La Argentina superó los 100.000 muertos por Covid-19, una cifra impactante que encuentra al país con el 60% de su población mayor de veinte años vacunada con al menos una dosis y ante la nueva amenaza de la variante Delta del coronavirus, más contagiosa que la de origen.
Al menos 43.163 personas murieron en la primera ola, que tuvo su pico en octubre de 2020 con unos 13.416 casos confirmados y 453 muertos por día. Aquello, ya gravísimo, fue leve en comparación con lo que vendría después.
Entre el 20 de diciembre y el 10 de enero, por las fiestas de fin de año, hubo una nueva suba. Luego la curva fue a la baja y a fines de marzo –con la Semana Santa de por medio- la situación volvió a complicarse: desde abril se contabilizaron el 45% de los muertos y el 50% de los casos de toda la pandemia.
Ahora, la situación es menos peor. En el pico de la segunda ola, en mayo, hubo 31.901 casos promedio por día y 452 muertes. Y en la primera semana completa de julio hubo 14.803 casos diarios y 371 fallecimientos informados.
El drama social
Así, el país siente el impacto de números desoladores, con miles de familias destruidas. Y todo se inscribe en una crisis económica que lleva más de tres años y que se ha profundizado en 2020 llevando al 42% de la población y al 57,7% de los chicos de hasta 14 años a estar por debajo del umbral de la pobreza.
Tras el impacto de la pandemia se han perdido más de 22.000 empresas en el país y llegó a contabilizar la destrucción de 4 millones de empleos. En el último trimestre de 2020 comenzó una recuperación que continúa, aunque con un traspié reciente y mientras la inflación castiga con un 50% anual.
A diferencia de otros países de la región, Argentina no registró situaciones de colapso sanitario, de que los terapistas tengan que elegir masivamente a quien salvar. Y esto responde, también, a que el país fue uno de los que decidió mayores y más extensos confinamientos, lo que en parte evitó más muertes y en parte destruyó más la economía.
En 2020 no hubo clases presenciales en las escuelas del 90% del territorio. Y en la actualidad aún el 20% de los establecimientos educativos no están dictando clases presenciales. Y en las escuelas abiertas la asistencia alcanza un promedio del 81% de la matrícula, de acuerdo con datos oficiales.
La gestión de la pandemia
En la Casa Rosada defienden la gestión de la pandemia y señalan que los confinamientos se decidieron porque el sistema sanitario estaba en ruinas. Para la oposición, que dejó el poder cuando en China empezaban a multiplicarse los casos de Covid-19, todo fue un desastre orquestado por el presidente Alberto Fernández.
El Gobierno jamás en pandemia convocó a la oposición a una mesa de diálogo para que preste su ayuda. La oposición jamás acercó una propuesta concreta al Ejecutivo para ayudar. De un lado y del otro, chicanas, críticas, señalamientos y culpabilidades. En el medio, la ciudadanía.
El Gobierno trabajó sin fisuras durante 2020 con los opositores que gobiernan distritos. Las medidas se fueron consensuando. En 15 meses de pandemia, se amplió 47% la infraestructura de terapia intensiva, a 12.547 camas. Y se distribuyeron 4.000 respiradores.
Si bien en 2021 las jurisdicciones siguen cooperando a nivel técnico y el Consejo Federal de Salud tiene un rol central para la definición de las políticas sanitarias –como también lo tuvo en 2020- este año apareció un factor de distanciamiento entre dirigentes: la contienda electoral.
Vacunas
El Gobierno lleva firmados contratos por casi 80 millones de vacunas. En el primer cuatrimestre, los laboratorios no cumplieron con las entregas prometidas. Recién en mayo comenzó a escalar el arribo de estos fármacos. Y hoy en el país ya hay más de 30 millones de dosis y casi 26 millones aplicadas.
Argentina está inoculando con vacunas Sinopharm (China), Sputnik V (Rusia) y AstraZeneca (Reino Unido). Y entre este semestre y se espera que hasta fin de año lleguen vacunas de los laboratorios estadounidenses Moderna, Pfizer y Johnson y Johnson; también de Cansino Biologics (China) y Abdala (Cuba).
Mientras, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad de San Martín (Unsam) están trabajando en una vacuna propia, que podría estar disponible a mediados de 2022. En paralelo, se sigue fabricando en el país el principio activo de la AstraZeneca y se están terminando series locales de Sputnik V.
La nueva amenaza
Así transcurre la Argentina la tragedia que comenzó el martes 3 de marzo de 2020 cuando se confirmó el primer caso de Covid-19 en el país: un porteño de 43 años que había llegado de Milán. El 7 de ese mes se registró la primera muerte: otro hombre de 64 años. Hoy, 498 días después, se contabilizan 100.000 fallecidos por esta enfermedad en el país y 4 millones en el mundo.
Actualmente hay unas 269 mil personas enfermas. En lo que va de la pandemia, el 10% de la población del país fue registrado como paciente con Covid-19. Se hicieron 18 millones testeos. Y la letalidad es del 2,1%. Por la vacunación, se observa una disminución de letalidad en todos los grupos de edad respecto de 2020.
No obstante, la aplastante cifra de fallecimientos encuentra a la Argentina en un nuevo momento bisagra: se visibiliza la amenaza de la variante Delta, surgida en India, más contagiosa, virulenta y letal que el resto. Hasta ahora se han detectado menos de veinte casos, dado que las fronteras están cerradas y poco más de 700 argentinos pueden retornar por día.