Tras negociar con los iraníes, Cristina Kirchner echó a Antonio Jaime Stiuso de los servicios de inteligencia. El agente y el fiscal Alberto Nisman eran los principales impulsores de las investigaciones y las denuncias contra Irán por el atentando a la AMIA. En 2015, Nisman apareció muerto antes de que se presentara a denunciar a la entonces presidenta ante el Congreso. Por su parte, el espía se refugió con su familia en Estados Unidos y volvió al país en 2016. Tras su regreso declaró que Nisman fue asesinado por miembros del gobierno kirchnerista. Ahora está preparando otra declaración. El 29 de noviembre se presentará ante la Justicia para reforzar sus acusaciones contra el espionaje ilegal durante el último gobierno de Cristina.
Según publica La Nación, Stiuso se presentará a fines de noviembre con la mira puesta en los tiempos en que Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Kirchner; Juan Martín Mena, el segundo del ministerio de Justicia y redactor del pacto con Irán; y Fernando Pocino, a quien reportaban gran parte de los agentes, comandaban los servicios.
Hasta ahora, las declaraciones en la Justicia aportaron poco para esclarecer la muerte del fiscal, pero sacaron a la luz seguimientos y tareas de espionaje ilegal, que tuvieron como blanco a los primeros funcionarios de la investigación, como la fiscal Viviana Fein. Eran los tiempos en que el Gobierno difundía cuentas en el exterior y fotografías privadas para desprestigiar a Nisman y su denuncia. Ahora pretenden borrar las huellas de aquellas maniobras.
Stiuso sospecha que el grupo de Pocino pretende involucrarlo en las operaciones de espionaje ilegal que surgieron en la causa. “Que no me usen para su tapadera”, es la advertencia que se le escuchó lanzar, mientras prepara documentos. La declaración del exespía puede encender los focos nuevamente sobre las usinas que funcionaban en paralelo a la Secretaría de Inteligencia durante el gobierno de Cristina Kirchner, cuyos protagonistas se reciclaron en el actual Gobierno.
Stiuso desperdigó en declaraciones por la muerte de Nisman y por el ataque a la AMIA indicios de los secretos que guarda sobre el manejo de los servicios de inteligencia por parte de la vicepresidenta. Y en sus palabras residen las pistas de su próxima aparición judicial. En 2016, ante la jueza Fabiana Palmaghini, según la declaración, Stiuso aseveró que cuando Cristina Kirchner “decidió negociar con Irán quedó esposada y rehén de ese país”.
Aseguró entonces que su jefe en los servicios de inteligencia, Francisco “Paco” Larcher, le dijo que “por indicaciones de Cristina” el Gobierno no estaba interesado “en que sigamos aportando informes en la causa AMIA que comprometieran a la República Islámica de Irán”.
“No querían que aportáramos más pruebas”, declaró, en referencia a las investigaciones que impulsaba junto a Nisman. Y lanzó las primeras acusaciones sobre las operaciones ilegales. Aseguró que los funcionarios se nutrían de informes de una agencia paralela de inteligencia, denominada Dark Star, que fue denunciada ante la Justicia, pero se encamina hacia el archivo para tranquilidad de muchos poderosos. “Algunos integrantes del gobierno utilizaban a dicha firma”, agregó, y nombró a Pocino. “Incluso se menciona a (César) Milani en la causa”, apuntó intencionalmente, en referencia al jefe del Ejército de Cristina Kirchner, a quien se le atribuyó tareas de inteligencia.
Stiuso también acusó a Parrilli de convocar al espía Alan Bogado para que dijera que trabajaba bajo sus órdenes, a fin de comprometerlo en las denuncias. Y declaró que se habían dictado “órdenes de búsqueda sobre dirigentes de la oposición”. Aunque las denuncias figuran hace años en los expedientes, la Justicia nunca avanzó contra los acusados del espionaje ilegal.
En otras de sus declaraciones ante la Justicia, Stiuso puntualizó que “luego del fallecimiento de su esposo, la expresidenta (Cristina Kirchner) cambió radicalmente de rumbo con respecto del tema iraní”. Ratificó que en 2012 Larcher le confirmó que no debía seguir con las investigaciones. Y acusó a “Mena y Parrilli” de encabezar una “campaña de difamación” contra los denunciantes. Para forzarlo a dejar los Servicios de Inteligencia, Parrilli le ofreció irse a Sudáfrica o Egipto, según declaró el exespía. Stiuso se negó y finalmente dejó los cargos públicos.
“La muerte de Nisman está atada a la denuncia que hizo”
“Nunca Alberto se hubiera suicidado, y menos por el momento que estaba viviendo. A Alberto le gustaba todo esto. A Alberto le gustaba su trabajo”, puntualizó ante la Justicia. Y dijo que, antes de su muerte, le advirtió a Nisman que “iban a tratar de denostarlo y de tapar todo”.
Sobre Cristina Kirchner fue elocuente: “Cuando el enloquecimiento de la expresidenta era notorio tuve que sacar a mi familia de mi domicilio, mudándome a otro lugar alquilado. El gobierno no había podido detectar donde vivía, pero sí donde trabajaba mi señora”, declaró, en referencia a los seguimientos que enfrentó durante el gobierno de la actual vicepresidenta. Para Stiuso, no hay margen de dudas. “La muerte de Nisman está atada a la denuncia que hizo”, dijo, y acusó a “un grupo relacionado con el gobierno anterior (de Cristina Kirchner), motivado por los términos de la denuncia” . El mes próximo volverá a declarar.
Su reaparición no se limita al caso Nisman. El exespía también se presentó en la causa por el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, tras enterarse que el atacante Fernando Sabag Montiel buscó el apellido Stiuso en internet. Por ahora, la Justicia le rechazó su pedido y abrió una investigación por la filtración.