En la continuidad del juicio contra el ex juez federal Walter Bento, hubo un extraño testimonio. El testigo era Diego Alejandro Barrera, uno de los condenados a prisión perpetua por el asesinato de Diego Aliaga. Apenas se sentó en el banquillo, Barrera dijo que quería declarar libremente y que después iba a responder preguntas de la fiscalía y de las defensas. Y entonces se inició un relato en el que describió una conspiración para perjudicar a los imputados, incluido el propio Bento.
Diego Aliaga era considerado como quien supuestamente gestionaba las coimas de los detenidos por orden del entonces juez Bento. Aliaga y Barrera, según el testimonio de que hizo el condenado, eran amigos y que su muerte fue “una desgracia no querida”.
En el extenso e increíble relato, sin preguntas iniciales, Barrera mencionó nombres raros para los estrados federales: como el de Anabel Fernández Sagasti, Carlos Ciurca, el ex ministro de Seguridad Leonardo Comperatore.
En declaraciones anteriores, Barrera había acusado a Bento de cobrar coimas por beneficios. Ayer dijo todo lo contrario.
Relató que saliendo de una fiscalía provincial, debía ir a Tribunales Federales. “Me estoy subiendo a mi vehículo y en ese instante se sube un policía de civil... ‘soy policía... te tengo que acompañar hasta los federales’”. Barrera relata que en el camino, el supuesto policía le dice: “ahora cuando declarés en federales, lo único que vas a agregar a la declaración es que Diego Aliaga saca presos del Federal”. Luego ese misterioso policía desapareció ya en la puerta de tribunales federales.
Ese día, según la historia de Barrera, introdujo esa frase que le pidió el supuesto policía, ante el fiscal federal Fernando Alcaraz. Así arrancó una larga declaración en la que Barrera involucró en el supuesto complot hasta al ex ministro de Francisco Pérez, Leonardo Comperatore, al ex vicegobernador Carlos Ciurca y a la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti y al ex abogado de Barrera, Antonio Carrizo, ex subsecretario de Seguridad cuando Comperatore fue ministro del área.
Supuestamente Carrizo se juntó con los otros tres dirigentes y le recomendaron declarar que Aliaga hacía gestiones ante el juzgado de Bento para sacar presos, a cambio de supuestos beneficios procesales.
“Mi abogado, Antonio Carrizo se juntó con Leonardo Comperatore, Carlos Ciurca y Anabel Fernández Sagasti... Vino al penal me dice, mira la reunión fue positiva... En esa reunión se habló de que yo tenía que ir a declarar”.
Luego, Barrera dijo que “el 5 de febrero del 2021 me citan acá... Tuvimos una reunión con el fiscal de Dante Vega aquí presente. Yo pedía protección para mi familia, imploraba por mi familia primero mi familia y después yo. Carrizo me dijo que antes tranquilo que vos declaras y vamos a tener beneficios. Me muestra así un papel para incorporarse a protección de testigos. El fiscal se lo da a Carrizo, nos deja solos... Tony me dice ayudá para que te ayuden. Y toda, absolutamente toda la declaración del 5 de febrero fue manipulada y fue guiada por el fiscal Dante Vega y por Antonio Carrizo, me obligaron a declarar en contra del doctor Bento”, lanzó Barrera.
“Pasó marzo, pasó abril, pasó mayo. ¿Tony qué pasa? Qué pasa con mi familia, mi mujer se me está muriendo, mi hijo no da más. Toni mi mujer no da más... no pasaba nada de lo que me habían prometido... una domiciliaria para mi señora y una domiciliaria para mis hijos nada nada”.
Luego de varias idas y vueltas relatadas por Barrera, Carrizo deja de ser el abogado defensor. Entonces el condenado salpicó a Pablo Cazabán (actualmente defiende a otro imputado del caso Bento, Matías Aramayo). Según el relato de Barrera, “yo le digo hermano, mi mujer se está muriendo. ‘Tu mujer se está muriendo pone 30 verdes y yo te consigo la domiciliaria con Vega’ esas fueron las palabras de Cazabán” acusó el testigo detenido.
Es interesante el relato, porque todos los involucrados por Barrera, tienen alguna cercanía política, a pesar de que no hay certezas de que sean amigos o allegados en términos personales. Por ejemplo, Cazabán es hermano de Alejandro, ex funcionario de Celso Jaque.
También acusó la inacción de distintas reparticiones y funcionarios a las que recurrió para denunciar supuestas torturas y amenazas que recibió durante su detención. Acusó a una repartición del gobierno de Alberto Fernández, la Dirección Nacional de Políticas contra la Violencia Institucional; también a la subdirectora de Ejecución Penal de la Dirección de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Romina Cucchi.
Cucchi es una colaboradora del juez de la Corte mendocina Omar Palermo, quien antes de integrar el máximo tribunal mendocino, se desempeñó en Tribunales Federales y era el “jefe” del fiscal de la causa Bento, Dante Vega.
Es decir que en su testimonio Barrera le apuntó a supuestos “enemigos” de Bento en la interna kirchnerista-peronista de la Justicia Federal, empezando por el propio fiscal Vega, quien comandó la investigación y ahora la acusación en el juicio ante el Tribunal Oral Federal número 2 (TOF2), compuesto por las juezas Gretel Diamante, María Carolina Pereira y Eliana Rattá. Hay que recordar que Bento también llegó a ocupar el sillón del juzgado federal número 1 impulsado por el ex presidente Néstor Kirchner.
Es más interesante porque Bento y otros imputados vienen alegando que su situación procesal se debe que son víctimas de una causa armada por Vega. Sin embargo, contrario a esa estrategia defensiva, el Jury de Enjuiciamiento del Consejo de la Magistratura, encontró suficiente material como para destituir al juez federal la semana pasada.
Pero el testimonio beneficia a los acusados y por eso no sorprendió que uno de los acusados, Luciano Ortego, hizo un pedido provocador, lanzando una sospecha de represalias contra el testigo: “en base de lo que ha manifestado el testigo en esta audiencia, voy a solicitar que se resguarde la integridad física del testigo por el temperamento que pueda llegar a adoptar el fiscal Vega”.
El testimonio de Barrera sigue mañana. Parece poco probable que Vega intente dañar al testigo, porque a las 9 arrancará el cuestionario del fiscal, unas preguntas que seguramente querrá hacer para desacreditar la palabra del condenado Barrera.