Hoy se cumplen 20 años del nacimiento del corralito, aquella tristemente recordada medida económica que congeló los depósitos del sistema bancario y restringió al mínimo el retiro de dinero en efectivo.
El corralito es un fantasma que en los últimos días volvió a flotar a modo de rumor, pero que fue descartado por funcionarios y especialistas, debido a la solidez del sistema bancario.
Distinto fue hace 20 años, El 1 de diciembre de 2001, el Presidente Fernando de la Rúa firmó el decreto 1570, que contenía un paquete de medidas creado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo. Este decreto fue el inicio de unas mayores crisis financieras, políticas y sociales de la historia del país.
La medida establecía que las compras o pagos sólo podían realizarse con cheques, tarjetas de débito o transferencias. Ante la falta de efectivo, se permitía retirar de la caja de ahorro o cuenta corriente solamente 250 pesos por semana. El “corralito” iba a tener, según el plan inicial, una vigencia de solo 90 días.
Entre otros efectos, la gente se lanzó a abrir cuentas en distintos bancos para poder retirar más dinero. Las declaraciones de Cavallo tampoco generaban confianza. “El dinero es suyo, sigue estando ahí. Lo puede usar como usted quiera”, decía el ministro de Economía.
El cepo pretendía que no se profundizara la salida de depósitos, que hasta noviembre de 2001 ascendía a 18.000 millones de pesos o dólares. La convertibilidad agonizaba.
“Aquí no estamos para defender a los bancos, estamos para defender su ahorro, su dinero”, insistía Cavallo, tratando de tranquilizar a los sectores no bancarizados.
La cuestión es que el dato de lo que se venía en el país se filtró el 30 de noviembre y muchos inversores importantes aprovecharon para retirar su dinero. Los que no tuvieron ese privilegio, arremetieron contra los bancos: los piedrazos y pintadas contra las entidades fueron el comienzo del caos.
El FMI anunció por aquellos días que no realizaría el desembolso de 1260 millones de dólares a la Argentina que había acordado en el marco del plan de “Déficit Cero”.
Tras la caída de De La Rúa y Cavallo, en enero sobrevino el “corralón”: Eduardo Duhalde y su ministro de Economía Jorge Remes Lenicov congelaron depósitos en plazo fijos y cajas de ahorros en pesos y en dólares, medida que se mantuvo durante un año.
En enero, con la devaluación del peso, se reprogramaron los plazos fijos en pesos para devolverlos en marzo de 2002 y diciembre de 2004, a una tasa del 7% anual. Y se pesificaron los plazos fijos en dólares a 1,40 peso, a una tasa del 2% anual.