo, el kiosquero de Ramos Mejía, a manos de un delincuente que entró a robarle y lo fusiló.
En la llamada Tercera Sección Electoral el oficialismo obtuvo 1.386.610, por lo que sumó allí 238.349 votos respecto de septiembre. Esta sección le dio el 41% de los votos en la remontada a Tolosa Paz y provocó que el oficialismo “salve la ropa”. Aquí, el Frente de Todos obtuvo 386 mil votos más que Juntos por el Cambio.
Además de Espinoza, quien fue candidato testimonial a concejal, quedaron bien parados otros jefes comunales. Uno es Fernando Gray, de Esteban Echeverría. Su espacio obtuvo el 45% de los votos contra el 33% de Juntos. Mario Secco, de Ensenada, llevó al Frente de Todos al 53%, contra el 28% del macrismo.
En Almirante Brown, Mariano Cascallares, aportó lo suyo con un 47% sobre el 29% de Juntos. En Quilmes, Mayra Mendoza, celebró el triunfo muy ajustado de 40% a 39%, aunque con el adicional de haber revertido la derrota de las Primarias. Y en Lomas de Zamora –territorio de Insaurralde- la victoria fue de 45% a 33%.
A su vez, Mariel Fernández llevó al oficialismo a un 46% contra 29% en Moreno. Y en Florencio Varela, Andrés Watson empujó un 50% sobre el 24% de Juntos. En Berazategui triunfó el peronismo ante JxC con 44% sobre 31%; en Berisso por 41% sobre 34%; en Avellaneda por 42% a 36%; en Ezeiza 50% sobre 28%; en Malvinas Argentinas 50% sobre 27%; y en José C. Paz 49% a 26%.