Desde que Mauricio Macri la impulsó a la presidencia del PRO en enero del 2020, Patricia Bullrich viene manteniendo un ritmo de exposición político como ningún otro exministro o exfuncionario de Cambiemos. La exministra de Seguridad ganó la escena opositora, aún a costa de sumar enemigos dentro de Juntos por el Cambio y también dentro de la fuerza que preside.
“Patricia viene tensando la cuerda dentro de JxC desde el primer zoom del año. Lo dijo claramente: ‘yo creo que nosotros tenemos que posicionarnos en este lugar, y después los sectores moderados no les va a quedar otra que votarnos’”, contó a este diario un allegado a la Mesa Nacional. Sectores del radicalismo, también Rodríguez Larreta y sus aliados, apuestan a construir desde la moderación. “Tensiona hacia un extremo conservador porque ahí está su voto, pero lo hace a costa de todo el espacio, y eso es un problema”, confió el dirigente con llegada a las reuniones virtuales.
Con Rodríguez Larreta, la tensión volvió a quedar expuesta en el último zoom de la Mesa Nacional. Bullrich criticó las últimas medidas restrictivas del gobierno porteño para enfrentar la segunda ola de COVID 19. “Parecen el gobierno nacional”, chicaneó. Rodríguez Larreta se defendió y dicen que el tono se subió.
Meses atrás Bullrich y Rodríguez Larreta se vieron para transparentar sus intereses electorales. El Jefe de Gobierno porteño le dijo que no veía inconveniente en cederle el primer lugar a diputados, siempre que el resto quedara para el larretismo. “Mitad y mitad” fue la inesperada contraoferta de Bullrich. A partir de entonces las diferencias se ensancharon.
“Es increíble que la presidenta del PRO venga a hacer lío al único distrito que gobierna el PRO”, se quejan desde el Gobierno porteño. Este grupo piensa en María Eugenia Vidal para encabezar la lista, lo que significaría el regreso a la Ciudad de Buenos Aires tras el final amargo de la experiencia en la gobernación bonaerense; la idea es apoyada por el grupo del peronista Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y Nicolás Massot, que quieren la provincia para sí mismos. “Lo natural es que yo vaya a la Ciudad y María Eugenia a Provincia”, retruca Bullrich.
En la UCR porteña que conducen Martín Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti, creen en las primarias para ordenar el conflicto; se reconocen lejos de las posiciones políticas de Bullrich y apuestan a continuar la alianza con Rodríguez Larreta sellada recién en 2019. “Pero no nos metemos en sus diferencias, que los resuelvan ellos”, dicen.
Parte de su construcción política se edifica con tópicos como la “inseguridad”, “la libertad” o el “orden público”. La semana pasada se abrazó con el policía Luis Chocobar. Mantiene charlas virtuales con el llamado Movimiento Empresarial Anti Bloqueo, con el que comparten antipatías hacia los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano.
Secundada por Gerardo Millman, de origen progresista en la Coalición Cívica y su vice en el ministerio de Seguridad, Bullich teje alianzas dentro de Juntos por el Cambio. Así como Morales y Lousteau suelen cruzar chicanas con Bullrich, otros radicales como el diputado Álvaro de Lamadrid no esconden sus simpatías. Atilio Benedetti, referente radical de Entre Ríos, publicó días atrás en las redes una foto tomando un café con Bullrich.
Bullrich también construye en el Congreso. Días atrás mantuvo un zoom con los siete diputados nacionales por “la causa vacunas”, entre ellos, el mendocino Omar De Marchi. Un núcleo duro en expansión dentro del ya variado interbloque de JxC que conduce Mario Negri.
La encuestadora Taquión, a la pregunta de “¿quién es en este momento el líder de la oposición?”, relevó que el 21,7% se inclinó por Larreta, y después sigue Bullrich con un 15,4, tres puntos por encima de Macri.
“Patricia es una máquina, no para en todo el día. Como un toro embiste sin importarle las consecuencias; se equivocan aquellos del PRO que creen que la pueden moderar”, comentó a este diario un dirigente que frecuentó a Bullrich cuando fue jefa a la campaña presidencial de Carrió (hoy enemistadas) en 2007. La exministra y el Jefe de Gobierno porteño, coinciden sus entornos, ya empezaron a jugar sus proyectos presidenciales 2023 con grieta propia.