“Es un placer haber colaborado con usted, Presidente, y con todo su equipo”, le dijo ayer Anabel Fernández Sagasti a Alberto Fernández, sentada en la mesa del anuncio. Y agregó: “Hemos recibido muchas demandas alrededor de la situación de Vicentín. Es una excelente noticia para todos los argentinos y argentinas la decisión de poder rescatar esta empresa que tiene que ver con la soberanía de todos los argentinos y argentinas”, dijo la senadora de La Cámpora.
La presencia de Fernández Sagasti no fue casual ayer, ya que la propuesta de la estatización a través del proyecto de ley que deberá aprobar el Congreso Nacional, surgió de su autoría. El presidente le agradeció y la llamó “amiga” haciendo referencia al vínculo estrecho que tienen y que se había puesto en duda luego de la incertidumbre con respecto a Portezuelo del Viento.
La iniciativa establece la expropiación del Grupo Vicentín “para que el Estado nacional se haga cargo todos los activos del grupo", que “serán parte de un fondo fiduciario” cuya administración le será encomendada a la empresa YPF Agro. Sin embargo, hay preferencia en utilizar la palabra “rescate” y no “expropiación”, quizás por la connotación negativa que esta palabra pueda tener en la gente.
Según la legisladora mendocina, Vicentin va a ser “una empresa testigo en el mercado de granos, y nos va a dar el sendero a la soberanía alimentaria”.
Ahora, deberá el peronismo obtener los avales de ambas cámaras y se prevé que sea Fernández Sagasti quien conduzca el trayecto de la iniciativa por ambas cámaras.
Según la senadora, la Ley de expropiación que será enviada al Congreso “es una herramienta fundamental para el estado nacional con todo lo que tiene que ver con el mercado de granos”.