La agencia calificadora de riesgo Moody’s destacó este martes que el gobierno de Alberto Fernández ganó margen de acción con el acuerdo que alcanzó para reestructurar la deuda externa, aunque advirtió que el país aún debe restablecer la confianza para volver al mercado y alertó sobre los riesgos de una “devaluación más fuerte” y un cepo reforzado.
“Lo único que le dio a la Argentina es tranquilidad por un tiempo. El problema fundamental que tiene la Argentina no es meramente una cantidad de deuda y, ni siquiera, el tipo de deuda, que sea internacional o en dólares. El problema fundamental es que la Argentina no tiene acceso a los mercados. Todos los países del mundo pagan su deuda no con impuestos sino con acceso al mercado”, opinó el vicepresidente regional de Moody’s, Gabriel Torres
Al respecto, el analista financiero remarcó que es fundamental generar las condiciones para retornar al financiamiento genuino con el que el país tendrá que cumplir con el nuevo calendario de pagos. “El acuerdo le da flexibilidad al Gobierno y le da tiempo para tomar decisiones con un poco más de tranquilidad, pero no resuelve el problema de fondo”, insistió.
Durante su exposición, Torres se refirió a la situación en el mercado cambiario y expresó su preocupación tanto por la brecha entre el dólar oficial y los paralelos como por el nivel de las reservas del Banco Central.
“Nos preocupa la caída de las reservas porque hemos visto esta historia varias veces, donde las reservas están bajo presión y hay un dólar artificialmente bajo, es decir hay límites para la compra o algún otro tipo de elemento que hacen que el dólar no refleje lo que debería reflejar si cotizara libremente”, indicó.
Por ello, el referente de Moody’s no descartó la posibilidad de que se refuerce aún más el cepo para acceder a los dólares y hasta vaticinó una “devaluación más fuerte”. “Sospecho que tendrá que haber una devaluación más fuerte que la que ha habido hasta ahora, en algún momento, no tenemos fecha, no podemos predecir, pero la presión es muy fuerte”, reveló.
Torres analizó el nuevo escenario tras conocerse los detalles del entendimiento que alcanzó el ministro de Economía, Martín Guzmán, para reestructurar el 99% de la deuda emitida bajo legislación extranjera.
Según los cálculos de la agencia, el país va a terminar con más de 100 mil millones de dólares de deuda con el sector privado, incluidos los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la presión comenzará a sentirse a partir del 2022.
“Argentina va a pagar su deuda en base a acceso al mercado. Eso va a requerir confianza, que los mercados confíen en que la Argentina va a poder pagar la nueva deuda que está tomando, que no va a tener la tasa de la deuda actual sino una tasa más alta. Y eso va a requerir confianza en las políticas macro y ahí estamos todos a la espera de conocer qué va a hacer el Gobierno”, insistió Torres.
Luego, enumeró varios de los grandes desafíos que afronta la administración del presidente Fernández y consideró que tendrán que tener prioridad las acciones para bajar el déficit y la definición de políticas que den previsibilidad.
“Argentina va a tener que bajar el déficit y eso va a significar o aumentar ingresos o bajar gastos. De algún modo, ambos van a mejorar el año que viene porque esperamos que la economía vuelva a crecer. Habrá más ingresos y menos gastos relacionados a la pandemia, porque esperemos que ya lo peor habrá pasado”, proyectó.
El analista destacó que la Casa Rosada mostró voluntad para emprender ese camino cuando “decidió cambiar la fórmula de pago de las jubilaciones y la bajó”, y también ahora con los planes de reformas en materia tributaria.
Los riesgos asociados con la tensión política
Consultado por Los Andes, el vicepresidente regional de Moody’s agregó que las tensiones políticas que se producen con algunos debates como el de la reforma judicial también pueden generar un “impacto negativo”.
“Si el mercado considera que esto es una señal de mayor intervención, de mayor voluntad de hacer algo, aún cuando hay una oposición de un conjunto de la población que puede llevar a mayor confrontación política y demás, es posible que sea contraproducente. En qué área se podría notar, en la inversión”, evaluó.
Seguido, recordó lo que sucedió con el frustrado plan para expropiar Vicentin: “La señal de que un Gobierno puede casi unilateralmente que tomará el control de una empresa, en un país de una historia de baja institucionalidad como lo es Argentina para nosotros, es una señal negativa”.
Una mejora en la calificación
Por lo pronto, la calificadora de riesgo podría revisar la nota de la Argentina, que actualmente se ubica en “CA con perspectiva negativa”. Es la anteúltima posición en el ránking de 21 escalones que diseña Moody’s.
“En el nivel más bajo de la calificación lo que señalamos no es solamente que puede haber pérdida de default. En CA, la pérdida esperada está entre el 35 y 65 por ciento, dado que estamos a punto de terminar el proceso de reestructuración vamos a tener un dato concreto sobre cuál fue la pérdida para inversiones, parece que va a estar cercana al 45 por ciento, con lo cual va a estar dentro de ese rango pero no va a ser peor. Eso podría señalar que cuando revisemos esto la perspectiva negativa no sea necesaria”, adelantó Torres.