Los inconvenientes que presenta la vacuna Sputnik V producida en Rusia –y que se fabrica en Arhentina- trae coletazos políticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó días atrás que suspendió el proceso para aprobar las dosis rusas por las infracciones detectadas durante la inspección en una de sus plantas en mayo pasado.
“El proceso para la lista de uso de emergencia de Sputnik V se suspendió porque mientras inspeccionaban una de las plantas donde se fabricaba la vacuna, encontraron que la planta no estaba de acuerdo con las mejores prácticas de fabricación”, dijo Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, la rama regional de la OMS, en una conferencia de prensa la semana pasada.
Tras esta decisión, el senador nacional Julio Cobos le pidió al Poder Ejecutivo Nacional que se suspenda la compra y la administración de inoculante.
Desde que fue anunciada en 2020 por el gobierno de Vladimir Putin, la Sputnik V ha tenido cuestionamientos a nivel mundial en cuanto a la homologación del proceso de fabricación. Esta situación limita y genera inconvenientes a quienes a la hora de viajar tienen que presentar el “pasaporte de vacunación” de un fármaco con reputación cuestionada en algunos lugares del mundo.