Crece la presión desde el sindicalismo y el Congreso para debatir la reducción de la jornada laboral

Luego del pedido de la CGT con motivo del 1ro. de mayo, la CTA insistió con el reclamo. A los numerosos proyectos presentados se sumó uno de La Cámpora. Qué proponen y cuáles son sus argumentos.

Crece la presión desde el sindicalismo y el Congreso para debatir la reducción de la jornada laboral
La CGT en el acto por el Día del Trabajador (Foto: Clarín)

Tras el pedido de la CGT para reducir la semana laboral, aumenta la presión desde el sindicalismo y el Congreso. El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, impulsa el debate en la Cámara de Diputados, donde hay numerosos proyectos presentados, mientras que en el Senado se sumó una nueva iniciativa del camporista Mariano Recalde.

El documento de la central obrera con motivo del Día del Trabajador se refirió a “un mundo que debate la reducción de la jornada de trabajo como medio de generar más empleo y distribuir mejor el beneficio extraordinario del capital”. Fue una mención escueta, pero sirvió para instalar la discusión.

En ese sentido, Yasky (autor de uno de los proyectos de ley sobre el tema) sostuvo este miércoles que la reducción de la jornada “es algo absolutamente necesario que cambiaría la vida de millones de trabajadores y mejoraría la situación, fundamentalmente la productividad de las empresas”.

El legislador del Frente de Todos anunció que el debate comenzará la semana próxima en la Comisión de Legislación del Trabajo, aunque todavía no hay ninguna citación formal y fuentes consultadas aclararon que el tema, por ahora, no está en agenda de Diputados, como tampoco del Senado.

Sin embargo, Yasky se mostró entusiasmado y hasta anticipó que “se va a convocar a empresarios para terminar con el prejuicio de muchos de ellos que escuchan hablar de reducción de la jornada laboral y la rechazan a libro cerrado, sin atender razones que, incluso desde el punto de vista empresario, también los benefician”.

El diputado Hugo Yasky, secretario general de la CTA (Foto: Federico López Claro)
El diputado Hugo Yasky, secretario general de la CTA (Foto: Federico López Claro)

El diputado sostuvo que “está demostrado que donde se pudo reducir la jornada laboral, los ritmos de productividad aumentaron y los accidentes de trabajo se redujeron”, y calificó el régimen vigente en Argentina como “anacrónico”.

En nuestro país, la Ley 11.544, que data del año 1.929, estableció que la jornada no puede exceder las ocho horas diarias o 48 horas semanales. Eso fue lo que había determinado diez años antes la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Convenio Nro. 1.

En otras palabras, pasaron 104 años desde que surgió esa primera determinación y 94 desde que Argentina la adoptó. En ese lapso se sucedieron dos normas de la OIT proponiendo la reducción de la jornada de trabajo sin reducción salarial. Pero en nuestro país no hubo cambios.

En la región, el ejemplo más reciente es el de Chile: a mediados de abril, el Congreso local sancionó una ley para reducir gradualmente la jornada de 45 a 40 horas semanales, en un lapso de cinco años. De esa forma, el país se convirtió en el segundo de América Latina con la jornada más corta, junto con Ecuador.

Proyectos en el Congreso

El senador Recalde (hijo del consejero de la Magistratura y abogado laboralista Héctor Recalde) se hizo eco del pedido de la CGT y presentó este martes una serie de proyectos de reforma laboral, entre ellos uno que impulsa la reducción de la jornada de trabajo de 48 a 36 horas semanales.

También se reducen los máximos legales para el régimen nocturno, el trabajo insalubre y los regímenes especiales. En todos los casos, se prohíbe expresamente que haya una rebaja salarial.

“Esta propuesta promueve la posibilidad de reducir la duración de la jornada laboral como herramienta para la mejor distribución del trabajo existente y, al mismo tiempo, para incrementar la productividad”, sostuvo Recalde, de La Cámpora.

Entre los beneficios, mencionó “el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores, la distribución del empleo y redistribución de la riqueza, la disminución de la siniestralidad laboral y el aumento del presentismo, la reducción de los costos empresarios, y el impacto ecológico y sanitario”.

También indicó que este tipo de reformas fueron o son discutidas en países como Alemania, Chile, Colombia, España, Francia, Finlandia, Islandia, Italia, Japón, México, Nueva Zelanda y Suecia.

En la Cámara de Diputados, en tanto, hay 11 proyectos vigentes para modificar la duración de la jornada. Yasky propone un máximo de 40 horas semanales, aunque otros proyectos sugieren seis horas diarias y 36 horas semanales.

Además de Yasky, presentaron propuestas los diputados Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria; Claudia Ormachea, del mismo gremio; el peronista porteño Eduardo Valdés; y los socialistas Mónica Fein y Enrique Estévez, entre otros.

El Frente de Izquierda también tiene un proyecto propio, pero propone un máximo de 30 horas semanales en lugar de 36. Además, hay propuestas complementarias de jornada reducida para el cuidado de los hijos.

“Creo que ahora va a haber mejores condiciones (para el debate), porque lo acaban de incorporar al tema. Me parece muy importante y eso le va a dar más fuerza al proyecto”, destacó Yasky en diálogo con Radio Provincia.

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